¿PARA TI QUE ES ADORACION?

sábado, 30 de noviembre de 2013

NO LE DES LUGAR AL DIABLO


Ezequias un hombre recto y temeroso que servia a Dios con integridad a pesar que sus antepasados se habían olvidado de Jehová, es evidente que cuando todo hombre, pueblo, y nación quieren servir a Dios con todo su corazón el enemigo querrá atacarlo, este fue el caso en esta ocasión el rey de Siria había invadido cuanta nación había encontrado a su paso y las había conquistado, por eso cuando llego a las fronteras del reino de Ezequias, el creía que la victoria seria segura, Ezequias al ver las circunstancias que le rodeaban y al considerar el numero del enemigo, cedió a las ordenes de peligroso enemigo, Ver. 14. veamos que es lo que hace el enemigo cuando se le cede terreno, también que es lo que hace Dios a favor de aquellos que claman y le buscan para refugiarse en Él.

1. IMPONE CARGA.
Cuando Cedemos a las ordenes del enemigo entonces él nos impone carga, cuando aceptamos la carga, aceptamos derrota y el enemigo pone un yugo en nuestras vidas, sintiendo que estamos derrotados empieza a cargarnos con culpabilidad, desanimo, fracaso, inferioridad, sin embargo por otra parte el Señor esta haciendo una invitación para que pongas sobre el todas tus cargas. (Mateo 11:28-30)
2. NOS CUESTA AUN LO QUE DIOS NOS HA DADO. Vrs. 15-16
Aquí podemos ver que cuando sedemos a sus ordenes, nos roba las bendiciones de Dios, el no solo se conforma con ponernos carga, sino también querrá robarnos lo que Dios nos ha dado, pero el no solamente hará eso, sino que él querrá vernos destruidos completamente. Ver. 17-20.
3. NO HACE VERNOS SOLOS Y SIN AYUDA Ver. 21-24
Una de las cosas que el enemigo hace es tratarnos de bombardear nuestra mente con pensamientos de que nadie puede ayudarnos, que nadie se interesa por nuestra situación, y que nuestro problema no es importante para nadie.
4. El ENEMIGO USA DE LA CULPABILIDAD PARA HACERNOS CREER QUE EL ATAQUE ES ENVIADO COMO JUICIO DE DIOS. Ver. 25
Una de las características del Diablo es que es mentiroso por excelencia, hace creer que todo lo que nos sucede es por la consecuencia de un error o pecado que hemos cometido y aun que viene departe de Dios para afligirnos.
5. OFRECE GRANDES OFERTAS CON TAL DE QUE NO CREAN A DIOS
Vemos una clara realidad que cuando el Diablo no logra su propósito empieza a ofrecer un sin números de cosa que a la carne le apetecen y ofrece prosperidad pero en una vida de esclavitud, él dice no escuches lo que dice el Siervo de Dios el te engaña, además de esto hace alarde de que ningún dios de las naciones puede librar de su mano, en esto tiene razón, por que detrás de los ídolos hay secuaces de su reino, sin embargo con el Dios todo poderoso nunca podrá.
CONCLUSIÓN:
No importa cuantas cosas pueda decir el diablo o cuantas cosas pueda traer contra nosotros sabemos y tenemos confianza como el salmista David la tenia cuando dijo “Auque un ejercito acampe contra mí, no temerá mi corazón; aunque contra mi se levante guerra, yo estaré confiado. Salmo 27:3

miércoles, 27 de noviembre de 2013

¡HIJA, TU FÉ TE HA SANADO!


Pero una mujer que padecía de flujo de sangre desde hacía doce años, y que había gastado en médicos todo cuanto tenía, y por ninguno había podido ser curada, se le acercó por detrás y tocó el borde de su manto; y al instante se detuvo el flujo de su sangre. Entonces Jesús dijo: ¿Quién es el que me ha tocado? Y negando todos, dijo Pedro y los que con él estaban: Maestro, la multitud te aprieta y oprime, y dices: ¿Quién es el que me ha tocado? Pero Jesús dijo: Alguien me ha tocado; porque yo he conocido que ha salido poder de mí. Entonces, cuando la mujer vio que no había quedado oculta, vino temblando, y postrándose a sus pies, le declaró delante de todo el pueblo por qué causa le había tocado, y cómo al instante había sido sanada. Y él le dijo: Hija, tu fe te ha salvado; ve en paz.
La mujer del flujo de sangre es uno de los relatos que ministra incesantemente a mi vida cuando se trata de predicar y enseñar sobre la SANIDAD DIVINA. Como la mujer del flujo de sangre hay muchas mujeres diagnosticadas con enfermedades y padeciendo por mucho tiempo de éstas. Pero hay esperanza; hay una solución, que es Jesús el Sanador.
Esta mujer había acudido a la ciencia, que aunque en muchas ocasiones ha podido brindar ayuda y alivio a condiciones, síntomas y enfermedades, sabemos que está limitada y que en algunos casos los efectos secundarios resultan ser peores que la misma enfermedad. En el caso de esta mujer, la ciencia no pudo ayudar a resolver su situación. Gastó todo cuanto tenía. ¡Qué triste! Cuando leo ese detalle medito en las miles de personas que mensualmente gastan gran parte del dinero que reciben: Salario, Seguro Social, ayudas gubernamentales, cheques de retiro, ayudas familiares, etc., en comprar medicamentos, equipos, visitas de rutina, laboratorios, tratamientos, etc., y con todo, no han podido sanar su enfermedad. Todo lo contrario, el sistema a penas le permite al enfermo vivir con su enfermedad de manera “más cómoda”, “llevadera” y en el peor de los casos, mantenerla “controlada”.

