¿PARA TI QUE ES ADORACION?

sábado, 28 de septiembre de 2013

EL CUERPO DEL CREYENTE ES EL TEMPLO DEL ESPIRITU SANTO

https://m.ak.fbcdn.net/sphotos-g.ak/hphotos-ak-prn1/644366_593718007314163_810654878_n.jpgEn este estudio nos proponemos enseñarle al creyente la importancia del cuerpo en la devoción cristiana. Para ello analizaremos las sagradas escrituras del nuevo testamento, donde encontraremos importantes razones para cuidar nuestro cuerpo más allá de lo estético. Además, escudriñaremos la principal razón de ser de nuestro cuerpo.


EL CUIDADO DE NUESTRO CUERPO:
Hay razones importantes por las cuales las personas cuidamos con mucha atención y esmero algunas cosas. Entre algunas razones podemos mencionar: el valor o el aprecio que le damos a algo, o el fin con que fue diseñado algún objeto. Esto mismo se aplica a nosotros como personas; nuestra vida puede ser cuidada o descuidada de acuerdo al valor que le demos. Como cristianos, no podemos ser descuidados con nuestra vida. Debemos entender que tenemos un elevado destino y propósito; fuimos creados para ser morada de Dios; para ser su templo. Y debemos valorar nuestra vida en todo sentido, en razón de lo que realmente es; de acuerdo al plan de Dios: su santo templo. (1 Corintios 6:19)
RAZONES PARA CUIDAR NUESTRO CUERPO:
1. En razón de su procedencia:
"Reconoced que Jehová es Dios; él nos hizo, y no nosotros a nosotros mismos; pueblo suyo somos, y ovejas de su prado" (Salmo 100:3).
Procedemos de Dios; somos hechura de él.
Esa es una razón sumamente importante de porqué cuidar nuestra vida; cuidar nuestra vida es respetar a Dios. Contrariamente, si descuidamos nuestra vida; irrespetamos a Dios nuestro hacedor. Gran parte del respeto que debemos mostrar a Dios, se debe evidenciar en el respeto que nos damos a nosotros mismos y a nuestros semejantes; porque quien respeta al creador, respeta sus obras; y quien respeta las obras, también respeta a su creador.
2. En razón de su valor:
¡¡Somos una obra maestra de arte; somos obra de Dios ¡¡ Nadie que tuviera un poco de conocimiento de arte, osaría de ninguna manera, destruir la escultura "el David" de Miguel Ángel o la "Mona Lisa" de Da Vinci. Pero nosotros nos atrevemos a destruir la obra maestra de Dios; dañamos nuestro cuerpo con vicios, con glotonería y descuido; y lo que es peor; dañamos la vida de los demás; tratándolos con violencia, desprecio e irrespetos, como se trata a algo carente de todo valor.
Aunque ciertamente la sociedad humana valora las cosas y después las ama; y tal vez  eso esté bien para las cosas; pero en cuanto a los seres humanos, nosotros los cristianos debemos amar y valorar a las personas de acuerdo a la voluntad de Dios. Esta misma razón debe ser la base del amor hacia nosotros mismos.
El "amor" que surge de valorar algo de acuerdo a los criterios humanos que no tienen en cuenta a Dios como base, está, casi siempre basado en el interés. Y es probable que los intereses varíen, y al variar el interés; el amor y el valor que le damos a las cosas, variarán inevitablemente. Por ejemplo: Amamos una prenda e vestir cuando está de moda; pero cuando la moda pasa y la prenda parece anticuada, dejamos de amarla. Esto es así porque nuestro interés estaba basado en que la prenda estaba de moda en su momento. Lastimosamente lo mismo pasa en las relaciones con las personas, casi siempre están basadas en el interés y en una falsa valoración.
Pero el valor que le damos los creyentes a alguien, sea este nuestro prójimo o a nosotros mismos, debe surgir de un verdadero amor; debe surgir de Dios. Ninguna otra fuente es confiable; porque solo el amor de Dios tiene la característica de ser permanente: "porque el amor nunca deja de ser" (1 Corintios 13:8).
Enfatizamos, entonces, que ese verdadero amor con que debemos amar a nuestros semejantes, debe surgir primeramente de Dios. Pues no podemos amar verdaderamente las obras de Dios sino le amamos primeramente a él.
Nuestro Señor Jesucristo da por un hecho que las personas deben amarse a sí mismas (Mt. 22:39). Esto mismo hace el apóstol Pablo (Ef. 5:28,29). Este amor de sí mismos es la base y virtud que nos estimula a cuidar de nuestro cuerpo; debemos amarnos a nosotros mismos, para así poder cuidarnos. Nadie que no se ame verdaderamente, podrá cuidar con esmero su vida.
Y, finalmente, debemos amar a los demás. Valorarles, estimarles y respetarles, será consecuencia de: Amar a Dios y amarnos a nosotros mismos.
Podemos pus decir, que todo aquello a lo que amamos, se vuelve valioso para nosotros. Por ello, si nos amamos a nosotros mismos; nos volveremos valiosos en nuestra estima de nosotros mismos; y con ello agradaremos a Dios quien nos creó.
NUESTRO CUERPO Y NUESTRO ESPÍRITU SON DE DIOS.
Todo cristiano tiene el deber de cuidar su cuerpo como algo sagrado; tal deber es parte importantísima de su devoción. Debe entenderse que no hay verdadera devoción si en nuestro cuerpo no se nota tal devoción.
