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miércoles, 31 de julio de 2013

La Vida y la Muerte

La Vida y la Muerte


La muerte es algo de lo que nadie puede escapar. La muerte sigue a la vida con tanta seguridad como la noche sigue al día, el invierno sigue al otoño o la vejez sigue a la juventud. Las personas se preparan para no sufrir cuando les llegue el invierno; se preparan para no tener que sufrir en la vejez. ¡Pero pocos se preparan para la certeza aún mayor de la muerte!
La sociedad moderna ha alejado su mirada de este problema tan fundamental. Para la mayoría de las personas, la muerte es algo a temer, algo terrible o si no, sólo la ausencia de vida, algo hueco y vacío. Y la muerte ha llegado a ser considerada incluso como algo "antinatural."

¿Qué es la muerte? ¿Qué ocurre con nosotros después de que morimos? Podemos intentar ignorar estas preguntas. Muchas personas lo hacen. Pero si ignoramos la muerte, creo que estaremos condenados a vivir una existencia poco profunda, a vivir insatisfechos, espiritualmente hablando. Puede que hasta nos convenzamos a nosotros mismos de que, de alguna manera, haremos una transacción con la muerte "cuando llegue el momento." Algunas personas se mantienen muy comprometidas en un sinfín de constantes tareas que le evitan pensar en los problemas fundamentales de la vida y la muerte. Pero en semejante estado mental, la alegría que sentimos es, en fin de cuentas, frágil y se encuentra ensombrecida por la presencia ineludible de muerte. Es mi firme creencia que enfrentar el problema de la muerte puede ayudar a traer verdadera estabilidad, paz y profundidad a nuestras vidas.

¿Qué es, entonces, la muerte? ¿Es sólo extinción, un retroceso hacia la nada? ¿O es la puerta hacia una nueva vida, una transformación en lugar de un fin? ¿Acaso es que la vida no es más que una fase fugaz de actividad precedida y seguida por la quietud y la no-existencia? ¿O será que tiene una continuidad más profunda, que persiste más allá de la muerte en alguna forma u otra?

Según el punto de vista budista, la idea de que nuestras vidas acaban con la muerte, es interpretada como una captación muy equivocada de la realidad. El budismo ve que todo en el universo, todo lo que ocurre en él, es parte de un inmenso tejido viviente de interconexiones. La energía vibrante que nosotros llamamos vida y que fluye a lo largo y ancho del universo no tiene principio ni final. La vida es un proceso continuo y dinámico de cambio. ¿Por qué, entonces, ha de ser la vida humana la única excepción? ¿Por qué ha de ser nuestra existencia algo arbitrario, aislado y desconectado del ritmo universal de la vida?

Nosotros sabemos ahora que las estrellas y las galaxias nacen, viven lo que les corresponde por naturaleza vivir, y mueren. Lo que es aplicable a las inmensas realidades del universo es igualmente aplicable al reino en miniatura de nuestros cuerpos. Desde una perspectiva totalmente física, nuestros cuerpos están constituidos por los mismos materiales y compuestos químicos que constituyen a las galaxias más distantes. En este sentido nosotros somos, literalmente, hijos de las estrellas.

Un cuerpo humano consta de unos sesenta billones de células individualizadas y la vida es la fuerza inherente que armoniza el infinitamente complejo funcionamiento de este arrebatador número de células. A cada momento, enormes cantidades de estas células mueren y son reemplazadas por el nacimiento de otras. A este nivel, cada uno de nosotros está experimentando día a día los ciclos de nacimiento y muerte.

En términos muy prácticos, la muerte es necesaria. Si las personas vivieran para siempre, tarde o temprano empezarían a anhelar la muerte. Sin la muerte, enfrentaríamos gran cantidad de nuevos problemas, desde la superpoblación hasta el hecho de que las personas tuvieran que vivir para siempre en cuerpos avejentados. La muerte hace espacio para la renovación y la regeneración.

La muerte debe, por consiguiente, agradecerse tanto como se agradece la vida, como una bendición. El budismo ve la muerte como un período de descanso, como un sueño a partir del cual la vida recobra energía y se prepara para nuevos ciclos de existencia. No hay ninguna razón para temerle a la muerte, para odiarla o para buscar desterrarla de nuestras mentes.

La muerte no discrimina, nos despoja de todo. La fama, la riqueza y el poder son todos inútiles en los solemnes momentos finales de la vida. Cuando el momento llega, en lo único que podemos confiar es en nosotros mismos. Ésta es una confrontación imponente ante la cual nos presentamos con la sola armadura de nuestra cruda humanidad, del registro real de lo que hemos hecho, de cómo hemos escogido vivir nuestras vidas. "¿He sido fiel a mí mismo? ¿Qué contribución he aportado yo al mundo? ¿Cuáles son mis satisfacciones o pesares?"

Para morir bien, uno tiene que haber vivido bien. Para quienes han vivido fieles a sus convicciones, para quienes han trabajado por llevar felicidad a los demás, la muerte puede venir como un placentero descanso, como un sueño bien ganado después de un día de agradable ejercicio.

Yo me sentí muy impresionado cuando supe sobre la actitud que asumió mi amigo David Norton, al confrontar su propia muerte, hace algunos años.

Cuando sólo tenía diecisiete años, el joven David era un bombero paracaidista voluntario que se lanzaba en las áreas inaccesibles con el fin de cortar árboles y excavar trincheras para impedir que los fuegos se extendieran. Él hacía esto, decía él, para aprender a enfrentar sus propios miedos.

Cuando tenía alrededor de sesenta y cinco años, le fue diagnosticado un cáncer avanzado y enfrentó la muerte con actitud de avance hasta encontrar que el dolor no lo derrotaría. Tampoco encontró él que la muerte fuese una experiencia solitaria. Según su esposa, Mary, rodeado por todos sus amigos, su marido enfrentó la muerte sin miedo, y se refería a ella como: "otra aventura; el mismo tipo de prueba que se enfrentan ante un fuego en el bosque."
"Yo supongo que lo primero sobre semejante aventura," dijo Mary, "es que es una oportunidad en la que uno puede desafiarse a sí mismo. Es salirse de situaciones que son cómodas, en las que uno sabe lo que está ocurriendo y en las que uno no tiene nada de qué preocuparse. Es una oportunidad para crecer. Es una oportunidad para uno transformarse a sí mismo en lo que uno necesita ser. Pero es algo que se debe enfrentar sin miedo."