LA ENFERMEDAD INCAPACITA
Esta mujer del flujo de sangre gastó todo lo que tenía. Doce años con un flujo de sangre. Las mujeres cada mes atraviesan por lo que se conoce como menstruación. Imagíne el escenario: doce años, ¡sangrando día tras día! No existían las famosas toallitas sanitarias desechables que tenemos hoy. No sabemos si ese flujo iba acompañado de algún síntoma adicional como dolor, malestar, incomodidad, pero pudiéramos especular que era así. A lo anterior es necesario añadir y mencionar que la norma de la época/cultura descalificaba a esta mujer para compartir con la sociedad, ya que era considerada inmunda. No sólo estaba enferma físicamente, sino también emocionalmente marginada. La enfermedad no sólo afecta tu cuerpo, sino también tus emociones. Cuántas personas, ante la impotencia, incapacidad y falta de conocimiento para tratar con su enfermedad, caen en depresión, ansiedad, trastornos de pánico y “stress”? ¡Muchas! Entonces una enfermedad como esta, no sólo afecta su aspecto físico, sino también sus emociones.
¡DETERMINA TU MILAGRO!
Es interesante este relato porque fue la mujer quien decidió ponerle punto final a su enfermedad. ¡Ella determinó el momento de su milagro! Ella dijo: “Con solo tocar su manto seré salva”. Aun sabiendo que era declarada inmunda y que no podía tocar su cuerpo (por eso tocó el manto); sabiendo que tendría dificultades para llegar a Jesús, ella determinó llegar a él, y sin necesidad de contacto físico, sólo con tocar sus vestidos ella creía que sanaría.
Mujer que me lees, no tienes que esperar tu sanidad de determinado modo. Hay personas que esperan campañas de sanidad para recibir su milagro. Lo anterior no es malo, sin embargo usted no tiene que esperar un servicio especial, pues Dios quiere y puede sanarle de su azote HOY, allí en el lugar donde se encuentra. La voluntad de Dios siempre será la sanidad, y por eso siempre estará presto para sanarle (de hecho, Cristo pagó por su sanidad hace más de 2,000 años). La enfermedad tiene que ser vista como lo que es: un azote, un agente externo que no debe estar en su cuerpo, que aflige, que limita, que incapacita, que inhabilita y que no debe hacer morada allí, y que debe salir en el nombre de Jesús. No olvide que Jesucristo nunca enfermó a nadie, sino que durante su ministerio siempre sanó a los enfermos.
"ME LEVANTARÉ"
Las palabras de esta mujer muestran una Fe activa y agresiva. Durante el ministerio terrenal de Jesús todos los que “se levantaron y acudieron a Jesús en busca de sanidad la recibieron" ( Lucas 6:17). Solamente donde hubo "incredulidad no pudo realizar milagros" (Mateo 13:58). Obviamente los que no creen, los que tienen dudas, los que se han conformado, resignado y adaptado a la enfermedad no buscan la sanidad, han caído en un estado/actitud pasiva, sus oraciones son: “Si Dios quiere”, “cuando Dios así lo disponga”, “Si es su voluntad que sane”, entre otras. Pero esa no es la actitud y la oración correcta ante una enfermedad. No es lo que muestran las Escrituras. De igual forma que muchos se levantan para asistir al médico, levántese para ir a Jesús, su Sanador, y así omo hizo esta mujer, levántese, y vaya a Jesús en oración... proclame: “Hoy es el día de mi milagro, hoy yo sano de esta enfermedad, hoy cesa, hoy le coloco punto final. Hoy sano en el nombre de Jesús”.
Reitero la escritura: “Hija tu fe te ha sanado”. Cuando vamos al texto bíblico vemos que la palabra utilizada en español es SALVADO. Permítame explicarle: La palabra original griega es SOZO que significa: salvar, sanar, preservar, hacer completo. Es de suma importancia que la iglesia comprenda que la salvación en Cristo es una obra completa para y en el ser humano. La salvación cubre y abarca el espíritu, el alma (emociones) y el cuerpo (físico). Jesucristo sanó a esta mujer completamente. Cuando ella tocó su manto la sanó físicamente. Pero cuando Jesús le llamó: “HIJA” , la sanó emocionalmente. Jesús sabía que había salido virtud de Él, sin embargo, era necesario que esta mujer fuese sanada emocionalmente y restaurada a la sociedad de la cual había sido marginada a causa de su enfermedad física. Por eso, Jesús la llama HIJA. Su identidad y su posición de mujer e HIJA de Dios fue restaurada/sanada de manera instantánea a la misma vez que su cuerpo. Y cuando le dijo “tu Fe te ha salvado”, la sanó espiritualmente, además de que resaltó la importancia del insustituible ingrediente de LA FE. Activar su Fe en Jesús fue lo que provocó que esta mujer recibiera sanidad total.
La sanidad divina no es un elemento separado de la salvación/sanidad espiritual. La sanidad divina está incluida en el sacrificio de la Cruz y la salvación. Por eso dicen las Escrituras:
Ciertamente llevó él nuestras enfermedades y sufrió nuestros dolores, ¡pero nosotros lo tuvimos por azotado, como herido y afligido por Dios! Isa 53:5
Mas él fue herido por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados. Por darnos la paz, cayó sobre él el castigo, y por sus llagas fuimos nosotros curados. Isa 53:4
Él es quien perdona todas tus maldades, el que sana todas tus dolencias. Salmo 103:3
La obra redentora de Cristo, esto es, la salvación, es completa y nos salva completamente (espíritu, alma y cuerpo). Por ello, cuando la enfermedad ataca nuestro cuerpo, a través de su sacrificio nos proveyó sanidad divina.
Hermanas lectoras, me identifico con el relato de esta mujer aunque fueron circunstancias diferentes. Desde el embarazo de mi segundo hijo, comencé a experimentar síntomas en mi cuerpo, que no sólo me afectaban físicamente sino también emocionalmente. Hubo días que no podía levantarme de la cama y eso traía mayor ansiedad y tristeza. Pensaba en mis hijos, en mi esposo y como esta enfermedad me limitaba en atenderles. No podía evitar pensar la posibilidad de que mis hijos quedaran huérfanos y eso me hacia caer en una profunda tristeza, lloraba con frecuencia, afligida física y emocionalmente. Tenia conocimiento de la Palabra, y aun siendo ministro del Señor me preguntaba porque no me sanaba si yo predicaba, ensenaba y oraba por los enfermos y estos eran sanados.
Me sucedió como a la mujer del flujo de sangre, esto es, que “llegó Jesús”. Usted se preguntará: pastora pero usted conocía a Jesús, como es que dice “llegó Jesús”? Permítame explicarle y elaborar en mi respuesta. La mujer del flujo de sangre había escuchado de Jesús. Ella tenia conocimiento de que El podía sanarla, pero no fue HASTA que ella se levantó y activó su fe, y fue en busca de su sanidad, que la recibió. Yo tenia la teoría, pero no lo había puesto en practica. Sabia que Jesús me había sanado, pero mi fe aun se encontraba pasiva, y sin temor a reconocerlo, me faltaba la fe con frecuencia, y abría puertas constantes a la incredulidad. Cada vez que experimentaba un síntoma, me mente se llenaba de dudas sobre la obra sanadora de Cristo. Por eso no recibía ni veía mi sanidad. Pero cuando “llegó Jesús” , esto es, se abrió mi entendimiento y pude recibir la revelación de la Sanidad Divina no solo a mi mente sino también a mi cuerpo; cuando “me levanté” para llegar y acercarme a la presencia de Jesús, recibí la sanidad y el azote cesó. En mi caso, comencé a leer sobre la Sanidad Divina, de hermanos en la Red que Dios puso en mi camino y mi entendimiento fue abierto sobre esta maravillosa verdad ( a eso también le llamó “llegó Jesús”) .
Me levanté de mi enfermedad y de la comodidad para comenzar a acercarme mas a Jesús. Me levanté en Fe y comencé a buscar todos los textos de Sanidad Divina en Su palabra, y comencé a abrir paso en medio de los obstáculos que encontraba en el camino y que me impedían acercarme a Jesús como lo es la duda, el prejuicio y hasta doctrinas tradicionales que arrastramos y que impiden el fluir de la revelación de Dios. HASTA que hice lo anterior, es que fui libre del azote de mi cuerpo. Mi entendimiento y por consiguiente mi cuerpo recibió la revelación de que Cristo ya me sanó. Por sus llagas fui sanada (pasado). Quiero compartir esta VERDAD ESCRITURAL contigo, de modo que también recibas tu milagro de sanidad. Recibe la palabra de sanidad que hoy es enviada a tu cuerpo.
Pero clamaron a Jehová en su angustia y los libró de sus aflicciones... Envió su palabra y los sanó; los libró de su ruina. Salmo 107:19 y Salmo 107:20 respectivamente
Así como la mujer del flujo de sangre determinó y recibió la sanidad para su cuerpo, tú puedes recibirla hoy. Dios quiere y hace dos mil años, no sólo sanó tu enfermedad física, sinó todo lo que esto ha dañado (emociones e identidad). ¡Recibe hoy tu milagro de sanidad! ¡Conforme tu fe sea hecho!