El Apóstol Pablo les habla a los romanos de este asunto, y sus palabras son elocuentes y demandantes al decir: "os ruego que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo y santo agradable a Dios" (Romanos 12:1).
La mayoría de personas se escandalizarían hasta la indignación si a alguien se le ocurriera exhibir pornografía dentro de un templo; porque a nadie se le ocurrirían semejantes cosas. ¿Porqué?; pues por que "es la casa del señor". ¡Pero no se escandalizan en lo mínimo si alguna persona deja entrar a su vida cosas como esas u otras peores¡.
Debemos saber que el cuerpo de los creyentes es mucho mas sagrado que un edificio al que llamen templo, no importa cuan bello y pomposo sea. Nada en este mundo es más sagrado y santo que el corazón de un verdadero hijo de Dios.
La razón de porqué el creyente debe cuidar con esmero su cuerpo, es por el hecho de ser morada de Dios. El Apóstol Pablo le dice a los cristianos de Corinto: "El cuerpo es para el Señor y el Señor para el cuerpo" (1 Corintios6:13) "SOMOS MORADA DE DIOS"
Además de lo dicho ya, debemos entender que nuestro cuerpo es un regalo de Dios. Por eso, si amamos a Dios cuidaremos nuestro cuerpo.
En verdad el cuerpo es más que un regalo de Dios; es del Señor; comprado a precio de sangre. Esto nos lo recuerda el Apóstol Pablo, cuando nos exhorta con fuerza a honrar al Señor con nuestro cuerpo, diciendo: "O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios" (1 Corintios 6:19—20).
Cuidemos nuestro cuerpo como el templo de Dios; embellezcámoslo por dentro y por fuera; Saquemos de adentro, todo aquello que lo contamina, y pongamos en su lugar lo mejor para  decorarlo con "oro, plata, perlas y piedras preciosas"
Ejemplo de la edificación de un templo:
El rey David cuando iba a construir el templo, preparó con grandes esfuerzos muchos materiales preciosos para dicha obra. De su propia boca son las siguientes palabras: "He aquí, yo con grandes esfuerzos he preparado para la casa de Jehová cien mil talentos de oro, y un millón de talentos de plata, y bronce y hierro sin medida... del oro, de la plata, del bronce y del hierro, no hay cuenta..." (1 Crónicas 22:14).
Aquel magnífico templo fue construido, no por David, sino por su hijo Salomón. Aunque fue su padre el que dedicó toda su vida a recoger y a atesorar para la construcción del templo; hizo a su hijo la exhortación de añadir a lo recaudado por él. Al referirse a los materiales más costosos: oro, plata, hierro y bronce; le dice: "He aquí, yo con grandes esfuerzos he preparado para la casa de Jehová..." Pero cuando se refiere a los materiales más comunes, le dice: "... así mismo he preparado madera y piedra, a lo cual tu añadirás" (1 Crónicas 22:14) Ciertamente es una tarea seria el trabajar en nuestra vida para Convertirla en un hermoso templo, pero al igual que David; Dios nuestro padre, ha provisto lo más valioso de los materiales, y nos hace la misma exhortación a nosotros: "Tu añadirás tu parte" Ciertamente una vida de consagración a Dios no viene de la nada; es una tarea que requiere de nuestro esfuerzo, entrega, voluntad y disciplina; Hay que abstenerse de algunas cosas; y tener paciencia para disfrutar de otras a su debido tiempo (Noviazgo y sexo) hay que dedicar tiempo a la oración, al ayuno y a la lectura de la palabra de Dios. Además, hay que alejarnos de malas influencias. La palabra de Dios dice: "no erréis; las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres" (1 Corintios 15:33).
Otra cosa muy importante que debemos hacer, es tener comunión con otras personas que han alcanzado madurez; para recibir guianza y consejo. ¡Recuerda que tu eres especial!
RECUERDA QUE ERES EL TEMPLO DE DIOS.
Al principio de nuestra vida de creyentes puede que nos parezca una esclavitud vivir una vida de consagración. Pero en medida que vayamos teniendo la revelación de porqué hacerlo, vamos a ir experimentando una vida plena de dicha y bendición. Sobre todo experimentaremos una vida de verdadera libertad; la vida del Espíritu; del que somos templo. Cuando dejamos que Dios señoree en nuestra vida a través de su Santo Espíritu; lejos de vivir en esclavitud, vivimos en verdadera libertad. Las sagradas escrituras dicen: "Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad"  (2 Corintios 3:17).
Cumplamos el bienaventurado propósito de Dios para nuestra vida. Dejemos que él venga a morar en nuestro corazón; y trabajemos con alegría en la edificación de ese altar interior para Dios. Dejemos que la abundante gracia de Dios encuentre su lugar en nuestro corazón; Y en unidad con todos aquellos que están en esta misma búsqueda, y con aquellos que han alcanzado este propósito de Dios para sus vidas; convirtámonos en esa casa espiritual en la que ofrezcamos sacrificios agradables a Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo.
Recuerda: ¡Tu cuerpo es templo del Espíritu Santo!

viernes, 27 de septiembre de 2013

3 cosas que debemos hacer en "todo tiempo".