El estar consciente de la muerte nos permite vivir cada día y cada momento lleno de agradecimiento hacia la incomparable oportunidad que tenemos de crear algo durante nuestra estadía en la Tierra. Creo que para disfrutar verdadera felicidad debemos vivir cada momento como si fuese el último. El presente nunca volverá. Podemos hablar del pasado o del futuro, pero la única realidad que tenemos es este momento presente. Y el confrontar la realidad de la muerte realmente nos permite generar creatividad ilimitada, valor y alegría en cada momento que vivimos

lunes, 29 de julio de 2013

Profecías del Mesías cumplidas en la Vida de Jesucristo

Profecías del Mesías cumplidas en la Vida de Jesucristo



     ¿Cómo respondería usted a alguien que afirma que la Biblia no es inpirada? ¿Hay alguna forma de probar la inspiración o, al menos, presentar inteligentemente la evidencia de su inspiración? La respuesta es ¡Sí!

     Una de las mejores maneras de demostrar la inspiración es examinar las profecías. Hay muchos libros religiosos en el mundo que dicen muchas cosas buenas. Pero solamente la Biblia ha cumplido profecías, y todavía quedan cosas profetizadas por cumplirse. La Biblia nunca se ha equivocado en el pasado, y no se equivocará en el futuro. Afirma ser inspirada por Dios (2 Tim 3:16). Ya que Dios es el creador de todas las cosas (Isa 44:24), sin duda El es también el creador del tiempo. El tiempo está bajo su control. Solamente entonces Dios siempre tendrá la razón acerca de lo que hay en el futuro, nuestro futuro.

     Las profecías ya cumplidas son una fuerte evidencia de que Dios es el autor de la Biblia, porque cuando uno considera las probabilidades matemáticas de que las profecías se cumplan, es posible percibir prontamente detrás de la Biblia un proyecto, un plan, y una mano que guía los acontecimientos. Si solamente una profecía no se cumpliese, entonces sabríamos que Dios no es el Dios verdadero, porque el creador de todas las cosas, incluido el tiempo, no erraría al predecir el futuro. Deuteronomio 18:22 dice: "Si el profeta habla en nombre de Jehová, y no se cumple ni acontece lo que dijo, esa palabra no es de Jehová. Por presunción habló el tal profeta; no tengas temor de él". Isaías 46:9-10 dice, "Acordaos de las cosas pasadas desde los tiempos antiguos, porque yo soy Dios; y no hay otro Dios, y nada hay semejante a mí, que anuncio lo por venir desde el principio, y desde la antigüedad lo que aún no era hecho; que digo ‘Mi consejo permanecerá y haré todo lo que quiero’."

     Cuando se habla con un no creyente, un enfoque adecuado es ir al Salmo 22 y leer los versículos 12-18. Aquí hay una descripción detallada de la crucifixión, escrita mil años antes de que Jesús naciese. Después de leer el pasaje, pregúntele de qué se trata. Él dirá: "De la crucifixión de Jesús". Entonces respóndale: "Tiene razón. Se trata de la crucifixión. Pero esto fue escrito mil años antes de que Jesús naciera. Y como si eso fuera poco, la crucifixión como medio de ejecución ni siquiera se había inventado en esa época. ¿Cómo cree usted que pudo ocurrir una descripción como ésta?" Luego de un breve tratamiento, uno puede mostrarle algunas profecías más, como la que anunciaba el lugar de nacimiento de Jesús (Miqueas 5:2), que El nacería de una virgen (Isaías 7:14), o que su costado sería traspasado (Zacarías 12:10).

     He aquí una lista parcial de profecías cumplidas en Jesús

 
1. Nacido en Belén

Profecía Antiguo Testamento
Miqueas 5:2
Pero de ti, Belén Efrata, pequeña entre los clanes de Judá, saldrá el que gobernará a Israel;
sus orígenes se remontan hasta la antigüedad, hasta tiempos inmemoriales.


Cumplimiento Nuevo Testamento
Mateo 2:1-6
Después de nacer Jesús en Belén de Judea en tiempos del rey Herodes, he aquí llegaron a Jerusalén unos sabios procedentes del Oriente. 2 —¿Dónde está el que ha nacido rey de los judíos? —preguntaron—. Vimos salir su estrella y hemos venido a adorarlo. 3 Cuando lo oyó el rey Herodes, se turbó, y toda Jerusalén con él. 4 Así que convocó de entre el pueblo a todos los jefes de los sacerdotes y maestros de la ley, y les preguntó dónde había de nacer el Cristo. 5 —En Belén de Judea —le respondieron—, porque esto es lo que ha escrito el profeta: 6 »“Pero tú, Belén, en la tierra de Judá ,de ninguna manera eres la menor entre los principales de Judá; porque de ti saldrá un príncipe que será el pastor de mi pueblo Israel.

Lucas 2:1-20
Nacimiento de Jesús
1  Por aquellos días Augusto César decretó que se levantara un censo en todo el imperio romano. 2 Este primer censo se efectuó cuando Cirenio gobernaba en Siria. 3 Así que iban todos a inscribirse, cada cual a su propio pueblo. 4 También José, que era descendiente del rey David, subió de Nazaret, ciudad de Galilea, a Judea. Fue a Belén, la ciudad de David, 5 para inscribirse junto con María su esposa. Ella se encontraba encinta 6 y, mientras estaban allí, le llegó el tiempo del parto. 7 Así que dio a luz a su hijo primogénito. Lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en la posada.

Los pastores y los ángeles
8 En esa misma región había unos pastores que pasaban la noche en el campo, turnándose para cuidar sus rebaños. 9 Sucedió que un ángel del Señor se les apareció. La gloria del Señor los envolvió en su luz, y se llenaron de temor. 10 Pero el ángel les dijo: «No tengáis miedo. Mirad que os traigo buenas noticias que serán motivo de mucha alegría para todo el pueblo. 11 Hoy os ha nacido en la ciudad de David un Salvador, que es Cristo el Señor. 12 Esto os servirá de señal: Encontraréis a un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre.» 13 De repente apareció una multitud de ángeles del cielo, que alababan a Dios y decían: 14 «Gloria a Dios en las alturas,y en la tierra paz a los que gozan de su buena voluntad.» 15 Cuando los ángeles se fueron al cielo, los pastores se dijeron unos a otros: «Vamos a Belén, a ver esto que ha pasado y que el Señor nos ha dado a conocer.» 16 Así que fueron de prisa y encontraron a María y a José, y al niño que estaba acostado en el pesebre. 17 Cuando vieron al niño, contaron lo que les habían dicho acerca de él, 18 y cuantos lo oyeron se asombraron de lo que los pastores decían. 19 María, por su parte, guardaba todas estas cosas en su corazón y meditaba acerca de ellas. 20 Los pastores regresaron glorificando y alabando a Dios por lo que habían visto y oído, pues todo sucedió tal como se les había dicho.


2. Nacido de una virgen

Profecía Antiguo Testamento
Isaías 7:14
Por tanto, el Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen concebirá y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel.