martes, 26 de noviembre de 2013

Libertad o Libertinaje


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El termino libertad significa: "Facultad natural que tiene el hombre de obrar de una manera o de otra, y de no obrar, por lo que es responsable de sus actos" segun el diccionario de la real academia de la lengua española, esta definicion nos da una clara idea que la libertad es hacer o dejar de hacer sin ninguna limitante pero conyevando la responsabilidad por lo que hacemos; ahora bien cuando hablamos de responsabilidades estamos hablando de normas, porque nadie es responsable si no hay normas, cuando no hay normas reguladoras entonces si podemos hacer lo que queramos independientemente si sean obras buenas o malas, pero cuando existen normas morales o culturales, entonces debemos de ser responsables por lo que hacemos, en otras palabras la libertad siempre conllevara la responsabilidad de respetar ciertas normas; entonces de aca podemos entender que la libertad no es hacer lo que queramos sin censura alguna, pues al destorcionar el significado de la libertad entonces caemos al libertinaje, que por otro lado significa:

"Desenfreno en las obras o en las palabras" cuando hay libertinaje no hay respeto por normas porque el libertinaje es un desenfreno en las obras que hagamos acompañado por el irrespeto a las normas y por lo consiguiente acompañado de la irresponsabilidad.

Libertad es hacer las cosas que moralmente y culturalmente son correctas, libertinaje es hacer lo que queramos sin el respeto minimo por lo que se considera correcto mediante las normas de convevencia, si en el cristianismo existen normas, no es porque se le este quitando libertad a las personas o se este manipulando, es simplemente el resultado de enseñar las normas conductuales que enseña el mejor manual de moralidad y conducta "La Biblia" en resumidas cuentas vivir deacuerdo a la biblia es vivir en libertad a las normas que producen una conducta moral y etica ejemplar.

Obedecer la biblia no significa limitar mi libertad, significa limitar una conducta inapropiada delante de los hombres y delante de Dios, significa llevar una vida responsable, dando cuenta por lo que hacemos viviendo en verdadera libertad.

Obedecer la biblia significa vivir libres para actuar moral y culturalmente correctos.

Ser liberal desde este punto de vista es actuar con respeto a las leyes que norman de una manera correcta la convivencia de nosotros como seres humanos, es tomar en cuenta como cristianos el fundamento de la biblia que es la mejor norma, que no solamente nos lleva al cielo si no que tambien nos regula la vida en este mundo.

y conocereis la verdad y ella os hara libres.
Jesucristo.

sábado, 23 de noviembre de 2013

¿Qué significa ser una sola carne en un matrimonio


El término “una sola carne” viene del libro de Génesis en la narración de la creación de Eva: “Entonces Jehová Dios hizo caer sueño profundo sobre Adán, y mientras éste dormía, tomó una de sus costillas, y cerró la carne en su lugar. Y de la costilla que Jehová Dios tomó del hombre, hizo una mujer, y la trajo al hombre. Dijo entonces Adán: esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne; ésta será llamada Varona, porque del varón fue tomada. Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne.” (Génesis 2:21-24).

El término “una sola carne” significa que así como nuestros cuerpos son un todo, y no pueden ser divididos en pedazos y aún así seguir siendo una unidad, de la misma manera Dios decidió que sucediera con la relación matrimonial. Ya no son más dos entidades (dos individuos), sino que ahora son una sola entidad (una pareja casada). Hay un número de aspectos en esta nueva unión.

En términos de la duración de su unión, Jesús establece que siempre ha sido el propósito de Dios que una pareja casada permanezca unida hasta que la muerte los separe (Mateo 19:6). Cuando ocurre el divorcio, contrario al plan de Dios, ya no tienes dos “todos”, sino más bien dos mitades que han sido cortadas y separadas. En lo concerniente a las relaciones emocionales, la nueva unidad tiene prioridad sobre todas las relaciones previas y futuras (Génesis 2:24a). Algunas parejas de casados continúan concediéndole un mayor peso a los lazos que los unen con sus padres, que con su nuevo cónyuge. Esta es una receta para el desastre en un matrimonio y es una perversión al propósito original de Dios de “dejar y unirse.” Un problema similar puede surgir, cuando uno de los cónyuges comienza a inclinarse más por satisfacer las necesidades emocionales de un hijo que las de su esposo(a).

Emocionalmente, espiritualmente, intelectualmente, financieramente y en cualquier otro aspecto, la pareja debe convertirse en uno. Así como una parte del cuerpo cuida de las otras partes del organismo (el estómago digiere la comida para el cuerpo, el cerebro dirige al cuerpo por el bien del ser, las manos trabajan para el beneficio del cuerpo, etc.) igualmente en el matrimonio, cada cónyuge debe cuidar del otro. Cada cónyuge ya no debe ver el dinero ganado como “mi” dinero, sino como “nuestro” dinero. Efesios 5:22-23 y Proverbios 31:10-31, nos dan la aplicación de esta “unidad” en el papel del esposo y la esposa respectivamente.

Físicamente: Ellos se convierten en una carne y el resultado de esa sola carne se encontrará en los hijos que produce su unión. Ahora estos hijos poseerán una composición genética, como resultado de la unión. Y aún en el aspecto sexual de su relación, ellos no deben considerar sus cuerpos como propios, sino pertenecientes a su cónyuge (1 Corintios 7:3-5). Tampoco se enfocarán en su propio placer, sino más bien en proporcionar placer a su esposo(a).