3 cosas que debemos hacer en "todo tiempo".



Esten siempre alegres,
oren sin cesar,
Den gracias a Dios en toda situacion-,
porque esta es su voluntad para ustedes
en Cristo Jesus.
1 Tesalonicenses 5:16-18

En estos cortos versiculos encontramos,.
3 puntos basicos que debemos aprender y poner en practica :

1.- ESTAR SIEMPRE ALEGRES!
Como se hace para estar alegre en todo tiempo,como se puede estar alegre cuando las cosas no marchan bien?..
1Samuel 13:24 dice:
...Los exhorto a temer al Señor y a servirle fielmente y de todo corazon, recordando los grandes beneficios que El ha hecho en favor de Ustedes.

No olvidemos lo que Dios a hecho por nosotros, los motivos que tenemos para estar contentos, alegres, porque no olvidamos sus bondades derramadas sobre nuestras vidas.


2.- ORAR SIN CESAR.
.Orar no significa pedir a Dios; significa tener una relacion, comunicacion con Nuestro Dios.
 "en todo tiempo"
Cuando oramos es que podemos escuchar su voz, guiandonos, ministrando nuestras vidas.
Ademas podemos platicar, hablar con El, entregarle todo lo que nos preocupa, nuestros imposibles, que solo El puede hacerlo posible.


3.- DAR GRACIAS A DIOS EN TODA SITUACION.
Porque esta es la voluntad de Dios.
Dar Gracias significa que debemos estar agradecidos primero para dar gracias.
A veces nos podemos sentir con un corazon agradecido, pero no lo decimos.
El agradecimiento sin expresarlo no sirve, Dios dice:
DAR GRACIAS!
En toda situacion, porque sabemos que a los que aman a Dios "todas" las cosas ayudan para bien.
Mantenernos conscientes de su favor y misericordia, de las bondades recibidas, oraciones contestadas,
cuantas cosas poseemos, por las que oramos antes, para que Dios nos la diera, y nos acostumbramos a tener Bendiciones, dia a dia, que nos olvidamos que hay muchas personas que no tienen lo que nosotros tenemos.
"DAR GRACIAS" tambien significa compartir con los que tienes necesidad,
dar de gracia lo que de gracia hemos recibido.

Señor ayudame a entender cual es tu voluntad en mi vida, dame un corazon agradecido, dispuesto a darte gracias en todo tiempo, a reconocer que todos los dias tenemos motivos para estar alegres, y acercarnos a tu presencia con una actitud de alabanza, orando en todo tiempo porque esa es tu voluntad en Cristo Jesus. Amen

miércoles, 25 de septiembre de 2013

DIOS TE PROMETIÓ

DIOS te prometió.

DIOS te prometió.
DIOS te promete que si clamas a EL, EL te responderá y te enseñara cosas que tu no conoces. Esto está en Jeremías 33:2-3;
33:2 Así ha dicho Jehová, que hizo la tierra, Jehová que la formó para afirmarla; Jehová es su nombre:
33:3 Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces.
DIOS promete siempre estar contigo, promete ayudarte, sustentarte y defenderte. Esto está en Isaías 41:10-13;
41:10 No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.
41:11 He aquí que todos los que se enojan contra ti serán avergonzados y confundidos; serán como nada y perecerán los que contienden contigo.
41:12 Buscarás a los que tienen contienda contigo, y no los hallarás; serán como nada, y como cosa que no es, aquellos que te hacen la guerra.
41:13 Porque yo Jehová soy tu Dios, quien te sostiene de tu mano derecha, y te dice: No temas, yo te ayudo.
DIOS promete que si le amas, libertarte de las ataduras y ponerte en alto. Que por cuanto lo has reconocido como tu DIOS, lo llamaras y te responderá, que estará contigo en medio de la angustia y te librara de ella. Te llenara de larga vida y te mostrara el camino a la salvación. Esto está en Salmos 91:14-16
91:14 Por cuanto en mí ha puesto su amor, yo también lo libraré;
Le pondré en alto, por cuanto ha conocido mi nombre.
91:15 Me invocará, y yo le responderé;
Con él estaré yo en la angustia;
Lo libraré y le glorificaré.
91:16 Lo saciaré de larga vida,
Y le mostraré mi salvación.
DIOS te prometió porque te ama y desea que estés con EL. DIOS, te amo.

martes, 17 de septiembre de 2013

¿Cómo definimos la paciencia?

