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sábado, 27 de julio de 2013

LAS 10 MENTIRAS MORTALES DEL CRISTIANISMO. MENTIRA Nº 2

Mentira Número 2. Ser salvo es ser salvado de ir al infierno.
Por gracia sois salvos, ¿pero salvos de qué? No el infierno, sino más bien salvados de sus pecados: él salvará a su pueblo de sus pecados. Mat 1:21. El cristianismo quisiera hacerle creer que Cristo lo excusa de todo pecado, para que pueda pecar libre de culpa. Si Cristo nos salva de la culpa, entonces hace el pecado más fácil. Si Cristo hace más fácil el pecado, entonces, él promueve el pecado. Si promueve el pecado, entonces Cristo es impío. Si él es impío, no es Cristo; por lo tanto él no salva a la gente de la culpa del pecado; sólo el diablo haciéndose pasar por Cristo salva a la gente de la culpa de sus pecados.
Aquel que piensa que la sangre de Cristo le permite seguir en sus pecados, sin el furor de Dios sobre él, ha pisoteado al Hijo de Dios, y ha considerado de poca importancia la sangre del pacto por la cual fue santificado y que ha ultrajado [despreciado] al Espíritu de gracia Hebreos 10:29. Porque la iglesia falsa hace que su sangre cuente como una excusa para el mal, haciendo de su sangre una cosa profana, y así pisotean a Jesús y muestran desprecio por la gracia.
La doctrina de la cristiandad es la doctrina del diablo, quien le dijo a Adán y Eva: pueden ser como Dios, sabiendo el bien y el mal; y ellos comieron, queriendo llegar a ser sabios, para ser capaces de decidir entre lo bueno y lo malo, para poder tomar sus propias decisiones, para poder vivir sus vidas como ellos deseaban, incluyendo el pecado. Así que cualquier doctrina que le dice que Dios lo acepta en el cielo, mientras sigue siendo esclavo del pecado, (de cierto os digo que todo aquel que practica el pecado es esclavo del pecado. Juan 8:34), es la doctrina del viejo demonio disfrazada. Para ir al cielo, debemos ser restaurados para ser continuamente guiados y conducidos por el Espíritu de Dios; caminar con su mente carnal, que es enemistad contra Dios, y por la imaginación de su corazón, es peor que adorar ídolos de piedra o de madera. Jeremías 16:11-12. Jesús expulsó a Satanás del cielo a causa de su pecado. Jesús expulsó a Adán y Eva del paraíso a causa de su pecado. Jesús no ha cambiado y no cambia; él no permitió el pecado o a los pecadores en el cielo entonces, y que no permitirá el pecado ni a los pecadores en el cielo ahora, ni en el futuro. El pecado tiene que ser eliminado antes de que usted pueda entrar en el cielo; nada que sea impuro o contaminado entrará en el cielo.
Si el pecador primero no ha purgado lentamente los pecados de su corazón, mientras aprende a odiar todo el mal, incluso si ese pecador fuera trasladado al cielo, no sería feliz porque no podría continuar con todas sus antiguas adicciones. Si usted muere cuando todavía está pecando, sería absolutamente miserable en el cielo; todos sus placeres y deseos, al no haber sido crucificados en la tierra, no estarán disponibles en el cielo, y usted será miserable sin ellos. Usted estará anhelando el viejo vino, que usted piensa que es mejor que el nuevo vino porque usted no ha sido preparado, crucificado, purificado (los odres nuevos) y liberado de sus deseos, enojo, deseos sexuales, resentimiento, envidia, codicia, mentiras, celos, necedad, fiestas, borracheras, placeres, etc. Aun sus pensamientos serían oídos por todos los que están a su alrededor; usted estaría aterrado, y desearía correr hacia la oscuridad donde esperaría que sus pensamientos no fueran oídos por nadie. El hombre debe crucificar sus pasiones y afectos en la cruz interna de la negación propia antes de que pueda disfrutar de la comunión en los cielos.
Cristo, perdona los pecados del pasado y perdona los pecados del presente mientras alguien esté activamente buscando la gracia de la purificación del alma y del corazón; pero, esa búsqueda debe de ser con todo su corazón como la primera prioridad de su vida. Si un creyente no está buscando librarse del pecado, si no se siente culpable por sus pecados, los cual lo motiva a buscar la gracia purificadora de Dios, entonces ese creyente está condenado y si ese creyente muere en sus pecados, se le prohibirá entrar al cielo, como las siguientes escrituras así lo advierten:
Jesús dijo: Arrepiéntanse o morirán.  No peques más. Si tu mano, pie o tus ojos son causa de pecado, córtatelos; porque es mejor entrar al reino de los cielos sin una parte de tu cuerpo, que entrar con tu cuerpo completo al Infierno. Yo nunca te conocí; salte de mi, tú que trabajas en la iniquidad [pecado, sin leyes o maldad]
Jesús dijo,.. Porque desde adentro, del corazón del hombre, salen los malos pensamientos, los adulterios, las fornicaciones, los homicidios, los robos, las avaricias, las maldades, el engaño, la falta de restricción, el ojo maligno [envidia], la blasfemia, el orgullo y la insensatez. Todas estas maldades salen de adentro y contaminan al hombre. Mar 7:21-23
Atención, hasta que tu corazón no esté limpio,  estarás contaminado -  como una bestia que se sirve a sí misma, en lugar que los otros.

Pablo dijo: Los actos de la naturaleza pecaminosa incluyen la inmoralidad sexual, impureza, libertinaje, idolatría, brujería, odio, discordia, celos, arrebatos de ira, rivalidades, herejías, envidia, homicidios, borracheras, orgías y cosas semejantes a estas … los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios. Gál5:19-21
Aquellos que practican inmoralidad, orgullo, odio, mentira, envidia, que siempre quieren más, que festejan...serán excluidos del cielo.