Cumplimiento Nuevo Testamento
Mateo 1:18-25
Nacimiento de Jesucristo
18 El nacimiento de Jesús, el Cristo, fue así: su madre, María, estaba comprometida para casarse con José, pero antes de unirse a él, resultó que estaba encinta por obra del Espíritu Santo. 19 Como José, su esposo, era un hombre justo y no quería exponerla a vergüenza pública, resolvió divorciarse de ella en secreto. 20 Pero cuando él estaba considerando hacerlo, se le apareció en sueños un ángel del Señor y le dijo: «José, hijo de David, no temas recibir a María por esposa, porque ella ha concebido por obra del Espíritu Santo. 21 Dará a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados.» 22 Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que el Señor había dicho por medio del profeta: 23 «La virgen concebirá y dará a luz un hijo, y lo llamarán Emanuel» (que significa «Dios con nosotros»). 24 Cuando José se despertó, hizo lo que el ángel del Señor le había mandado y recibió a María por esposa. 25 Pero no tuvo relaciones conyugales con ella hasta que dio a luz un hijo, a quien le puso por nombre Jesús.

Lucas 1:26-38
Anuncio del nacimiento de Jesús
26 A los seis meses, Dios envió al ángel Gabriel a Nazaret, pueblo de Galilea, 27 a visitar a una joven virgen comprometida para casarse con un hombre que se llamaba José, descendiente de David. La virgen se llamaba María. 28 El ángel se acercó a ella y le dijo:—¡Te saludo, tú que has recibido el favor de Dios! El Señor está contigo. 29 Ante estas palabras, María se perturbó, y se preguntaba qué podría significar este saludo. 30 —No tengas miedo, María; Dios te ha concedido su favor —le dijo el ángel—. 31 Concebirás y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. 32 Él será un gran hombre, y lo llamarán Hijo del Altísimo. Dios el Señor le dará el trono de su padre David, 33 y reinará sobre el pueblo de Jacob para siempre. Su reinado no tendrá fin. 34 —¿Cómo podrá suceder esto —le preguntó María al ángel—, puesto que soy virgen? 35 —El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Así que al santo niño que va a nacer lo llamarán Hijo de Dios. 36 También tu parienta Elisabet va a tener un hijo en su vejez; de hecho, la que decían que era estéril ya está en el sexto mes de embarazo. 37 Porque para Dios no hay nada imposible. 38 —Aquí tienes a la sierva del Señor —contestó María—. Que él haga conmigo como me has dicho. Después de esto, el ángel la dejó.

       
3. Sería un profeta como Moisés

Profecía Antiguo Testamento
Deuteronomio 18:15, 18, 19
El Señor tu Dios levantará de entre tus hermanos un profeta como yo. A él sí lo escucharás.
Por eso levantaré entre sus hermanos un profeta como tú; pondré mis palabras en su boca, y él les dirá todo lo que yo le mande. 19 Si alguien no presta oído a las palabras que el profeta proclame en mi nombre, yo mismo le pediré cuentas.

Cumplimiento Nuevo Testamento
Juan 7:40
Al oír sus palabras, algunos de entre la multitud decían: «Verdaderamente éste es el profeta.»

sábado, 27 de julio de 2013

LAS 10 MENTIRAS MORTALES DEL CRISTIANISMO. MENTIRA Nº 2

Mentira Número 2. Ser salvo es ser salvado de ir al infierno.
Por gracia sois salvos, ¿pero salvos de qué? No el infierno, sino más bien salvados de sus pecados: él salvará a su pueblo de sus pecados. Mat 1:21. El cristianismo quisiera hacerle creer que Cristo lo excusa de todo pecado, para que pueda pecar libre de culpa. Si Cristo nos salva de la culpa, entonces hace el pecado más fácil. Si Cristo hace más fácil el pecado, entonces, él promueve el pecado. Si promueve el pecado, entonces Cristo es impío. Si él es impío, no es Cristo; por lo tanto él no salva a la gente de la culpa del pecado; sólo el diablo haciéndose pasar por Cristo salva a la gente de la culpa de sus pecados.
Aquel que piensa que la sangre de Cristo le permite seguir en sus pecados, sin el furor de Dios sobre él, ha pisoteado al Hijo de Dios, y ha considerado de poca importancia la sangre del pacto por la cual fue santificado y que ha ultrajado [despreciado] al Espíritu de gracia Hebreos 10:29. Porque la iglesia falsa hace que su sangre cuente como una excusa para el mal, haciendo de su sangre una cosa profana, y así pisotean a Jesús y muestran desprecio por la gracia.
La doctrina de la cristiandad es la doctrina del diablo, quien le dijo a Adán y Eva: pueden ser como Dios, sabiendo el bien y el mal; y ellos comieron, queriendo llegar a ser sabios, para ser capaces de decidir entre lo bueno y lo malo, para poder tomar sus propias decisiones, para poder vivir sus vidas como ellos deseaban, incluyendo el pecado. Así que cualquier doctrina que le dice que Dios lo acepta en el cielo, mientras sigue siendo esclavo del pecado, (de cierto os digo que todo aquel que practica el pecado es esclavo del pecado. Juan 8:34), es la doctrina del viejo demonio disfrazada. Para ir al cielo, debemos ser restaurados para ser continuamente guiados y conducidos por el Espíritu de Dios; caminar con su mente carnal, que es enemistad contra Dios, y por la imaginación de su corazón, es peor que adorar ídolos de piedra o de madera. Jeremías 16:11-12. Jesús expulsó a Satanás del cielo a causa de su pecado. Jesús expulsó a Adán y Eva del paraíso a causa de su pecado. Jesús no ha cambiado y no cambia; él no permitió el pecado o a los pecadores en el cielo entonces, y que no permitirá el pecado ni a los pecadores en el cielo ahora, ni en el futuro. El pecado tiene que ser eliminado antes de que usted pueda entrar en el cielo; nada que sea impuro o contaminado entrará en el cielo.
Si el pecador primero no ha purgado lentamente los pecados de su corazón, mientras aprende a odiar todo el mal, incluso si ese pecador fuera trasladado al cielo, no sería feliz porque no podría continuar con todas sus antiguas adicciones. Si usted muere cuando todavía está pecando, sería absolutamente miserable en el cielo; todos sus placeres y deseos, al no haber sido crucificados en la tierra, no estarán disponibles en el cielo, y usted será miserable sin ellos. Usted estará anhelando el viejo vino, que usted piensa que es mejor que el nuevo vino porque usted no ha sido preparado, crucificado, purificado (los odres nuevos) y liberado de sus deseos, enojo, deseos sexuales, resentimiento, envidia, codicia, mentiras, celos, necedad, fiestas, borracheras, placeres, etc. Aun sus pensamientos serían oídos por todos los que están a su alrededor; usted estaría aterrado, y desearía correr hacia la oscuridad donde esperaría que sus pensamientos no fueran oídos por nadie. El hombre debe crucificar sus pasiones y afectos en la cruz interna de la negación propia antes de que pueda disfrutar de la comunión en los cielos.
Cristo, perdona los pecados del pasado y perdona los pecados del presente mientras alguien esté activamente buscando la gracia de la purificación del alma y del corazón; pero, esa búsqueda debe de ser con todo su corazón como la primera prioridad de su vida. Si un creyente no está buscando librarse del pecado, si no se siente culpable por sus pecados, los cual lo motiva a buscar la gracia purificadora de Dios, entonces ese creyente está condenado y si ese creyente muere en sus pecados, se le prohibirá entrar al cielo, como las siguientes escrituras así lo advierten:
Jesús dijo: Arrepiéntanse o morirán.  No peques más. Si tu mano, pie o tus ojos son causa de pecado, córtatelos; porque es mejor entrar al reino de los cielos sin una parte de tu cuerpo, que entrar con tu cuerpo completo al Infierno. Yo nunca te conocí; salte de mi, tú que trabajas en la iniquidad [pecado, sin leyes o maldad]
Jesús dijo,.. Porque desde adentro, del corazón del hombre, salen los malos pensamientos, los adulterios, las fornicaciones, los homicidios, los robos, las avaricias, las maldades, el engaño, la falta de restricción, el ojo maligno [envidia], la blasfemia, el orgullo y la insensatez. Todas estas maldades salen de adentro y contaminan al hombre. Mar 7:21-23
Atención, hasta que tu corazón no esté limpio,  estarás contaminado -  como una bestia que se sirve a sí misma, en lugar que los otros.