¿Cómo definimos la paciencia?

la paciencia en como un sembrador que tiene que esperar que las semillas den su frutoEs tolerancia, no pagar con la misma moneda, es firmeza, capacidad de soportar, sin quejas.
Es el saber esperar hasta que se cumpla el plan de Dios para mi vida. El que es paciente, hace las tareas de todos los días, lo que olvidó y las más difíciles, sin quejas y como sirviendo al Señor.
La paciencia se va forjando, va madurando a través de las circunstancias que Dios permite y la próxima nos resultará un poco más fácil (2 Pedro 1:2-8).
La paciencia puede tardar algo en madurar, en algunos más en otros menos (Santiago 5:7-8).
Algunos dicen: “No pidas a Dios que te dé paciencia, porque seguro que te mandará una prueba”. Pero de una manera u otra Dios permitirá que pasemos por su escuela para ir formándonos a la imagen de Jesús.
Pidamos a Dios que se cumpla su Voluntad en nuestras vidas, todo depende de qué actitud, tomemos ante cada circunstancia.
Ante la impaciencia, las mentiras de Satanás y una mente negativa, nuestra edificación y fe en Dios será destruida.
Pero ejercitando la paciencia, creyendo la verdad de Dios y una mente positiva seremos edificados y el fruto irá madurando.
Recordemos que Dios es el ejemplo máximo de paciencia, así que esperará y dispondrá todo hasta que cambiemos de actitud.

¿En qué necesitamos paciencia?

  • Con los niños.
  • Ante el sufrimiento y problemas de la vida.
  • Con la gente.


Con los niños:

La Biblia dice: “Instruye al niño en su camino y aún cuando fuere viejo, no se apartará de él” (Proverbios 22:6).
Dice: “instruye”, es darle lugar a que pueda entender y conocer qué es lo que se espera de él.
Dios no nos obliga a aceptar la salvación, es una decisión que nosotros debemos tomar.
Debemos instruirlo en los caminos de Dios y ayudarle a que tenga su encuentro personal con Cristo.
Pero aquí hablamos también de respetarlo como ser humano que es. Debemos aceptar que si al niño se le olvidó algo, no es porque es tonto sino porque justamente es niño y debe desarrollar muchas cosas todavía.
A nosotros los grandes se nos olvidan muchas cosas y eso que somos mayores.

Efesios 6:4 dice: “no provoquéis a ira...”. Si nos fijamos en lo que Dios hace con nosotros, lo primero es amarnos, no castigarnos. Así como Dios es justo y misericordioso, también nosotros como padres debemos amarlos incondicionalmente y ejercer la autoridad en amor, para
orientarlos o corregirlos si están tomando un rumbo equivocado.

¿Se impacienta cuando le arrugan la falda?
¿Cuándo vuelcan la leche?
¿Cuándo dejan sus marcas en la pared?
¿Cuándo mojan la cama de noche?
¿Cuándo no trajo las notas que Ud. hubiera querido?
¿Cuándo dejan sus juguetes en la escalera?
Debemos instruir a nuestros niños acerca de sus responsabilidades y obligaciones antes de disciplinarlos.
Enseñar si se trata de irresponsabilidad. Disciplinar si es rebeldía. La disciplina debe ir acompañada de amor, aceptación y perdón.

Ante el sufrimiento y problemas de la vida:

a veces pasamos sufrimientos y problemas en la vida(Santiago 1:2-4; Romanos 5:3-5).
La paciencia a veces se forja a través de las injusticias de la vida o en esos tiempos difíciles donde de una manera u otra todos llegamos.
A veces Dios dispone que debamos pasar un tiempo en cama, ya sea por una operación o torcedura de tobillo. etc.

¿Cómo pasamos ese tiempo?
¿Buscamos tener más comunión con Dios?
¿Cómo recompensó Dios la paciencia de Job?
¿Por qué las personas impacientes son más propensas a los accidentes?
¿Nos impacientamos en la fila del supermercado?
Pidámosle a Dios que nos enseñe a aquietarnos para tener paciencia en la vida. Muchas veces queremos ver las respuestas ¡ya!.
Pero Dios tiene sus tiempos y planes y nosotros debemos creer que es lo mejor para nosotros (Romanos 8:28).
Tenemos una carrera por delante y no la ganaremos corriendo más rápido o siendo más fuertes que otros, sino perseverando con paciencia y tomándonos de la mano de Dios paso a paso.

Con la gente:

Si Dios nos ama y espera con paciencia el fruto de nuestra vida ¿no deberíamos hacer lo mismo con los demás?
¿Cómo reaccionamos con los que siempre tienen un bajón o están tristes?
¿Acaso nos impacientamos porque no reaccionan como nosotros quisiéramos?
A los que son más fuertes, les cuesta entender a los más débiles.
Pero recordemos que Dios nos perfecciona en la debilidad.
Algunas veces necesitamos paciencia para ver el otro lado de alguna situación. De cada circunstancia que nos toque vivir, debemos entender cuál es el propósito de Dios para nosotros.
¿Qué actitud quiere Dios que tenga?

¿Cómo obtener paciencia?