La unidad y esta búsqueda del beneficio del otro no son automáticas, especialmente después de que la raza humana cayó en pecado. En Génesis 2:24, le es dicho al hombre que se “una” a su mujer. Esta palabra abarca dos ideas. Una es estar “pegado” a su esposa, una ilustración de qué tan ajustado debe ser el lazo matrimonial. El otro aspecto es “dedicarse diligentemente a ver por” la esposa. Este “dedicarse diligentemente a ver por” es llevarlo más allá del noviazgo que conduce a la boda y continuarlo a través del matrimonio. La tendencia carnal es hacer “lo que me hace sentir bien” en vez de considerar lo que beneficiará al esposo(a). Y este egocentrismo es la rutina en la que comúnmente caen los matrimonios, “una vez terminada la luna de miel.” En vez de que cada cónyuge piense en la manera en que sus necesidades no han sido satisfechas, debe permanecer concentrado en suplir las necesidades de su esposo(a).

Pero, aunque pueda resultar tan agradable que dos personas que vivan juntas, satisfagan las necesidades de uno al otro, Dios tiene un llamado más elevado para el matrimonio. Aún cuando ellos pudieron haber estado sirviendo a Cristo con sus vidas antes del matrimonio (Romanos 12:1-2), ahora deben servir juntos a Cristo, como una unidad, y criar a sus hijos para servir a Dios (1 Corintios 7:29-34; Malaquías 2:15; Efesios 6:4). Priscila y Aquila, en Hechos 18, serían buenos ejemplos de esto. Como pareja, busquen servir juntos a Cristo y el gozo que da el Espíritu llenará su matrimonio (Gálatas 5:22-23). En el Jardín del Edén habían tres personajes (Dios, Adán, y Eva) y había gozo. Así en la actualidad, donde Dios es el centro de un matrimonio, también habrá gozo. Sin Dios, no será posible la duración de esa unidad.