Pablo dijo: Los actos de la naturaleza pecaminosa incluyen la inmoralidad sexual, impureza, libertinaje, idolatría, brujería, odio, discordia, celos, arrebatos de ira, rivalidades, herejías, envidia, homicidios, borracheras, orgías y cosas semejantes a estas … los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios. Gál5:19-21
Aquellos que practican inmoralidad, orgullo, odio, mentira, envidia, que siempre quieren más, que festejan...serán excluidos del cielo.

Salvarse significa, estar salvado de tus pecados, lo que entonces resulta en que puedas entrar  al reino de los cielos y escapar del Infierno. Sin embargo, tú no puedes escapar del Infierno si mueres sin haber sido liberado de tus pecados mientras seguías en la tierra. El cristianismo te dirá que ningún hombre puede ser libre del pecado mientras esté en la tierra pero, ese es solamente el Diablo ignorando las escrituras:
El que practica el pecado es del diablo, porque el diablo peca desde el principio. Para esto es revelado el Hijo de Dios [en nosotros]: para deshacer [en nosotros] las obras [pecado] del diablo. 1 Juan 3:8
La comisión de Pablo por Jesús: ' Yo te libraré del pueblo [judío] y de los gentiles, a los cuales ahora te envió, para abrir sus ojos para que se conviertan de las tinieblas a la luz y del poder de Satanás a Dios, para que reciban el perdón de los pecados y la liberación de la esclavitud del pecado  y una herencia entre los santificados y purificados por la fe en mi'. Hechos 26:17-18

Sin embargo, ahora, libres del pecado y habiendo sido hechos siervos de Dios, tenéis como recompensa la santificación y al final la vida eterna. Rom 6:22
Tú debes saber la verdad y la verdad te hará libre. A si es que si el Hijo te hace libre, eres verdaderamente libre. Juan 8:32,36
Así es que los que viven de la carne no pueden agradar a Dios. Rom 8:8

Porque si vives conforme a la carne [la naturaleza pecadora] habéis de morir pero si a través del Espíritu hacéis morir las prácticas de la carne, viviréis. Rom 8:13

Por lo tanto haced morir lo terrenal [condena a muerte]; la fornicación, impurezas, afecciones excesivas, malos deseos de la carne y la codicia que son idolatría. Col 3:5

Despojaos de vuestra antigua manera de vivir, la que controlaba tu conducta, la que corrompe a través de pasiones y deseos engañosos. Efe 4:22

Porque los que son de Cristo Jesús han crucificado la carne [la naturaleza pecadora] con sus pasiones y deseos [lujuria y afecciones]. Gal 5:24

Predicar haber sido salvado del Infierno, frente a haber sido salvado de tus pecados, es una delicada pero horrible mentira que comenzó con apostasía de la iglesia adulterada por los reyes de la tierra, los emperadores de Roma, llegando a ser una religión apoyada por el estado, bajo el control y el dictado de Constantino, Justiniano el déspota y Teodosio I, quien promulgara la ley en el año 380 dC estableciendo el Cristianismo Católico Romano como la religión oficial del Imperio Romano. La bota aplastante de la apoyada religión Romana del Imperio fue usada para perseguir y matar a la verdadera iglesia.
Entonces la falsa iglesia comenzó a amenazar a las masas en convertirlos en sus clientes pagadores, amenazándolos con el Infierno e ignorando cualquier requerimiento para librarse del pecado. ¿Por qué? por que los líderes de la falsa iglesia del cristianismo seguían atrapados en el pecado y no podían creer que era posible; si es que hubiesen admitido la posibilidad; habrían tenido que renunciar, admitiendo que habían sido guías ciegos.  Si cualquier líder cristiano de ese tiempo hubiese sugerido que los pecadores nunca se irían al cielo, los emperadores pecadores los habrían ejecutado inmediatamente y los hubieran reemplazado por aquellos que apoyaban el falso evangelio de la iglesia adultera. Ahora la ramera de Babilonia.
La oración del Señor, "libéranos del mal”, significa ser liberado del mal en nuestros corazones, liberados de nuestros pecados en nuestros corazones. El mal en esta oración se refiere al  mal en el corazón de todos los hombres, sus propios malos pensamientos, las inmoralidades sexuales, los robos, los homicidios, los adulterios, las avaricias, las maldades, el engaño, la sensualidad y la insensatez, etc.
Jesús es nuestro Salvador, el que nos libera y nos redime – quien destruye el pecado y el mal en tu corazón, lo cual nos ha contaminado. Jesús, con tu persistencia hasta el final  te liberará del poder de la oscuridad  y te trasladará a su reinado mientras estés sobre la tierra,  Col 1:13, Juan 14:3,17:24, Efe 2:5-6.