  • Poner nuestros ojos en Jesús (Hebreos 12:2).
  • Pidamos ser llenos de Espíritu Santo.
  • Pedirle a Dios que se cumpla su voluntad en nuestras vidas.
  • Correr la carrera con un corazón tranquilo y confiado en el Señor.
  • Creer que Él tiene el control de todas las cosas.
  • Acepta esos momentos difíciles como un instrumento que Dios usa para formarnos a la la imagen de Jesús.
  • Ante las sorpresas de la vida tener una actitud paciente y positiva.
  • Proclamar “todo lo puedo en Cristo que fortalece” (Filipenses 4:13).


Ejemplos:

Nuestro máximo ejemplo es nuestro Señor Jesús:
(1 Pedro 2:21-23 ; Hebreos 12:3).

Sara: Abraham recibió la orden de Dios de ir hacia otras tierras. ¿Pero qué pasó con Sara?
Sara le creyó a Abraham. Debía dejar muchas de sus pertenencias, no sabía a donde se dirigían. Antes de partir su nombre era Sarai que significa contenciosa. Pero en el desierto, Dios cambió su nombre por el de Sara que significa princesa. Siguió los caminos que Dios y su
esposo estaban transitando, con paciencia (Hebreos 10:36).

José: en medio de su dolor se encomendó a Dios. Venció la hostilidad y la desesperación.
José se sometió con paciencia bajo la inmensa mano de Dios y cambió para bien todas las cosas.
A través de las pruebas, Dios lo preparó para dirigir a Egipto durante 80 años.

job y sus amigos 
Job: Aguardó con paciencia el tiempo de la prueba, y Dios lo recompensó abundantemente.
(Job 42:10-17; 3:15; 19:25; 2 Pedro 1:2-8).

“Por lo cual, hermanos, tanto más procurad
hacer firmes vuestra vocación y elección:
porque haciendo estas cosas, no caeréis jamás.
Porque de esta manera os será otorgada amplia
y generosa entrada en el reino eterno
de nuestro Señor Jesucristo”

(2 Pedro 1:10-11)

viernes, 13 de septiembre de 2013

TIEMPOS DIFICILES


ISAIAS 41: 10


TIEMPOS DIFICILES

“NO TEMAS POR QUE YO ESTOY CONTIGO, NO DESMAYES POR QUE YO SOY TU DIOS QUE TE ESFUERZO; SIEMPRE TE SUSTENTARE CON LA DIESTRA DE MI JUSTICIA”

CUANTOS DE NOSOTROS ALGUNA VES NO HEMOS SENTIDO TEMOR, MIEDO, YA SEA A LA OSCURIDAD, A LA ALTURA, A LAS TORMENTAS, O A LAS CIRCUNSTANCIAS DE LA VIDA, QUE VARIAS VECES NOS HAN HECHO FLAQUEAR Y HAN GASTADO NUESTRAS FUERZAS..
MUCHAS VECES CORREMOS LA MIRADA DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO ADMIRANDO EL TAMAÑO DE NUESTROS PROBLEMAS, OLIDANDONOS DE LA GRANDEZA DE DIOS..
CUANTAS VECES HAS QUERIDO DEJARLO TODO, PENSANDO QUE DIOS NO TE ESCUCHA O NO LE IMPORTAS? MUCHAS NO? SIENDO QUE LA SOLUCION ESTA EN LA PUNTA DE TU LENGUA! SI!! EN TU BOCSA ESTA LA SOLUCION!
UNA TARDE JESUS SALIO EN UNA BARCA JUNTO A SUS DISIPULOS A MAR ADENTRO, DURMIENDOSE EL EN AQUELLA BARCA, UNA GRAN TEMPESTAD SE DESATO; PARECIA QUE AQUELLA DEBIL Y GASTADA BARCA SE ROMPERIA EN MIL PEDAZOS POR AQUELLAS POTENTES OLAS QUE LA GOLPEABAN.. LOS DISIPULOS DESPERTARON A JESUS POR MIEDO A QUE FUERAN A MORIR TODOS.. ENTONCES JESUS SE LEVANTO Y LE ORDENO A LA TEMPESTAD Y AL MAR QUE SE CALMARAN Y ASI SUCEDIÓ, LA TEMPESTAD Y EL MAR SESARON…!
TAL VES USTED DIRA; SI PERO EL ERA DIOS..! SI! ES CIERTO! PERO EN SU PALABRA DIJO QUE COSAS AUN MAYORES HARIAMOS NOSOTROS..
NO IMPORTA CUAN GRANDE SEA TU PROBLEMA! EL PODER ESTA EN TI! EN TU BOCA ESTA EL MILAGRO! NO OLVIDES QUE JESUS NO TE DARA PRUEBA MAYOR DE LA QUE PUEDAS SOPORTAR.. TE DARA UN PROBLEMA.. PERO JUNTO A EL ESTARA LA SOLUCION.. TEN FE! CONFIA EN EL Y EL HARA! ENTREGALE CADA UNO DE TUS PROBLEMAS AL UNICO REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES JESUCRISTO DE NAZARET..
NO LE DIGAS A DIOS CUAN GRANDE ES TU PROBLEMA.. SINO DILE A TU PROBLEMA.. CUAN GRANDE ES TU DIOS!

jueves, 12 de septiembre de 2013

Bendiciones Espirituales


Bendiciones Espirituales
 
Introducción:
A. Dios nos da la vida, el aire, la salud, el alimento, el sol, la lluvia. Etc.
A todos los seres humanos. (Hch.17:25,28)
1. Esto lo hace Dios a diario.
2. Son bendiciones de Dios para todo ser viviente.
B. Pero sus bendiciones espirituales no son para todo mundo, sino para sus hijos, los que están en Cristo. (Efes.1:3)
C. Hoy quisiera que consideremos algunas de estas Bendiciones Espirituales.