jueves, 21 de noviembre de 2013

Jonás, un hombre dentro de un pez


Jonás, un hombre dentro de un pez
Era un hombre común y corriente, con temores y fortalezas. El no era un sumo sacerdote o alguien cercano a Dios como para considerar que por esa razón Dios le había dado una tarea que cumplir. Hijo de Amitai, el personaje en cuestión se llama: Jonás.
Y es que Dios no busca a los mejores para realizar tareas determinadas, sino que los hace mejores. Viendo Dios la maldad de la ciudad de Nínive decide encomendar una misión a Jonás, su misión la describe la Biblia: “Cierto día, un hombre llamado Jonás hijo de Amitai recibió un mensaje de parte de Dios: «¡Levántate, ve a la gran ciudad de Nínive y diles que ya he visto lo malvados que son!»” Jonás 1:1-2 (Traducción en lenguaje actual).
La Biblia narra de qué forma actuó Jonás luego de recibir la misión de Dios: “Pero en vez de ir a Nínive, Jonás decidió irse lo más lejos posible, a un lugar donde Dios no pudiera encontrarlo. Llegó al puerto de Jope y encontró un barco que estaba a punto de salir. Pagó su pasaje y se embarcó, contento de irse lo más lejos posible de Dios” Jonás 1:3 (Traducción en lenguaje actual).
La actitud de Jonás frente a la misión que Dios estaba encomendándole es parecida a la que en muchas ocasiones nosotros hemos tomado en torno a un mandato divino.
No era cosa fácil, si por algo Dios enviaba a Jonás a Nínive era porque en esa ciudad su gente era perversa y mala. Hablando en sentido humano: ¿Quién va querer ir a dar una advertencia a una ciudad llena de gente perversa?, ¿Qué podría pasarle a Jonás yendo a esa ciudad?, ¿Cómo reaccionaría la gente?, ¿Qué tal si lo mataban por reprenderlos?
La actitud de Jonás no es sorprendente, sino que hasta cierto punto, hablando en sentido humano es comprensible. Su instinto de sobrevivencia le insinuaba que no era bueno ir, seguramente Jonás conocía muy bien la ciudad y la gente que allí habitaba y por eso se decidió a no obedecer lo que Dios le estaba diciendo.
Es fácil criticar a Jonás de ser un desobediente o un hombre con poca fe, pero ¿Acaso no hemos actuado nosotros de esa forma?, ¿Acaso no hemos huido en alguna ocasión a un mandato divino?, independientemente de que el mandato divino sea sencillo o difícil, todos en alguna ocasión hemos desobedecido he ido hacia el lado contrario del cual Dios nos está enviando.
Pero tenemos a un Dios que cuando decide encomendarnos una misión no descansara hasta que la llevemos a cabo. Y es que si algo debemos saber y estar seguros es que Dios jamás te encomendara una misión para que fracases, jamás te dirá que hagas esto o aquello para que te vaya mal. Si Dios te llama es porque Él ya tiene trazado un plan maravilloso para ti y para esa misión que te esta encomendando, su FIDELIDAD que es UNICA es la garantía que nada malo pasara y si llegara a pasar, tienes que estar seguro que Dios obrara de una manera sobrenatural para hacer que todo aquello al final te sirva para bien.
Estando en un barco que lo llevaba exactamente al otro lado de a donde Dios lo había enviado, vino un viendo muy fuerte que pronto se convirtió en tempestad, todo por obra de Dios. El barco a punto de romperse en pedazos alertaba a los marineros que hacían hasta lo imposible por que el Barco no se hundiera y ellos no murieran.
Mientras tanto en la bodega del barco dormía Jonás, como queriendo disimular que nada pasaba, como cuando nosotros estamos tan tranquilos tratando de olvidar lo que Dios nos encomendó, como cuando estamos dormidos en la parte baja, mientras tendríamos que estar en el frente de batalla llevando a cabo la misión que Dios no encomienda.
El capitán del barco despierta a Jonás y le pide que clame a su Dios para que tal vez no mueran, los marineros echan suerte entre todos para saber quién de los pasajeros era el culpable de lo que estaban experimentando. La suerte cae sobre Jonás quien definitivamente era el causante de tal tempestad como consecuencia de su decisión de hacer lo contrario a lo que Dios le había enviado a hacer.
Jonás reconoce su culpa y expresa lo siguiente: “Soy hebreo y adoro a nuestro Dios, soberano y creador de todas las cosas. Lo que está pasando es culpa mía, pues estoy huyendo de él” Jonás 1:9 (Traducción en lenguaje actual).
A veces huir de Dios puede traer consecuencias que afectan a terceros. Indirectamente los hacemos parte de nuestra culpa y en ocasiones tienen que enfrentarse a tempestades consecuencias de nuestras malas decisiones.
Los marineros preguntan a Jonás que es lo que tienen que hacer para que no perezcan, y es en este punto donde me llama la atención algo que en toda mi vida en Cristo no había notado o no lo había visto de esta forma en cuando a esta historia, la respuesta de Jonás fue: “Échenme al mar, y el mar se calmará —contestó Jonás—. Esta terrible tempestad cayó sobre ustedes por mi culpa” Jonás 1:12 (Traducción en lenguaje actual).
¿Qué estaba pidiendo Jonás?, ¿Acaso estaba pidiendo que lo mataran?, por un momento imaginemos el episodio, con olas gigantescas azotando el barco, con vientos fuertes que hacían pensar a marineros experimentados que morirían, humanamente hablando no se podía hacer nada. Jonás les pide que lo echen al mar. ¿Acaso Jonás pensaba que un pez gigante lo salvaría?, ¡No! Jonás no conocía la historia que nosotros conocemos, personalmente pienso que Jonás no tenía valor de matarse, por lo que invitaba a los marineros a que ellos lo hicieran por él. Tirarlo al mar en medio de la nada y bajo una tempestad terrible era como para saber que iba a morir.
A veces preferimos morir en lugar de obedecer la voz de Dios, cuando obedecer a veces es tan fácil pero nosotros lo hacemos tan difícil.
Los marineros al no tener otra alternativa y viendo que su vida peligraba en gran manera, decidieron echar a Jonás al mar. Y he aquí un suceso sobrenatural: “Entonces Dios mandó un pez enorme, que se tragó a Jonás. Y Jonás estuvo dentro del pez tres días y tres noches” Jonás 1:17 (Traducción en lenguaje actual).
Es increíble como Dios actúa, y es que Dios no nos dejara morir aun cuando quisiéramos que pasara, Dios no ha terminado contigo, Él tiene un plan perfecto y un tiempo perfecto para actuar.
No he leído jamás en mi vida de otro hombre que haya sido tragado vivo por un pez y que pudiera permanecer tres días vivo dentro de él.
La estancia de Jonás dentro del pez me lleva a pensar que Dios aun en medio de nuestras desobediencias, nos cuida. Pasar dentro de un pez por tres días, no era algo sencillo de creer. ¿Cómo respiraba?, un pez no puede vivir fuera del agua, por lo que considero que por mucho tiempo el pez paso bajo agua, ¿Cómo entonces no murió Jonás?, Dios estaba con Jonás aun allí dentro del pez. Dios era quien le daba oxigeno, quien le mostraba su misericordia, quien le hacía ver que si siendo tragado por un pez y estando tantos días dentro de él no moría, ¿Entonces porque tenía que temer a un pueblo que era perverso?
A veces Dios mandará peces gigantes para que nos traguen y estando dentro de ellos podamos ver LA PROTECCION, MISERICORDIA Y FIDELIDAD  de DIOS.
Era una experiencia única, algo que quedaría para la historia, un suceso fuera de lo normal, Dios actuando con su creatividad única y a su mejor estilo. Y es que Dios siempre tiene formas de sorprendernos, formas de mostrarnos su fidelidad, misericordia y amor. A pesar de estar en una situación incómoda, Dios aun le mostraba su fidelidad aun en medio de las infidelidades de Jonás.
Estando dentro del pez, Jonás oro a Dios, reconoció su error, reconoció a Dios como el Soberano, reconoció que Dios lo protegía y sobre todo que solo Él podía salvarlo. Entonces Dios al ver que la oración de Jonás provenía de lo más sincero de su corazón actuó: “Por fin, Dios le ordenó al pez: «¡Arroja a Jonás en la orilla del mar!»” Jonás 2:10 (Traducción en lenguaje actual).
Al ver Jonás que tenía una nueva oportunidad, no quiso desperdiciarla y actuó como lo tendría que haber hecho desde el principio, fue a Nínive a dar el mensaje que Dios le había dado, la reacción de los habitantes de Nínive fue instantánea: “Entonces toda la gente de Nínive dejó de hacer lo malo y decidió obedecer sólo a Dios. Y como querían demostrar que deseaban cambiar su manera de vivir, se pusieron ropa de tela áspera y ayunaron. Todos ellos, desde el más rico hasta el más pobre, no comieron nada ese día” Jonás 3:5 (Traducción en lenguaje actual).
Después de todo, la gente no reacción como Jonás temió en un principio, sino que Dios ya lo tenía TODO planeado, el corazón de los habitantes de Nínive seria sensible a la voz de Dios y decidirían actuar, buscando el favor de Dios.
A veces pensamos que Dios nos está enviando a morir, pensamos que sus misiones son demasiados difíciles o duras, pero Dios ya lo tiene todo planeado, si Dios te envía es porque Dios sabe que te irá bien. Dios jamás te enviaría a fracasar, el miedo humano es nuestro peor enemigo, la inseguridad que nuestros sentimientos nos transmiten a veces quieren llevarnos a hacer lo contrario a lo que Dios quiere, y es allí en donde por muy difícil que veamos el panorama tenemos que activar nuestra fe y creer que si Dios nos manda a eso, es porque Él ya tiene un plan perfecto.
Posiblemente Dios te está dando una misión que cumplir, quizá has dudado, quizá has examinado el terreno y ves que es muy difícil. Quizá has pensado que no podrás o que morirás espiritualmente en el intento, pero déjame decirte que cuando Dios te da una orden que cumplir, es porque Él ya examino antes el camino, ya trazo un plan y sabe que tú tienes la capacidad de llevarlo a cabo y sobre todo teniendo su respaldo sobre tu vida.
Un mandato de Dios por muy difícil que parezca es una garantía de victoria, porque si Dios lo ordena, si Dios lo dice, entonces es porque será un total éxito.