¿Cómo puede uno librarse del pecado? Por medio del arrepentimiento a través de la cruz interior de negación propia: Que en su nombre se predicase el arrepentimiento y la liberación de la esclavitud del pecado en todas las naciones, comenzando desde Jerusalén. Lucas 24:47. ¿Cómo se arrepiente uno? Primero, por el simple mensaje de arrepentimiento de Juan el Bautista:
Si usted cumple con lo anterior, muestra su compromiso de seguir el camino del Señor. Entonces usted debe ir al Señor, esperar en Él, escucharlo en silencio, con humildad, para escuchar la palabra que él le habla, y después obedecer; de esta manera Él le mostrara de lo que se tiene que arrepentir. Ya que el Señor debe mostrarnos los pecados secretos de nuestro corazón:
A medida que usted escucha al Señor como un hábito diario, y le obedece, Él quita los pecados que Él le mostró en su corazón, uno por uno; hasta que usted llega a ser puro y libre de todo pecado.
Pero debido a que para nacer de nuevo libre de pecado se requiere dejar a un lado la vida egoísta en la cruz interna de la negación propia, las personas se apresuran para creer en los falsos maestros que describen el camino que parecen derecho y fácil, pero su fin es camino de destrucción.

viernes, 26 de julio de 2013

Las diez mentiras mortales del cristianismo CAPITULO 1

¿Cómo pueden las mentiras ser parte del cristianismo?
Mentira Número 1. Lo que Jesús ofrece es escapar el infierno
Eso es como decir que Jesús le ofrece una manera de no ser castigados. ¿No suena más como una amenaza que como un regalo? Bueno, es una amenaza, y es una mentira.
Jesús nos ofrece un regalo a todos, que es mucho, mucho más de lo que el hombre se puede imaginar; pero la cristiandad ha hecho que el evangelio y la esperanza sean huecos, reemplazándolos con mentiras. Lo que Jesús nos ofrece en esta vida es deshacernos de nuestra naturaleza pecaminosa: para ya no estar sujetos a la ira, el enojo, la lujuria, la avaricia, el orgullo, la depresión, el alcoholismo, los deseos sexuales inmorales, las ataduras habituales, mentir, engañar, odiar, etc; y cuando nos deshacemos de nuestra naturaleza egoísta, Dios ofrece reemplazarla con su naturaleza y el espíritu de amor, paz, alegría, fe, bondad, benignidad, bondad, humildad, paciencia, dominio propio y justicia.
Él se ofrece a sí mismo por nosotros (para llegar a ser parte de él, y para que él se una a nosotros), en intercambio de que nosotros nos entreguemos a él. Nosotros le damos todo lo que tenemos; él nos da todo lo que tiene a cambio. Aquí están algunas de las promesas que él desea que se conviertan en la esperanza que usted alcance, porque esa esperanza libera la gracia que purifica el corazón y el alma a través de nuestra fe en las promesas de Dios: (haga clic sobre el texto azul claro para ver la prueba bíblica)
¿Y cómo cumplimos nuestra esperanza? Sentarse a los pies de Jesús y escuchar su palabra es lo único que necesitan los que deseen experimentar las promesas de la Biblia:
Jesús no le estaba leyendo las escrituras a María, estaba hablando con ella; debemos oírle hablar también a nosotros: porque las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida. Juan 6:63; las palabras que él habla son espíritu y difunden la vida de Dios hacia nosotros, si nosotros escuchamos y obedecemos. Debemos ir a él. Debemos esperar en él - escuchar en silencio, con la humildad de un pecador que necesita de su poder de transformación - la gracia. Tenemos que escuchar - escuchar - y recibir con mansedumbre la palabra implantada, la cual es capaz de salvar vuestras almas. Santiago 1:21. Diariamente debemos esperar, velar, escuchar, oír, obedecer... esperar, velar, escuchar, oír, obedecer..... buscar, escuchar, obedecer. Debemos perseverar hasta el final, cuando veamos a Cristo traer nuestra salvación.
Sentarse en silencio, luchando con su mente para poder escuchar, es una cruz para su voluntad; obedecer es una cruz para su voluntad - negando su voluntad, y cediendo a hágase tu voluntad - esta es la cruz interna de la negación propia. Haga esto, y estará llevando su cruz, siguiendo a Jesús.
Para más información sobre la esperanza verdadera, vea los capítulos en Juan 14 y Juan 17, incluyendo los comentarios al final de cada capítulo.

miércoles, 24 de julio de 2013

EL CRISTIANO Y LA PORNOGRAFIA... ¡OJO!