I. La Salvación.
A. Del griego “Soteria” denota que el perdido es hallado, que el culpable es
perdonado, liberación.
1. Es el proceso por el cual el hombre es liberado del pecado y recibe las bendiciones de Dios.
B. Solo se recibe a través de Cristo. (Hch.4:12)
1. Por nuestra fe en Jesús somos justificados.(Rom.5:1)
a. Fe = Obediencia.
b. Justificados = “dikaioo” denota ser declarado inocente, perdonados.
2. Si estamos en Cristo no seremos condenados. (Rom.8:1)
C. Esta es una bendición que no debemos olvidar o descuidar, sino debemos seguir trabajando para poder mantenernos salvos. (Heb.2:3)

II. La reconciliación con Dios.
A. Reconciliar = “Katalasso” Denota cambiar de enemistad a amistad.
B. Solo se recibe a través de Cristo. (Rom.5:11)
C. Leamos. (Efe.2:1-16)
1. Éramos contados como desobedientes y enemigos de Dios, pero cuando obedecimos el evangelio de Cristo fuimos reconciliados.
2. Que hermosa Bendición.

III. Dios oye las oraciones.
A. Esta es una bendición grande y maravillosa.
1. Orar = hablar con Dios.
B. Muchos piden, pero no obedecen a Dios. (Luc.6:46)
1. Señor = “Kurios” denota Amo, dueño.
C. Dios nos oye si guardamos sus mandamientos. (1Juan3:22)
1. Dios contesta si la oracion es de acuerdo a su voluntad (1Juan.5:14)

IV. El Contentamiento.
A. Viene de griego “Arkeo” denota ser suficiente, ser fuerte, estar satisfecho,
contento, gozoso.
1. Esta bendición también se encuentra solo en Jesús.
B. Veamos lo que dijo Pablo en (Fil.4:11-13)
D. El contentamiento no se encuentra en las cosas mundanas.
1.El libro de Eclesiastés lo explica claramente “Sin Dios todo es vanidad de
vanidades”

Conclusión
A. Hay muchas otras bendiciones espirituales, como:
1. El companerismo entre hermanos.
2. La relacion especial que sostenemos con Dios.
3. Una conciencia limpia.
4. La Esperanza.
B. Recordemos que estas bendiciones espirituales, se hallan solamente e Cristo.
C. Debemos notar la gran diferencia que hay entre los que gozan de estas bendiciones y los que no las poseen. (1Pedro.2:9,10)
1. Linaje escogido.
2. Real Sacerdocio.
3. Nación Santa.
4. Pueblo adquirido.
D. Hermanos espero que recordar estas bendiciones que Cristo ha hecho posible en nuestras vidas, sea incentivo para que dediquemos tiempo y esfuerzo a las cosas de Dios.
E. Amigo si no estas en Cristo y no posees estas bendiciones espirituales.Que esperas? Te invitamos a que obedezcas el evangelio del Señor Jesús.

miércoles, 11 de septiembre de 2013

MUSICA EN DEVOCION TOTAL A DIOS

AHORA TU BLOG DEVOCION TOTAL A DIOS TRAE UN REPRODUCTOR DE MUSICA PARA QUE PUEDAS ESCUCHAR ALABANZAS A DIOS Y A LA VEZ PUEDAS LEER TUS BLOGS PARA BENDICION DE TU VIDA.

