¿Cómo pueden las mentiras ser parte del cristianismo?
Jesús dijo que los falsos profetas con piel de oveja iban a venir. Juan dijo que los anticristos y falsos apóstoles habían llegado y habían salido de entre ellos. Pedro vio que los falsos maestros habían llegado. Pablo
y Judas vio que los falsos apóstoles habían venido, y le advirtió a los
hermanos noche y día durante tres años que vendrían más. Y en el Apocalipsis, Juan vio que todo el mundo seguiría a los falsos profetas y la iglesia falsa, lo que ocurrió poco después. La iglesia falsa es la ramera de Babilonia del Apocalipsis, montada sobre la bestia de muchos nombres [30.000 sectas de la cristiandad], con cuernos como un cordero [similar a la iglesia verdadera], pero que habla como un dragón [los hombres hablan de sus mentes carnales, que es enemistad con Dios, y sus opiniones vanas de su imaginación impía] en lugar de hablar palabras proporcionadas por el Espíritu Santo, como lo hicieron Jesús y los apóstoles.
Eso es como decir que Jesús le ofrece una
manera de no ser castigados. ¿No suena más como una amenaza que como un
regalo? Bueno, es una amenaza, y es una mentira.
Jesús nos ofrece un regalo a todos, que es mucho, mucho más de lo que el hombre se puede imaginar;
pero la cristiandad ha hecho que el evangelio y la esperanza sean
huecos, reemplazándolos con mentiras. Lo que Jesús nos ofrece en esta
vida es deshacernos de nuestra naturaleza pecaminosa: para ya no estar
sujetos a la ira, el enojo, la lujuria, la avaricia, el orgullo, la
depresión, el alcoholismo, los deseos sexuales inmorales, las ataduras
habituales, mentir, engañar, odiar, etc; y cuando nos deshacemos de
nuestra naturaleza egoísta, Dios ofrece reemplazarla con su naturaleza y el espíritu de amor, paz, alegría, fe, bondad, benignidad, bondad, humildad, paciencia, dominio propio y justicia.
Él se ofrece a sí mismo por nosotros (para llegar a ser parte de él, y para que él se una a nosotros), en intercambio de que nosotros nos entreguemos a él. Nosotros le damos todo lo que tenemos; él nos da todo lo que tiene a cambio. Aquí están algunas de las promesas que él desea que se conviertan en la esperanza que usted alcance, porque esa esperanza libera la gracia que purifica el corazón y el alma a través de nuestra fe en las promesas de Dios: (haga clic sobre el texto azul claro para ver la prueba bíblica)
- por la esperanza de ser guiados a toda la verdad y ser enseñados todas las cosas de Dios,
- por la esperanza de limpiados por el poder de Dios,
- por la esperanza de ser liberados de nuestros pecados,
- por la esperanza de salir de la oscuridad a la luz de Dios,
- por la esperanza de convertirse en hijos de la luz, (la luz es Dios),
- por la esperanza de vencer al mundo, el diablo y la muerte, para ir a la victoria,
- por la esperanza de caminar por fe, en el espíritu, en el amor, y en la luz,
- por la esperanza de llegar a ser puros,
- por la esperanza de ver a Dios aparecer en su corazón,
- por la esperanza de ver la gloria de Dios,
- por la esperanza de aparecer en gloria con Él cuando él venga,
- por la esperanza de producir el fruto del espíritu y trayendo gloria al Padre,
- por la esperanza de llegar a ser justo,
- por la esperanza de llegar a ser santo,
- por la esperanza de la purificación eterna y la perfección,
- por la esperanza de ser perfectos como se nos mandó,
- por la esperanza de crecer hasta llegar a ser un hombre perfecto, la medida de la estatura de la plenitud de Cristo,
- por la esperanza de ser resucitados con Cristo, como Cristo es resucitado en ustedes,
- por la esperanza de convertirse en una criatura completamente nueva,
- por la esperanza de Cristo gobernando en su corazón,
- por la esperanza de entrar en el reposo prometido de nuestras labores, a sea hecha tu voluntad en la tierra como en el cielo, vigorizado por Dios,
- por la esperanza de unirse en unión con Cristo y el Padre,
- por la esperanza de entrar en el Reino de Dios,
- por la esperanza de la comunión con Cristo y el Padre,
- por la esperanza de la comunión en el Espíritu con otros santos en el mundo, y los hombres el pasado a la perfección,
- por la esperanza de vida eterna en Dios, que es traída a nosotros cuando lo vemos traer nuestra salvación - y
- por la esperanza de todos de que esto ocurra por la fe a través de la gracia de Dios a medida que vivimos en este mundo presente.
¿Y cómo cumplimos nuestra esperanza? Sentarse a los pies de Jesús y escuchar su palabra es lo único que necesitan los que deseen experimentar las promesas de la Biblia:
Jesús no le estaba leyendo las escrituras a María, estaba hablando con ella; debemos oírle hablar también a nosotros: porque las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida. Juan 6:63; las palabras que él habla son espíritu y difunden la vida de Dios hacia nosotros, si nosotros escuchamos y obedecemos. Debemos ir a él. Debemos esperar en él - escuchar en silencio, con la humildad de un pecador que necesita de su poder de transformación - la gracia. Tenemos que escuchar - escuchar - y recibir con mansedumbre la palabra implantada, la cual es capaz de salvar vuestras almas. Santiago 1:21. Diariamente debemos esperar, velar, escuchar, oír, obedecer... esperar, velar, escuchar, oír, obedecer..... buscar, escuchar, obedecer. Debemos perseverar hasta el final, cuando veamos a Cristo traer nuestra salvación.
Sentarse en silencio, luchando con su mente para poder escuchar, es una cruz para su voluntad; obedecer es una cruz para su voluntad - negando su voluntad, y cediendo a hágase tu voluntad - esta es la cruz interna de la negación propia. Haga esto, y estará llevando su cruz, siguiendo a Jesús.
Sentarse en silencio, luchando con su mente para poder escuchar, es una cruz para su voluntad; obedecer es una cruz para su voluntad - negando su voluntad, y cediendo a hágase tu voluntad - esta es la cruz interna de la negación propia. Haga esto, y estará llevando su cruz, siguiendo a Jesús.
No hay comentarios:
Publicar un comentario