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Cristianos y la pornografía
Fue en los años 90 que todo cambió. Antes el que quería ver pornografía tenía que tomar un paso público: tenía que comprar una revista, o ir a un cine, o quizás comprar un canal en su cuenta de cable, el cual no se podía esconder del resto de la familia. Para muchos cristianos ese acto público era lo suficiente como para contrarrestar la fascinación con esa fruta prohibida de la pornografía. Pero todo cambió con el estreno del Internet, pues esa barrera social desapareció por completo. Ahora la pornografía es una experiencia que imita la imaginación por ser totalmente privada. En anonimidad completa y en la privacidad de nuestras casas, oficinas y cibercafés las barreras se han removido y la pornografía es hoy una concretización ubicua de nuestras obsesiones sexuales ocultas.
No es un secreto que la industria pornográfica ha expandido exponencialmente en los últimos 15 años y que todavía está creciendo. Resaltemos algunos de los números:
  • En 2005 el número de visitantes mensuales a sitios de Internet pornográficos fue 75 millones (fuente). Las tendencias indican que tiene que ser mucho más ahora. Acordémonos que hace 20 años esta avenida ni siquiera existía.
  • Videos pornográficos estrenados en 1988: 1,300. En 2005: 13,500. (fuente)
  • Varias encuestas informales dicen que entre 50-70 porciento de hombres cristianos usan pornografía en el Internet. (fuente)
  • Otras encuestas (ejemplo, una de la revista Christianity Today) dicen que entre 30-50 porciento de pastores en los EE.UU. usan pornografía. (fuente)
  • 70% de hombres usan pornografía cada mes. (fuente)
  • En una encuesta en los EE.UU. 57% de pastores dicen que adicción a pornografía en el Internet es el principal problema sexual en sus congregaciones. (fuente)
Ahora, estas estadísticas aplican primordialmente a los EE.UU. y tampoco las he verificado en fuentes académicas. Además vale notar que algunas seguramente no incluyen personas que no usan el Internet. Pero aunque no sean quizás exactas, todavía nos dicen algo y ese algo es que estamos experimentando una ola titánica de pornografía en el mundo hoy y que es mayormente debido a la existencia del Internet.
El impacto de este fenómeno sobre la iglesia es algo que espanta. La pornografía es algo tan presente que está seguramente cambiando formas de pensar y actuar a un nivel masivo sin que nos demos cuenta. La interacción entre hombres y mujeres, las expectativas sexuales que el hombre trae al matrimonio y los problemas relacionales que esto causa, la objetivización del cuerpo femenino en las mentes de hombres y muchachos cristianos, el tiempo gastado en búsquedas de pornografía en el Internet, y el peso psicológico y espiritual de vivir con pecado oculto son solo algunos de los aspectos de este fenómeno tan debilitador. La ola de pornografía es también una ola de pecado en nuestras congregaciones.
Lo peor es que casi nunca se discute. ¿Por qué? Para el que usa la pornografía es por vergüenza y temor a que le miren como si fuera un monstruo; para el pastor o el líder que usa pornografía es por temor a ser descubierto y perder su posición o destruir a su iglesia. Y claro, ese pastor no quiere predicar en contra de lo que él mismo está practicando. Sería muy incómodo. Sería hipocresía. Luego para los que están libres del vicio es más fácil ignorarlo, pues nadie lo menciona. O peor, como ellos mismos no experimentan el problema se da por sentado que es algo fácil de combatir. “No lo hagas, y listo. ¿Cuál es el problema?” El peor de todos es el que usa la pornografía en privado pero condena en público a otros que lo hacen.
Enseñanza bíblica
¿Qué dice la Biblia acerca del tema de la pornografía? Por un lado, es obvio que esto no se discute directamente. En tiempos bíblicos no existía la tecnología para reproducir imágenes que es necesaria para crear los materiales de la pornografía, sean impresos, video o digitales. Este es un vicio moderno. Pero por otro lado, la atracción entre los sexos y el deseo particularmente masculino de querer ver cosas ocultas no son algo nuevo. Solo menciono a David y Betsabé. Todo comenzó con un hombre mirando a una mujer desnuda (Ver 2 Samuel 11). Si consideramos a la pornografía como una extensión de la lujuria entonces la Biblia sí tiene algo que decir acerca del asunto y es que es absolutamente inapropiado. Especialmente importante es el pasaje en Mateo 5:27-28 donde Jesús dice:
Ustedes han oído que se dijo: “No cometas adulterio.” Pero yo les digo que cualquiera que mira a una mujer y la codicia ya ha cometido adulterio con ella en el corazón.
Aunque deberíamos, quizás, notar que la codicia a la que Jesús se refiere puede incluir más que deseo sexual, no puede ser menos que eso, y mirar a una mujer (u hombre) para codiciarla es precisamente lo que uno hace con la pornografía. Los materiales y los métodos de distribución serán nuevos, pero lo que ocurre dentro de la mente del ser humano es lo mismo que ha ocurrido por siglos: meditación visual sobre deseo sexual ilícito. Jesús está señalando aquí que el adulterio es algo que ocurre en el corazón, no solo en el acto físico sexual. Y el acto en la imaginación es el mismo tipo de cosa que el acto en vivo. Es el mismo tipo de pecado. Por eso digo que la pornografía es una extensión de nuestra imaginación, pues nos ayuda a hacer mucho más concretamente lo que estamos haciendo en nuestras mentes cuando deseamos poseer físicamente a otro ser humano. Este mensaje de Jesús es un mensaje para los hipócritas que creen que como ellos no han tocado a una mujer no han hecho nada malo. No, dice Jesús. Si la deseaste ya has cometido una especie de adulterio.
De todos modos creo que es menor el número de cristianos que intentaría afirmar que el uso de la pornografía no es un pecado, pues tenemos una intuición profunda de que esto no está bien. Es más, una de las razones por la cual la pornografía fascina tanto es precisamente porque está mal, porque es fruta prohibida y que es por eso tanto más dulce al paladar.
Pero más que condenar a la pornografía y su práctica con largas erudiciones y citas bíblicas, yo estoy interesado en explorar en estos artículos cómo se obtiene la victoria, pues otro problema que tenemos con este vicio es que somos muy buenos para condenar, pero no tan buenos con la compasión y restauración.
No juzgues – ayuda
El que no tiene pecado que tire la primera piedra. Todos los hombres experimentamos tentación sexual y todos los hombres a veces caemos en esa tentación, aún si esa caída no resulta en el uso de pornografía. El orador juvenil Lucas Leys cuenta que participó en una reunión en la cual otro orador hacía una invitación porque Dios le había dado una palabra. Le había dicho que había tres jóvenes en la audiencia que estaban experimentando tentación sexual. La reacción de Lucas fue (así lo cuenta él) “¿Solo tres?” Si hay cien jóvenes en la audiencia hay 100 jóvenes que experimentan tentación sexual. Bueno quizás exagero. Es posible (teóricamente) que solo haya 99. No nos asombraría saber que prácticamente todos los jóvenes en la conferencia que Lucas describía vinieron al frente.