ORAR SIEMPRE Y NO DESMAYAR

La noche que Jesús fue a orar al Getsemaní, antes de ser entregado al padecimiento, la Biblia cuenta que le pidió a Sus discípulos que se sentaran, mientras se llevó a Pedro, Jacobo y Juan para que lo acompañaran. A ellos tres les pidió que velaran, mientras Él oraba1. Esto nos enseña que podemos encontrar tres niveles de discípulos; el nivel de los que se quedan sentados, el nivel de los que velan y el nivel de Jesús, quien ora a solas, incluso en las horas de más angustia. Busca estar en el nivel de oración donde encuentras más intimidad con el Padre.
A los tres discípulos que llevó consigo, Jesús les preguntó por qué no fueron capaces de orar una hora. Esto, a veces, confunde a algunos porque los hace pensar que la clave de la oración eficaz es dedicarle por lo menos una hora al día, pero esta no es una fórmula. Claro que mientras más disciplina de oración demostremos, más resultados positivos veremos en nuestra vida, pero no depende del tiempo que le dediquemos sino de la capacidad que desarrollemos para conectarnos íntimamente con el Señor, hablarle, escucharlo y adorarlo. No es cuestión de “cuánto tiempo aguanto” sino de lograr el nivel de intimidad que renueva nuestras fuerzas y nos brinda esa paz que sobrepasa todo entendimiento.
Cuando leo el versículo que nos relata que Pedro comenzó a hundirse al caminar sobre el agua, viene a mi mente su oración tan breve y efectiva: “¡Señor, sálvame!2” La Biblia no dice que primero ofreció cantos de alabanza, luego algunos de adoración y después, ofrendó para ser escuchado. Pedro simplemente clamó y obtuvo respuesta, porque ante una situación desesperada, nuestro Señor nos escucha. Así que debemos aprender a ser flexibles y no ahogar la comunicación con Dios en tantos protocolos. Por supuesto que tampoco hay que buscar la brevedad por sí misma. Algunos son tan parcos para orar por los alimentos que ¡dan gracias por lo que ya se comieron, en vez de agradecer por lo que hay en la mesa y van a comer! Este pasaje de Pedro es como el ejemplo del “911, llamada de emergencia” en la oración. En esos momentos cuando no hay tiempo para ayunar o para hacer una vigilia, solo hay tiempo para buscar una comunicación directa con Dios y ¡pedirle auxilio! La oración es efectiva si la hacemos con un corazón sincero y puro.
Preocúpate por cumplir principios básicos como aprender a hablar y a escuchar, acercarte sin rencores y confiado en que tu Padre te escuchará. Hay oraciones de emergencia, pero también están aquellas enriquecedoras que hacemos a puerta cerrada, en un tiempo apartado para hablar con el Señor, quien nos forma en lo secreto y nos bendice en público.
Cuando Jesús habló sobre oración, también relató la parábola de un juez que hizo justicia a una viuda porque no quería que lo molestara con su insistencia y explicó que tanto más, hará justicia nuestro Padre porque nos ha escogido y le clamamos, no porque se desespera de escucharnos3. Así que orar es una necesidad de todos los días, ya que buscamos Su justicia al clamarle de día y de noche. Además, hay que hacerlo con fe, porque hay quienes hacen de la oración una apuesta. La hacen tan general y ambigua, siempre cerrando con la frase: “Que se haga tu voluntad”, porque quieren evitar la vergüenza de quedar mal, si no se cumple lo que piden. Ora con autoridad, pidiendo específicamente lo que deseas que suceda. De esa forma demuestras fe y lo que pidas será hecho. Déjate transformar por el Espíritu Santo que te llena de seguridad y fe, si quieres orar efectivamente. ¡No desmayes, necesitamos orar!
Siempre pedimos a Dios paz, alegría, tranquilidad y serenidad, pero ¿sabías Él se goza con tu oración, si la haces con un corazón recto y humilde?4 Según Apocalipsis, las oraciones se convierten en incienso de los santos delante de Dios. Nuestra búsqueda de intimidad con Él, nuestras palabras de adoración y de gratitud son aroma agradable, sacrificio acepto delante del Padre. Dile al Señor que deseas que tu oración alegre Su corazón de día y de noche, porque sabes que le complace ver que dependes de Él en todo y para todo.
Debemos clamar a nuestro Padre, convencidos de que somos Sus hijos y por lo tanto, coherederos con Jesús, por lo que tenemos el derechos de ir ante Él para darle gracias y pedir nuestra herencia5. ¿Qué esperar para acercarte a tu Padre con plena confianza? Si oras de día y noche, seguramente Dios hará justicia en tu vida, te bendecirá, te protegerá y te sanará, pero ¡no desmayes, insiste con fe!
A veces nos equivocamos al creer que solo quien se encuentra en problemas puede pedir en oración, y no es así. Todos podemos acercarnos a pedir al Padre porque tenemos la gracia para hacerlo. Atrévete a pedir sanidad si estás enfermo y también pide recursos para mejorar tu vida si te has cuidado y no padeces ninguna enfermedad. Alguien puede pedir dinero para pagar una deuda y otro puede pedir la misma cantidad para gozar de unas vacaciones con su familia porque ha sido obediente y ha sabido administrar sus recursos. Dios puede responder ambas oraciones, el problema de nuestra fe es que la usamos para salir del pozo de la desesperación, pero no para escalar y llegar a la cima de la montaña. Si tu oración y obediencia ya te sacó del pozo, ¡no te detengas!, sigue pidiendo y esforzándote, porque hay un monte por conquistar. No critiques a quienes piden por sus sueños. Dile: “Señor Jesús, acudiré a ti para pedir socorro y también para pedir que me lleves a las alturas. Pediré por lo que necesito y por lo que sueño. Oraré de día y de noche. Te doy gracias porque has prometido escucharme”.