¡Dios siempre tiene un plan perfecto, obedece sin temor!
Era un hombre común y corriente, con temores y fortalezas.
El no era un sumo sacerdote o alguien cercano a Dios como para considerar que por esa razón Dios le había dado una tarea que cumplir. Hijo de Amitai, el personaje en cuestión se llama: Jonás.
Y es que Dios no busca a los mejores para realizar tareas determinadas, sino que los hace mejores.
Viendo Dios la maldad de la ciudad de Nínive decide encomendar una misión a Jonás, su misión la describe la Biblia: “Cierto día, un hombre llamado Jonás hijo de Amitai recibió un mensaje de parte de Dios: «¡Levántate, ve a la gran ciudad de Nínive y diles que ya he visto lo malvados que son!»” Jonás 1:1-2 (Traducción en lenguaje actual).
La Biblia narra de qué forma actuó Jonás luego de recibir la misión de Dios: “Pero en vez de ir a Nínive, Jonás decidió irse lo más lejos posible, a un lugar donde Dios no pudiera encontrarlo. Llegó al puerto de Jope y encontró un barco que estaba a punto de salir. Pagó su pasaje y se embarcó, contento de irse lo más lejos posible de Dios” Jonás 1:3 (Traducción en lenguaje actual).
La actitud de Jonás frente a la misión que Dios estaba encomendándole es parecida a la que en muchas ocasiones nosotros hemos tomado en torno a un mandato divino.
No era cosa fácil, si por algo Dios enviaba a Jonás a Nínive era porque en esa ciudad su gente era perversa y mala. Hablando en sentido humano: ¿Quién va querer ir a dar una advertencia a una ciudad llena de gente perversa?, ¿Qué podría pasarle a Jonás yendo a esa ciudad?, ¿Cómo reaccionaría la gente?, ¿Qué tal si lo mataban por reprenderlos?
La actitud de Jonás no es sorprendente, sino que hasta cierto punto, hablando en sentido humano es comprensible. Su instinto de sobrevivencia le insinuaba que no era bueno ir, seguramente Jonás conocía muy bien la ciudad y la gente que allí habitaba y por eso se decidió a no obedecer lo que Dios le estaba diciendo.
Es fácil criticar a Jonás de ser un desobediente o un hombre con poca fe, pero ¿Acaso no hemos actuado nosotros de esa forma?, ¿Acaso no hemos huido en alguna ocasión a un mandato divino?, independientemente de que el mandato divino sea sencillo o difícil, todos en alguna ocasión hemos desobedecido he ido hacia el lado contrario del cual Dios nos está enviando.
Pero tenemos a un Dios que cuando decide encomendarnos una misión no descansara hasta que la llevemos a cabo. Y es que si algo debemos saber y estar seguros es que Dios jamás te encomendara una misión para que fracases, jamás te dirá que hagas esto o aquello para que te vaya mal. Si Dios te llama es porque Él ya tiene trazado un plan maravilloso para ti y para esa misión que te esta encomendando, su FIDELIDAD que es UNICA es la garantía que nada malo pasara y si llegara a pasar, tienes que estar seguro que Dios obrara de una manera sobrenatural para hacer que todo aquello al final te sirva para bien.
Estando en un barco que lo llevaba exactamente al otro lado de a donde Dios lo había enviado, vino un viendo muy fuerte que pronto se convirtió en tempestad, todo por obra de Dios. El barco a punto de romperse en pedazos alertaba a los marineros que hacían hasta lo imposible por que el Barco no se hundiera y ellos no murieran.
Mientras tanto en la bodega del barco dormía Jonás, como queriendo disimular que nada pasaba, como cuando nosotros estamos tan tranquilos tratando de olvidar lo que Dios nos encomendó, como cuando estamos dormidos en la parte baja, mientras tendríamos que estar en el frente de batalla llevando a cabo la misión que Dios no encomienda.
El capitán del barco despierta a Jonás y le pide que clame a su Dios para que tal vez no mueran, los marineros echan suerte entre todos para saber quién de los pasajeros era el culpable de lo que estaban experimentando. La suerte cae sobre Jonás quien definitivamente era el causante de tal tempestad como consecuencia de su decisión de hacer lo contrario a lo que Dios le había enviado a hacer.
Jonás reconoce su culpa y expresa lo siguiente: “Soy hebreo y adoro a nuestro Dios, soberano y creador de todas las cosas. Lo que está pasando es culpa mía, pues estoy huyendo de él” Jonás 1:9 (Traducción en lenguaje actual).
A veces huir de Dios puede traer consecuencias que afectan a terceros. Indirectamente los hacemos parte de nuestra culpa y en ocasiones tienen que enfrentarse a tempestades consecuencias de nuestras malas decisiones.
Los marineros preguntan a Jonás que es lo que tienen que hacer para que no perezcan, y es en este punto donde me llama la atención algo que en toda mi vida en Cristo no había notado o no lo había visto de esta forma en cuando a esta historia, la respuesta de Jonás fue: “Échenme al mar, y el mar se calmará —contestó Jonás—. Esta terrible tempestad cayó sobre ustedes por mi culpa” Jonás 1:12 (Traducción en lenguaje actual).
¿Qué estaba pidiendo Jonás?, ¿Acaso estaba pidiendo que lo mataran?, por un momento imaginemos el episodio, con olas gigantescas azotando el barco, con vientos fuertes que hacían pensar a marineros experimentados que morirían, humanamente hablando no se podía hacer nada. Jonás les pide que lo echen al mar. ¿Acaso Jonás pensaba que un pez gigante lo salvaría?, ¡No! Jonás no conocía la historia que nosotros conocemos, personalmente pienso que Jonás no tenía valor de matarse, por lo que invitaba a los marineros a que ellos lo hicieran por él. Tirarlo al mar en medio de la nada y bajo una tempestad terrible era como para saber que iba a morir.
A veces preferimos morir en lugar de obedecer la voz de Dios, cuando obedecer a veces es tan fácil pero nosotros lo hacemos tan difícil.
Los marineros al no tener otra alternativa y viendo que su vida peligraba en gran manera, decidieron echar a Jonás al mar. Y he aquí un suceso sobrenatural: “Entonces Dios mandó un pez enorme, que se tragó a Jonás. Y Jonás estuvo dentro del pez tres días y tres noches” Jonás 1:17 (Traducción en lenguaje actual).
Es increíble como Dios actúa, y es que Dios no nos dejara morir aun cuando quisiéramos que pasara, Dios no ha terminado contigo, Él tiene un plan perfecto y un tiempo perfecto para actuar.
No he leído jamás en mi vida de otro hombre que haya sido tragado vivo por un pez y que pudiera permanecer tres días vivo dentro de él.
La estancia de Jonás dentro del pez me lleva a pensar que Dios aun en medio de nuestras desobediencias, nos cuida. Pasar dentro de un pez por tres días, no era algo sencillo de creer. ¿Cómo respiraba?, un pez no puede vivir fuera del agua, por lo que considero que por mucho tiempo el pez paso bajo agua, ¿Cómo entonces no murió Jonás?, Dios estaba con Jonás aun allí dentro del pez. Dios era quien le daba oxigeno, quien le mostraba su misericordia, quien le hacía ver que si siendo tragado por un pez y estando tantos días dentro de él no moría, ¿Entonces porque tenía que temer a un pueblo que era perverso?
A veces Dios mandará peces gigantes para que nos traguen y estando dentro de ellos podamos ver LA PROTECCION, MISERICORDIA Y FIDELIDAD de DIOS.
Era una experiencia única, algo que quedaría para la historia, un suceso fuera de lo normal, Dios actuando con su creatividad única y a su mejor estilo. Y es que Dios siempre tiene formas de sorprendernos, formas de mostrarnos su fidelidad, misericordia y amor. A pesar de estar en una situación incómoda, Dios aun le mostraba su fidelidad aun en medio de las infidelidades de Jonás.
Estando dentro del pez, Jonás oro a Dios, reconoció su error, reconoció a Dios como el Soberano, reconoció que Dios lo protegía y sobre todo que solo Él podía salvarlo. Entonces Dios al ver que la oración de Jonás provenía de lo más sincero de su corazón actuó: “Por fin, Dios le ordenó al pez: «¡Arroja a Jonás en la orilla del mar!»” Jonás 2:10 (Traducción en lenguaje actual).
Al ver Jonás que tenía una nueva oportunidad, no quiso desperdiciarla y actuó como lo tendría que haber hecho desde el principio, fue a Nínive a dar el mensaje que Dios le había dado, la reacción de los habitantes de Nínive fue instantánea: “Entonces toda la gente de Nínive dejó de hacer lo malo y decidió obedecer sólo a Dios. Y como querían demostrar que deseaban cambiar su manera de vivir, se pusieron ropa de tela áspera y ayunaron. Todos ellos, desde el más rico hasta el más pobre, no comieron nada ese día” Jonás 3:5 (Traducción en lenguaje actual).
Después de todo, la gente no reacción como Jonás temió en un principio, sino que Dios ya lo tenía TODO planeado, el corazón de los habitantes de Nínive seria sensible a la voz de Dios y decidirían actuar, buscando el favor de Dios.
A veces pensamos que Dios nos está enviando a morir, pensamos que sus misiones son demasiados difíciles o duras, pero Dios ya lo tiene todo planeado, si Dios te envía es porque Dios sabe que te irá bien. Dios jamás te enviaría a fracasar, el miedo humano es nuestro peor enemigo, la inseguridad que nuestros sentimientos nos transmiten a veces quieren llevarnos a hacer lo contrario a lo que Dios quiere, y es allí en donde por muy difícil que veamos el panorama tenemos que activar nuestra fe y creer que si Dios nos manda a eso, es porque Él ya tiene un plan perfecto.
Posiblemente Dios te está dando una misión que cumplir, quizá has dudado, quizá has examinado el terreno y ves que es muy difícil. Quizá has pensado que no podrás o que morirás espiritualmente en el intento, pero déjame decirte que cuando Dios te da una orden que cumplir, es porque Él ya examino antes el camino, ya trazo un plan y sabe que tú tienes la capacidad de llevarlo a cabo y sobre todo teniendo su respaldo sobre tu vida.
Un mandato de Dios por muy difícil que parezca es una garantía de victoria, porque si Dios lo ordena, si Dios lo dice, entonces es porque será un total éxito.

