Pablo
y Silas pasaron momentos difíciles, pues ambos fueron azotados y luego
echados dentro de una cárcel oscura y sucia. ¿Qué harías tú en semejante
situación? ¿Qué haría yo? Lo que hicieron estos dos prisioneros es
sorprendente: comenzaron a cantar himnos a Dios (Hechos 16), y tuvieron su propia reunión de alabanza y adoración, ¡Qué increíble!
Nosotros fuimos creados para adorar y
alabar a Dios. Sin embargo, como suele hacerlo nuestro Padre, esta
práctica también produce beneficios para aquellos que la ejercen. Lo que
comenzó como un sencillo ejercicio de fe y esperanza, terminó siendo la
herramienta que Dios usó para dar libertad a Pablo y Silas; v no sólo a
ellos, sino a todos los prisioneros que se encontraban en aquel
terrible lugar. Hechos 16 nos dice que después de haber cantado, llegó
un gran terremoto, y codas las puertas y cadenas de aquel lugar de
ataduras fueron abiertas v rotas. La alabanza se convirtió en la bomba
nuclear que Dios usó para traer libertad y salvación a muchas vidas.
Entiendo que existen dos clases de
alabanza, Una de ellas se produce después de la liberación o la obra de
Dios en favor nuestro. Los salmos están llenos de ejemplos de esta clase
de alabanza, Algunos como: “Señor, abre mis labios, y publicará mi boca
tu alabanza” (51:15); “Y mi lengua hablará de tu justicia y de tu alabanza todo el día” (35:2S) y,“A Jehová cantaré en mi vida, a mi Dios cantaré salmos mientras viva” (1(14:33)
Otra clase de alabanza es la de la obediencia, y fe, como la mencionada en 1 Tesalonicenses 5:18 cuando dice: ‘‘Dad gracias en todo porque cita es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús”,
Dios quiere que cualquiera que sea nuestra circunstancia, podamos
levantar nuestras voces en alabanza y agradecimiento a nuestro Dios.
Esta era la alabanza que practicaban Pablo y Silas, y es la alabanza que
produce milagros.
Otro ejemplo del poder que contiene esta
clase de alabanza, se encuentra en 2 Crónicas 20, cuando Dios dio una
gran victoria al pueblo de Israel contra los moabitas y amonitas después
de haber comenzado a alabar en el momento de enfrentar unos enemigos
terribles y poderosos. Humanamente, Israel no podía luchar contra
pueblos guerreros, pero cuando Dios le dijo: “Alaben”, Israel obedeció y
vio la mano de Dios levantarse en su favor, y sus enemigos fueron
totalmente derrotados, sin levantar siquiera una espada, ¡Ese es el
poder de la alabanza de obediencia y fe!
¿Dónde te encuentras ahora mismo? ¿Te
encuentras en una cárcel ahora? ¿Estás enfrentando un enemigo más
poderoso que tú? Sé que no todas las cárceles son las hechas con manos
humanas, y, muchas veces, el enemigo nos ataca interiormente, pero el
principio es el mismo: La alabanza es una herramienta poderosa de
liberación y salvación. Algo sucede cuando ponemos nuestra mirada sobre
el Dios de toda la creación y no en nuestra propia situación. Nuestra fe
crece cuando dejamos de mirar nuestra situación y miramos a nuestro
Salvador, Sanador, Libertador y Padre.
Esto es lo que sucede cuando comenzamos a
alabar, y, en el momento en que dejamos de luchar y procedemos a alzar
nuestras manos para adorar en lugar de alzarlas para luchar o trabajar,
Dios puede hacer su obra, Podrás tener años en tu cárcel, años de lucha
contra el mismo enemigo, pero para Dios no existen los limites del
tiempo. A El sólo le importa la obediencia de sus hijos. Mira hacia tu
futuro brillante con Cristo. Si una adicción aprisiona tu cuerpo y
mente, mira hada tu Libertador.
Si tu cárcel son sentimientos de enojo,
falta de perdón. o angustia, déjalos por la paz que sobrepasa el
entendimiento. No importa cómo llegaste a estar en aquella cárcel, lo
importante es que Dios está poniendo una herramienta poderosa en tus
manos que te podrá liberar de tu angustia, tristeza o depresión, Sólo
Tienes que decidir usarla, sólo tienes que decidir obedecer y dar
gracias en Todo, “¡Que todo lo que respire alabe a Dios!” (Salmo 150:6),
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