Salvarse significa, estar salvado de tus pecados, lo que entonces resulta en que puedas entrar  al reino de los cielos y escapar del Infierno. Sin embargo, tú no puedes escapar del Infierno si mueres sin haber sido liberado de tus pecados mientras seguías en la tierra. El cristianismo te dirá que ningún hombre puede ser libre del pecado mientras esté en la tierra pero, ese es solamente el Diablo ignorando las escrituras:
El que practica el pecado es del diablo, porque el diablo peca desde el principio. Para esto es revelado el Hijo de Dios [en nosotros]: para deshacer [en nosotros] las obras [pecado] del diablo. 1 Juan 3:8
La comisión de Pablo por Jesús: ' Yo te libraré del pueblo [judío] y de los gentiles, a los cuales ahora te envió, para abrir sus ojos para que se conviertan de las tinieblas a la luz y del poder de Satanás a Dios, para que reciban el perdón de los pecados y la liberación de la esclavitud del pecado  y una herencia entre los santificados y purificados por la fe en mi'. Hechos 26:17-18

Sin embargo, ahora, libres del pecado y habiendo sido hechos siervos de Dios, tenéis como recompensa la santificación y al final la vida eterna. Rom 6:22
Tú debes saber la verdad y la verdad te hará libre. A si es que si el Hijo te hace libre, eres verdaderamente libre. Juan 8:32,36
Así es que los que viven de la carne no pueden agradar a Dios. Rom 8:8

Porque si vives conforme a la carne [la naturaleza pecadora] habéis de morir pero si a través del Espíritu hacéis morir las prácticas de la carne, viviréis. Rom 8:13

Por lo tanto haced morir lo terrenal [condena a muerte]; la fornicación, impurezas, afecciones excesivas, malos deseos de la carne y la codicia que son idolatría. Col 3:5

Despojaos de vuestra antigua manera de vivir, la que controlaba tu conducta, la que corrompe a través de pasiones y deseos engañosos. Efe 4:22

Porque los que son de Cristo Jesús han crucificado la carne [la naturaleza pecadora] con sus pasiones y deseos [lujuria y afecciones]. Gal 5:24

Predicar haber sido salvado del Infierno, frente a haber sido salvado de tus pecados, es una delicada pero horrible mentira que comenzó con apostasía de la iglesia adulterada por los reyes de la tierra, los emperadores de Roma, llegando a ser una religión apoyada por el estado, bajo el control y el dictado de Constantino, Justiniano el déspota y Teodosio I, quien promulgara la ley en el año 380 dC estableciendo el Cristianismo Católico Romano como la religión oficial del Imperio Romano. La bota aplastante de la apoyada religión Romana del Imperio fue usada para perseguir y matar a la verdadera iglesia.
Entonces la falsa iglesia comenzó a amenazar a las masas en convertirlos en sus clientes pagadores, amenazándolos con el Infierno e ignorando cualquier requerimiento para librarse del pecado. ¿Por qué? por que los líderes de la falsa iglesia del cristianismo seguían atrapados en el pecado y no podían creer que era posible; si es que hubiesen admitido la posibilidad; habrían tenido que renunciar, admitiendo que habían sido guías ciegos.  Si cualquier líder cristiano de ese tiempo hubiese sugerido que los pecadores nunca se irían al cielo, los emperadores pecadores los habrían ejecutado inmediatamente y los hubieran reemplazado por aquellos que apoyaban el falso evangelio de la iglesia adultera. Ahora la ramera de Babilonia.
La oración del Señor, "libéranos del mal”, significa ser liberado del mal en nuestros corazones, liberados de nuestros pecados en nuestros corazones. El mal en esta oración se refiere al  mal en el corazón de todos los hombres, sus propios malos pensamientos, las inmoralidades sexuales, los robos, los homicidios, los adulterios, las avaricias, las maldades, el engaño, la sensualidad y la insensatez, etc.
Jesús es nuestro Salvador, el que nos libera y nos redime – quien destruye el pecado y el mal en tu corazón, lo cual nos ha contaminado. Jesús, con tu persistencia hasta el final  te liberará del poder de la oscuridad  y te trasladará a su reinado mientras estés sobre la tierra,  Col 1:13, Juan 14:3,17:24, Efe 2:5-6.

¿Cómo puede uno librarse del pecado? Por medio del arrepentimiento a través de la cruz interior de negación propia: Que en su nombre se predicase el arrepentimiento y la liberación de la esclavitud del pecado en todas las naciones, comenzando desde Jerusalén. Lucas 24:47. ¿Cómo se arrepiente uno? Primero, por el simple mensaje de arrepentimiento de Juan el Bautista:
Si usted cumple con lo anterior, muestra su compromiso de seguir el camino del Señor. Entonces usted debe ir al Señor, esperar en Él, escucharlo en silencio, con humildad, para escuchar la palabra que él le habla, y después obedecer; de esta manera Él le mostrara de lo que se tiene que arrepentir. Ya que el Señor debe mostrarnos los pecados secretos de nuestro corazón:
A medida que usted escucha al Señor como un hábito diario, y le obedece, Él quita los pecados que Él le mostró en su corazón, uno por uno; hasta que usted llega a ser puro y libre de todo pecado.
Pero debido a que para nacer de nuevo libre de pecado se requiere dejar a un lado la vida egoísta en la cruz interna de la negación propia, las personas se apresuran para creer en los falsos maestros que describen el camino que parecen derecho y fácil, pero su fin es camino de destrucción.

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