¡Dios siempre tiene un plan perfecto, obedece sin temor!

miércoles, 20 de noviembre de 2013

¿Y si Dios no te responde?

¿Y si Dios no te responde?Quizá algunos al leer el titulo de este escrito ni siquiera lo van a leer, porque todos estamos acostumbrados a que nos animen, a que nos motiven, a que nos proclamen bendiciones o que nos den una palabra de fe, nos recuerden una promesa divina o todo lo que tenga que ver con nuestro propio beneficio.
Pero ¿Qué tal si Dios simplemente no responde?, y es allí como que no nos gusta esa palabra o simplemente no queremos que eso suceda.
A veces se nos olvida que Dios es el Señor y que nosotros solo somos sus siervos, que Él es el Padre y que nosotros solo somos sus hijos, a veces tratamos a Dios como nuestro sirviente, como alguien que tiene que obedecer todos nuestros caprichos o suplir todas nuestras necesidades si o si, pero ¿Qué tal si Dios simplemente no responde?
Seria perfecto que todo fuera color de rosas, que todo en la vida fuera tranquilo, que Dios nos respondiera al mismo instante que pusiéramos delante de Él nuestras peticiones, que en los momentos de enfermedad Él viniera y sanara instantáneamente al pedírselo, que en el momento de escases rápidamente Dios proveyera lo que se necesita, que en cuando problemas vengan rápidamente se solucionen o cuando nos veamos al borde de la muerte, Él nos rescate. Pero, ¿Qué tal si eso no pasa cuando nosotros queremos o en el instante que lo necesitamos?
Cómo que este mensaje no es de fe, ¿Verdad?, así parecería, pero realmente hoy quiero hablarles de eso, de FE.
Y es que FE no es creer solo cuando Dios responde o solo cuando veo que todo va excelente, FE es creer a pesar de no ver, FE es confiar a pesar de ver todo en contra, FE es creer aunque Dios simplemente no respondiera.
Personalmente he pasado por etapas en los que he necesitado que Dios responda ¡Ya!, instantáneamente, momentos de angustia, quizá por enfermedad, quizá por escases o por situaciones que me roban la paz y orando a Dios he deseado que Él me respondiera en el mismo momento que se lo pido, pero simplemente Él no responde o no lo hace cuando yo he querido.
A veces me he confrontado en el hecho de reclamarle un trato especial por ser su hijo, por servirle, por buscarlo, pero ni siquiera eso me ha servido para que Él responda cuando yo he querido.
En ocasiones lo he amenazado diciéndole que ya no creería en Él o que dejaría de seguirlo si no me responde, sin embargo, nada de eso ha funcionado para que Él responda cuando yo quiero.
Entonces, en medio de esos momentos de enojo, frustración y angustia, he entendido que no se trata de lo que yo quiera, ni cuando lo quiera, ni como lo quiera, sino de CREER, de tener FE a pesar de cualquier cosa.
He aprendido a que mi FE no tiene que depender de lo que yo quisiera ver o de lo que yo quiero que Él me responda, he aprendido a seguir confiando en Él aun cuando humanamente me duele ver que no me responde o que simplemente calla.
He llorado en su presencia preguntándole el ¿Por qué? De muchas cosas, me he humillado a no mas poder para poder entender algunos sucesos de mi vida y a pesar de todo ello a veces simplemente no lo he entendido en el momento, pero al pasar los años me doy cuenta que todo tenia que pasar de la forma que paso, porque Dios me enseño algo y al aprender una lección he podido transmitirla a otras personas que están pasando por lo mismo.
Israel el pueblo escogido por Dios a través de la historia a pasado por momentos muy difíciles, y a pesar de ser su pueblo escogido, Dios simplemente no ha respondido en algunos momentos o simplemente ha callado. ¿Saben por qué?, porque hay cosas que tienen que pasar como tienen que pasar, hay experiencias que tenemos que enfrentar como cualquier otra persona, no hay un privilegio especial para no pasar en esta tierra cualquier cosa que cualquier humano puede pasar. En cambio a diferencia de muchos y a pesar que nos puede pasar muchas cosas mientras vivamos, tenemos la esperanza maravillosa de que un día estaremos junto al Señor por toda una eternidad.
Quizá los últimos días te has sentido enojado, frustrado, triste y hasta has amenazado a Dios por no haberte contestado como tu quieres, ¿Sabes?, te entiendo, pero al mismo tiempo quiero invitarte a seguir confiando a pesar de todo, a seguir creyendo aunque no veas, a seguir teniendo esa FE que es lo único que te puede sostener en medio de todo.
Pedro el Apóstol le dijo una vez al Señor Jesús: “Le respondió Simón Pedro: Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna.” Juan 6:68 (Reina-Valera 1960). Lo que Pedro le estaba diciendo es que solo en Él podrían encontrar lo que necesitaban.
Job en medio de su crisis total dijo: “He aquí, aunque él me matare, en él esperaré” Job 13:15a (Reina-Valera 1960). ¡Esas son palabras de FE!, ¿Seriamos nosotros capaces de decir eso en medio de una crisis terrible?
El Apóstol Pablo decía: “Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia.” Filipenses 1:21 (Reina-Valera 1960).
¿Qué quiero transmitir citando estos versículos de la Biblia?, la FE de estos hombres en medio de cualquier circunstancia, esa fe ciega que muchos de nosotros deberíamos tener, que no es fanatismo sino más bien confianza en las cosas que pueden suceder. La Biblia dice: “La fe es la confianza de que en verdad sucederá lo que esperamos; es lo que nos da la certeza de las cosas que no podemos ver.” Hebreos 11:1 (Nueva Traducción Viviente).
Hay muchas cosas que personalmente hubiera querido que pasaran o que Dios contestara, pero no lo hizo como yo quise, ni cuando yo quise, ni de la forma que pensé, sin embargo aquí estoy plenamente feliz en medio de todo, más bendecido de lo que creí merecer y no porque fuera un hombre de GRAN fe, sino porque a pesar de cualquier cosa seguí creyendo, porque entendí que las cosas no se darán como yo quiero, cuando yo quiero o de la forma que yo quiera, pero se darán, en el tiempo perfecto de Dios, tal y como Él lo tenia planeado y cuando eso suceda seremos plenamente felices en Él.
Cuando Dios calla o no contesta no lo hace por fastidiar tu vida, ni para que dejes de creer, al contrario, es allí en esos momentos en donde realmente debemos demostrar nuestra FE, lo que realmente creemos, de lo que realmente estamos hechos. Es en esos momentos en donde pareciera que Dios no se deja ver o escuchar, cuando debemos activar nuestra FE y demostrarle que pese a TODO seguiremos confiando y creyendo en Él y en lo que Él es capaz de hacer en su tiempo perfecto, de la forma perfecta, para que cumpla sus propósitos en nuestra vida.
La pregunta del titulo dice: ¿Y si Dios no te responde?, ¿Sabes que pasará si Dios no te responde?, pues SEGUIRAS CREYENDO y CONFIANDO EN ÉL porque fuiste llamado por Dios y Él cumplirá su propósito perfecto en tu vida.
¡Cree a pesar de no ver, porque eso es FE!, ¡Confía a pesar de no recibir en el momento que quisieras una respuesta, porque esa respuesta llegará si sigues confiando!, ¡Nunca te canses de esperar, porque lo que para ti llega tarde, para Dios llega en el momento exacto!
¡Tú fe no depende de una respuesta especifica, sino del DIOS de las respuestas!