Todos experimentamos tentación sexual. Yo lo experimento. Tú lo experimentas. Todos. (Disculpen, damas. Estoy hablando a los caballeros aquí) Entonces no mires a una persona que tiene un problema con pornografía como si fuera un mutante asqueroso. Es tu hermano y la única diferencia entre tú y él es que él ha caído, quizás, un poco más duro que tú. Peor que la pornografía es el orgullo espiritual. Acéptalo a tu hermano y ayúdalo. Él no necesita que le condenes, pues este es un pecado en el cual por lo general el que lo practica ya se ha condenado a si mismo rotundamente. Lo que dice Pablo parece escrito exactamente para la situación: “Hermanos, si alguien es sorprendido en pecado, ustedes que son espirituales deben restaurarlo con una actitud humilde. Pero cuídese cada uno, porque también puede ser tentado.” (Gálatas 6:1) Me pregunto si quizás Pablo se refería a una situación particular en la cual alguien había sido sorprendido en el acto de adulterio.
Pasos prácticos para combatir la pornografía
¿Qué podemos cortar?
No rechacemos soluciones prácticas para este problema de la pornografía. A veces somos tan superespirituales que la única solución que se nos ocurre es orar más y leer la Biblia más. O decir “Dios te dará el poder.” Aunque esto es seguramente importante y verdadero, no es la solución completa, y estoy seguro que el que usa pornografía mayormente ya lo ha intentado. ¿Suena escandaloso decir que leer la Biblia y orar no es suficiente para vencer el pecado? Bueno, Jesús mismo recomienda acción práctica para superar el problema de codiciar una mujer, pues el pasaje que ya he señalado en Mateo 5 continúa con:
Por tanto, si tu ojo derecho te hace pecar, sácatelo y tíralo. Más te vale perder una sola parte de tu cuerpo, y no que todo él sea arrojado al infierno. Y si tu mano derecha te hace pecar, córtatela y arrójala. Más te vale perder una sola parte de tu cuerpo, y no que todo él vaya al infierno. (Mateo 5:29-30)
Creo que todos nos damos cuenta de que esta es una imagen exagerada usada para resaltar bien el punto: no que practiquemos auto-amputaciones, sino que tomemos pasos extremadamente serios y concretos para no caer en estos pecados, pues al final de la trayectoria de esta práctica se encuentra un destino eterno terrible. Entonces, qué cosa práctica se puede hacer para evitar este pecado. ¿Qué podemos “cortar”? La primera que se me ocurre a mí es el alambre del internet (bueno, algunos tienen el inalámbrico). ¡Si no puedes vencerlo córtalo! Ya sé que hay muchas otras cosas importantes que haces en el Internet, inclusive leer los buenísimos artículos de Biblia.com. Pero ¿Qué es más importante? ¿Estás comprometido a cambiar, sí o no? Mejor cortar el alambre ahora que tienes la mente clara que sentarte esta noche otra vez delante de tu pantalla y batallar con esas emociones tan fuertes que casi siempre te van a ganar. Quizás este artículo es la última cosa que deberías leer en el Internet.
El contexto importa
Tuve una conversación recientemente con el presidente de un seminario en donde todo el campus tenía inalámbrico, inclusive en los dormitorios. Pregunté si controlaban el Internet y me dijo que no, pues el problema de pornografía está en el corazón, no en la situación del individuo. El que quiere ver pornografía, aseveraba, lo hará de todos modos sin respecto a la situación. De una manera u otra encontrará lo que busca. Por un lado estoy de acuerdo. Nadie puede decir “no fue culpa mía; fue culpa de la situación”. La situación no es la que nos hace pecar. Cada uno de nosotros elige lo que hace. Pero por otro lado, me parece un poco crédulo pensar que jóvenes con acceso ilimitado al internet en sus habitaciones no se comportarán diferentemente a lo que harían sin este acceso. ¡No seamos tan abstractos que nos olvidamos de la naturaleza humana! No estoy de acuerdo con que “si lo quieren hacer lo harán de todos modos.” Es que somos más complicados que eso. A veces nuestras acciones sí dependen de las opciones que están disponibles. No nos olvidemos también cuán fácil es ver pornografía en el Internet. Está ahí, tan cerca y tan fascinante.
Imaginemos que antes de la era de Internet nos encontráramos con alguna persona cristiana que en el cajón de su escritorio tenía una pila de revistas pornográficas y que, de acuerdo a él (o ella), nunca las usaba, pero de todos modos por alguna razón las guardaba allí. ¿Qué le diríamos a esta persona? Seguramente algo así: “¿Estás loco? ¿Te estás tentando a ti mismo por alguna perversa razón? ¿Cómo vas a vivir así con esa tentación tan cerca y a tu alcance? ¿No sabes que el deseo sexual es una de las fuerzas más difíciles de controlar en el ser humano?” Tiene sentido esa respuesta ¿no? Creo que sí. Pero en el Internet tenemos una montaña de revistas pornográficas al alcance de nuestros dedos y nadie piensa que esto es loco. ¿Quién podrá resistir esa tentación, hermanos? De acuerdo a las estadísticas, no muchos.
Dice un terapista sexual que hasta el 80% de gente que usa pornografía lo hace de una manera adictiva que afecta a sus relaciones personales y a su trabajo y que antes de descubrir el cibersexo esta gente no tenía ningún problema con adicción sexual (fuente). No me digas que nuestro comportamiento no está relacionado a la disponibilidad de los materiales.
Práctico sin legalismo
Entonces debemos tomar pasos prácticos, pero por otro lado no podemos tampoco crear cercas legalistas demasiado estrictas. Cuando hacemos esto la tendencia humana es siempre reemplazar los conceptos bíblicos de justicia y santidad con nuestra obediencia a las cercas. En este caso, por ejemplo, el tener un filtro de internet que bloquea pornografía puede convertirse en algo moral en sí mismo, y el no tener un filtro en algo que crea alguna duda acerca de tu integridad. El balance a la idea de que la situación sí importa es que nunca podemos controlar la situación por completo y que intentar ese nivel de control en el nombre de pureza espiritual siempre ha engendrado un espíritu amargo, sospechoso y sectariano. Desde esa perspectiva entiendo lo que me decía este hombre del seminario: cercas legalístas no te paran de pecar. El pecado está dentro de ti, como dijo Jesús: “Nada de lo que viene de afuera puede contaminar a una persona. Más bien, lo que sale de la persona es lo que la contamina.” (Marcos 7:15). Y ahí es donde lo debemos enfrentar, no en el exterior. Entonces, cuando yo recomiendo pasos prácticos son sólo eso, ideas específicas para cada situación que pueden ser diferentes para cada uno y no son leyes morales.
Quizás puedo resumir estas dinámicas así: La respuesta no es removernos totalmente de toda posibilidad de pecar. Eso es imposible. ¡Pero tampoco pongamos la fruta prohibida en la mesa antes de cenar! Un poco de balance, hermanos.
Ideas
Las cosas prácticas que podemos hacer para distanciarnos de la pornografía son sinfín, pues varían con las circunstancias. Por ejemplo, que la computadora siempre esté en un lugar bien público. ¿Tienes una oficina? Arregla los muebles para que se pueda ver la pantalla desde la puerta. Mejor todavía: Sácale la puerta si puedes. Un hábito común para los que usan pornografía es hacerlo tarde a la noche cuando el resto de la familia se ha ido a la cama. Entonces, quizás la computadora debería estar en tu cuarto para que no puedas hacer esto, pues ahí está tu esposo y tu esposa. O, si tienes que hacer mucho trabajo en la computadora a la noche, consíguete una mesa con ruedas y pon el Internet en tu cuarto, pero luego para trabajar en otras cosas te llevas la mesa a otro cuarto.