martes, 19 de noviembre de 2013

La oración eficaz del justo puede mucho




La Biblia dice que Él es el mismo ayer, hoy y por los siglos. Su voluntad también lo es. Si ora conforme a su voluntad, Él lo oye.
"Confesaos vuestras ofensas unos a otros y orad unos por otros, para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede mucho". Santiago 5:16
Algunas veces los creyentes se retuercen las manos y se preocupan si están o no orando de acuerdo con la voluntad de Dios.
"Qué lástima "dicen, ciertamente no puedo esperar que Dios haga algo por mí que esté fuera de su voluntad". Y están absolutamente en lo correcto.
Pero no necesitan perder el tiempo andando por ahí perplejos. Necesitan tomar sus Biblias y entender cuál sea la voluntad de Dios.
Dios ha hecho algunas promesas muy claras en su Palabra, y su voluntad es cumplir cada una de ellas en su vida. En efecto, esas promesas están divinamente garantizadas por un contrato que ha sido firmado con la sangre de Jesucristo.
Piénselo de esta manera. Su Biblia es la última voluntad y testamento de Jesucristo. Es un registro de la herencia que le pertenece a usted. Todo lo que es suyo ha sido registrado en ese Libro, y si usted es inteligente, escudriñará lo que hay en ella. No la deje sobre la mesa para que luego no tenga que clamar: "¡Oh, Dios! ¡Oh, Dios! Estoy buscando la verdad".
Tome la Biblia y busque en ella lo que a usted le pertenece. Dese cuenta de lo que necesita hacer para estar en conformidad con la voluntad de Dios.
Algunas personas no hacen eso. Al contrario, tratan de cambiar a Dios. Siguen tratando de convencer a Dios de cuán heridas se sienten o de cuán pobres son. Rogarán, suplicarán y adularán a Dios y actuarán siempre como si tuvieran que cambiar, de algún modo, el parecer de Dios acerca de la situación. Esas personas se van a quedar esperando por mucho tiempo.
Dios nunca va a cambiar. La Biblia dice que Él es el mismo ayer, hoy y por los siglos. Su voluntad también lo es. Así que no pierda su tiempo preguntándose si está orando conforme a la voluntad de Dios. Tome el Libro y base sus oraciones en este. Entonces podrá estar seguro de que la respuesta está de camino.
Efesios 5:17 "Por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor".
¿Alguna vez ha estado en oración y de repente le ha perturbado la idea de que Dios no está escuchándolo?
Esto nos sucede a todos. Pero poco sabemos realmente qué hacer. Oramos de manera inconstante, diciendo las mismas oraciones de siempre, y esperamos con cierta incertidumbre que sean contestadas y sospechamos con cierta certeza que no lo serán.
Hoy quiero mostrarle cómo resolver ese dilema de una vez por todas. Pero déjeme advertirle, no voy a darle una palmadita en la espalda y asegurarle que Dios escuchará cualquier cosa dudosa o egoísta que usted le diga. No lo hará. El sólo ha prometido escuchar las oraciones que se hacen conforme a su voluntad. El apóstol Juan dice que si usted ora así, puede estar seguro de que recibirá las peticiones que le haya hecho a Dios.
La palabra petición se define como "una solicitud formal escrita y dirigida a un superior soberano sobre una gracia o derecho en particular", y eso es exactamente lo que usted necesita cuando ora por algo serio.
¿Cómo se prepara una petición sólida que esté de acuerdo con la voluntad de Dios?
En primer lugar, tiene que escudriñar la Palabra de Dios. Encuentre pasajes bíblicos que se aplican a su situación y úselos como la base de su petición.
Luego arrodíllese y pregunte al Espíritu Santo. Deje que le ayude a desarrollar su petición en forma detallada. La mejor manera de hacer eso es pasar tiempo orando en otras lenguas. (Véase Romanos 8:26-27). Espere que Dios le muestre cosas "de corazón a corazón". El quiere que usted conozca su voluntad. Por lo tanto, ponga atención cuando esté orando.
Por último, escríbalo. Haga una petición formal escrita, anotando cada pasaje que encuentre. Además, al esperar que el Espíritu Santo le dé detalles, anote las ideas y pensamientos que Él le dé.
Tómese el tiempo necesario. Deje que el Espíritu desarrolle su oración. Trate de asimilar la verdad que le está mostrando y espere a que actúe en usted. Afirme la petición en su mente y cuando esté preparado, preséntesela a Dios.
Créame, El estará escuchando.

1 Juan 5:14,15 "Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye, y si sabemos que él nos oye en cualquiera cosa que pidamos, sabemos que tenemos la peticiones que le hayamos hecho"