No uses inalámbrico si te ayuda a encontrar un lugar privado donde nadie puede ver lo que estás haciendo. Dile a tu cónyuge que estás tentado en esta área y que necesitas ayuda práctica (no tienes que decirle todo en este momento, solo que te sientes tentado o tentada, pues es la pura verdad). Para el soltero la situación es diferente. Quizás sería bueno no vivir solo o sola. Una cosa que me preocupa es el cibercafé. Estuve en uno en Perú hace unos meces en que cada computadora tenía su propia cabina y era completamente privado. Bueno, obviamente sería bueno evitar ese tipo de cibercafé y encontrar uno en el cual las pantallas son más públicas.
En cuanto a instituciones cristianas con redes y muchos usuarios, una posible solución es crear algún sistema de monitoreo donde se guardan todos los sitios que todos los usuarios han navegado. Cuidado con crear un ambiente hostil o de sospecha. No es realmente necesario que un ser humano monitoree esto estrictamente. El mero hecho de que esta información existe y puede ser investigada será una barrera muy buena, pues ¿quién quiere tomar el riesgo de ser descubierto?
Los diferentes programas que limitan acceso al internet pueden ser útiles y puede ser que en muchas situaciones son exactamente lo debido. Otra estadística dice que la mayoría de jóvenes ve pornografía en el Internet por primera vez entre las edades de 11 y 13 mientras hacen sus tareas, por accidente. Entonces quizás haya una responsabilidad de crear cercas como estas usando programas de filtración. No he podido encontrar programas en español, pero listo aquí algunos en inglés que son gratuitos (si alguien conoce otros por favor mencionar en los comentarios). Por lo general se bloquea contenido para todos los idiomas principales:
Pero estos programas también tienen el problema de que bloquean sitios basados en el uso de palabras y a veces bloquean cosas buenas. También, nadie nunca puede asegurarse de haber bloqueado todo material malo.
Las mejores soluciones son las que nos ayudan a confiar en otros y nos fortalecen para poder sobrepasar la tentación en cualquier situación. La pornografía nos divide con exquisita precisión. Abre un lugar totalmente privado en el cual no tenemos el apoyo de nuestros hermanos y fuera del cual estaremos demasiados avergonzados para pedir ayuda. Entonces creo que lo ideal es tener un amigo o un grupo o algún arreglo personal en el cual podemos ser responsables a un ser humano, hermano o hermana en Cristo.
Condenación y gracia
Si estás metido en este pecado de pornografía hay dos tendencias que debes resistir. Una de ellas es la tentación secundaria de justificar tus acciones. Frecuentemente el uso de la pornografía viene en parte de frustración con la experiencia sexual, sea por ser un joven soltero o por insatisfacción en la relación sexual o emocional del matrimonio. Y muchas veces esa frustración se convierte en una justificación. Por ejemplo,
  • “es verdad que está mal usar la pornografía. Pero el caso mío es diferente. Yo estoy en una situación en la cual es extremadamente difícil obedecer y por eso no está tan mal. Dios entenderá.”
  • O, “mi esposa nunca está disponible para mí. ¿Qué voy a hacer? Por lo menos así obtengo la satisfacción que como hombre merezco. No es ideal, pero no es tan malo tampoco. Es parte de mi naturaleza.”
  • O, “después de todo, es mejor que haga esto que cometa el adulterio en vivo. Realmente me está ayudando a ser más fiel a mi marido.”
Sin negar que quizás tengas razón y que quizás no está bien el tratamiento que recibes de tu cónyuge, o que eres soltero desde hace años y quieres casarte pero no puedes, o alguna otra situación, debes de todos modos reconocer que no está bien usar la pornografía. Son dos cosas separadas. Tus frustraciones, tus desánimos personales – eso es una cosa. Afirmo que son importantes y que debes resolverlos de una manera u otra. Pero el uso de la pornografía es otra cosa totalmente diferente que siempre está mal, sin referencia a tus circunstancias. Es más, si tienes un problema relacional en tu matrimonio la pornografía solo hará las cosas peores. Pues ahora no estás solo comparando a tu esposa o marido con lo que quisieras que fuera, sino con mujeres y hombres totalmente ideales que solo existen en el ciberespacio y en la imaginación sexual del ser humano. Solo estás garantizando que nunca estarás satisfecho en tu situación. Si eres soltero te estás preparando para una brusca sorpresa cuando te cases, pues tu experiencia sexual no será nada como lo que has visto en la pantalla. Tu querida mujer u hombre será un ser humano precioso, no un objeto sexual.
Tú sabes que está mal, no te mientas a ti mismo, no inventes excusas y justificaciones. Acéptalo por lo que es (pecado).  Empéñate en obtener la victoria, pues te está debilitando. Tráelo a Dios y acepta su gracia para cambiar.
Esto me lleva a la segunda tendencia que debes resistir. No te dejes estar tan cargado con este pecado (que es muchas veces difícil de conquistar) que no puedes progresar. No te quedes ahí en el piso como un pedazo de plomo derretido y recongelado. ¿Cuántas veces crees que Dios te perdonará este pecado de usar la pornografía? ¿Dos veces? ¿Siete veces? ¿Treinta veces? Jesús nos dice que nosotros deberíamos perdonar un sinfín de veces (Mateo 18:21-23). ¿Te crees que Dios te perdonará menos veces a ti cuando cometes algún pecado? Su gracia es suficiente para ti. Es suficiente para que crezcas y salgas de esto mientras que también tropiezas y caes y tengas que repasar los mismos pasos otra vez. Dios no se cansa de darnos su gracia y su perdón. No vivas como si fueras condenado, pues no lo estás. La sangre de Cristo te ha limpiado y todavía te limpia. El riesgo no es que Dios deje de perdonarte, sino que el pecado te tuerce y te distorsione tanto que no quieras ya recibir su perdón y su gracia. Es decir, el pecado te puede cambiar a ti (es un riesgo muy serio), pero nunca cambiará a Dios. Él es más misericordioso de lo que sabes y siempre puedes volver a él.
Entonces, está mal y no deberías hacerlo. Pero es solo a la oscura luz de de tu insuficiencia que podrás ver el poder de Dios cada día. Vivir entremedio de estas dos realidades (tu pecado y Su gracia) es quizás la dinámica más difícil y más profunda de la vida espiritual.  Debes trabajar. Debes orar, humillarte, poner tus deseos al lado, debes meditar en las escrituras. Y sobre todo debes pedir la gracia de Dios sin la cual no puedes hacer ninguna de esas cosas. La victoria está a tu alcance, pues está al alcance del Dios que está obrando dentro de tí. Lo que estoy diciendo es:
…lleven a cabo su salvación con temor y temblor, pues Dios es quien produce en ustedes tanto el querer como el hacer para que se cumpla su buena voluntad.  Háganlo todo sin quejas ni contiendas, para que sean intachables y puros, hijos de Dios sin culpa en medio de una generación torcida y depravada. En ella ustedes brillan como estrellas en el firmamento (Filipenses 2:12-15).
Saquémoslo a la luz
Finalmente, hablemos más acerca de esto. Muchas veces un buen sermón acerca de algún problema nos ayuda mucho, pues la próxima vez que se presenta una oportunidad nos acordamos que no estamos solos, que es importante no caer en la tentación, que a otros les importa.
Por buena razón Dios nos ha dado el comando de predicar la palabra, pues es “útil para enseñar, para reprender, para corregir y para instruir en la justicia.” (2 Timoteo 3:16) Pero ¿cuándo fue la última vez que oíste o predicaste un sermón acerca de la pornografía? Hermanos, esto es real. Está con nosotros, aunque no queramos admitirlo. Debemos sacarlo a la luz, aunque nos duela, o nunca tendremos la victoria. Pastores, les doy el reto: ¡prediquen acerca de esto! Prediquen la ley pero prediquen mayormente la gracia.