Versículos de referencia
1 Marcos 14: 32-38 cuenta: Vinieron, pues, a un lugar que se llama Getsemaní, y dijo a sus discípulos: Sentaos aquí, entre tanto que yo oro. Y tomó consigo a Pedro, a Jacobo y a Juan, y comenzó a entristecerse y a angustiarse. Y les dijo: Mi alma está muy triste, hasta la muerte; quedaos aquí y velad. Yéndose un poco adelante, se postró en tierra, y oró que si fuese posible, pasase de él aquella hora. Y decía: Abba, Padre, todas las cosas son posibles para ti; aparta de mí esta copa; mas no lo que yo quiero, sino lo que tú. Vino luego y los halló durmiendo; y dijo a Pedro: Simón, ¿duermes? ¿No has podido velar una hora? Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil.
2 Mateo 14:30-31 comparte: Pero al ver el fuerte viento, tuvo miedo; y comenzando a hundirse, dio voces, diciendo: ¡Señor, sálvame! Al momento Jesús, extendiendo la mano, asió de él, y le dijo: ¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste?
3 Lucas 18:1-8 relata: También les refirió Jesús una parábola sobre la necesidad de orar siempre, y no desmayar, diciendo: Había en una ciudad un juez, que ni temía a Dios, ni respetaba a hombre. Había también en aquella ciudad una viuda, la cual venía a él, diciendo: Hazme justicia de mi adversario. Y él no quiso por algún tiempo; pero después de esto dijo dentro de sí: Aunque ni temo a Dios, ni tengo respeto a hombre, sin embargo, porque esta viuda me es molesta, le haré justicia, no sea que viniendo de continuo, me agote la paciencia. Y dijo el Señor: Oíd lo que dijo el juez injusto. ¿Y acaso Dios no hará justicia a sus escogidos, que claman a él día y noche? ¿Se tardará en responderles? Os digo que pronto les hará justicia. Pero cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra?
4 Proverbios 15:8 comparte: El sacrificio de los impíos es abominación a Jehová;?Mas la oración de los rectos es su gozo.
5 Romanos 8:15-18 enseña: Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre! El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios. Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados. Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse.

martes, 10 de septiembre de 2013

El Peligro de los Pecados Ocultos

El Peligro de los Pecados Ocultos



Amado hermano:

http://www.renuevodeplenitud.com/wp-content/uploads/devocional-pecados16d.pngHaya usted entregado o no su vida a Jesucristo, la vida que lleva puede estar plagada de pecados secretos que impiden desarrollo, paz y bendición.
Gracias a la misericordia de nuestro Señor Jesucristo, nuestros pecados ya han sido perdonados, pero depende de nosotros vivir de acuerdo a su gracia y sus mandamientos.
Los pecados ocultos, dentro o fuera de la vida cristiana, pueden ser verdaderos obstáculos y hasta abrumadores verdugos que nos destruyen paulatinamente desde lo más profundo de nuestros corazones; manifestándose de manera horrorosa en nuestra mente, cuerpos, familia, trabajo, relaciones interpersonales y en toda faceta de nuestra existencia.
Peor aún, los pecados ocultos nos alejan permanentemente de la gracia de nuestro Señor Jesucristo y de nuestra herencia eterna en el cielo.

¿Qué es un pecado oculto?
Cualquier pensamiento y comportamiento que quizás somos capaces de ocultar del mundo, pero que desagrada a Dios. Los pecados ocultos distorsionan nuestra percepción de lo que realmente es una relación con Dios y nos lleva al fracaso espiritual y a nuestra eventual perdición y condenación.

Muchas personas ni siquiera se percatan de tener pecados ocultos que con el tiempo, corroen su espíritu y su relación con Dios y sus seres queridos.
Debido a su obvia naturaleza, los pecados ocultos no son detectados por nuestros seres queridos, hermanos, pastores, amigos y el resto de la gente; dificultando aún más una intervención, el consejo y las medidas necesarias para librarnos de ellos. Hay pecados ocultos que ni siquiera son detectados por las personas que los cometen, ya que muchos no los consideran pecados.

Ejemplos de pecados ocultos
Pensamientos lujuriosos, avaros, vengativos, prejuiciosos y egoístas, la mentira -por más inocente o piadosa que sea- la pornografía y la masturbación, el adulterio, la fornicación y la idolatría disfrazada de alabanza o diversión.


¿Qué hacer?
Por la fe bien sabemos que el pecado hiere a la persona y es por el pecado que el ser humano es incapaz de realizarse según el amor, que es lo único que responde a su ser.
Cuando el hombre peca, haciendo mal uso de su libertad, ve opacada su imagen y perdida su semejanza, es decir, la imagen que lleva al hombre a permanecer siendo se ve como nublada por las tinieblas del pecado y la semejanza que le permite desplegarse según la imagen, se pierde, se destruye.

Cuando el pecado es oculto, el ser humano se va sumiendo cada vez más en su propia y solitaria realidad que lo aleja de la gente en su entorno y de su creador.
Así como el pecado daña al hombre en lo más profundo de sí, sólo Jesucristo es capaz de sanarlo, sólo Él puede reconciliar la herida hecha por el pecado a causa del mal uso de la libertad.

Admitir nuestros pecados, arrepentirnos de ellos, pedir perdón y dirección a Dios y entregar a Jesucristo total control de nuestras vidas son los primeros pasos para terminar con los pecados ocultos y obtener al fin, la bendición de una verdadera vida cristiana.
Lea más sobre el tema en el contenido en el recuadro arriba-izquierda

"El que encubre sus pecados no prosperará; más el que lo confiesa y se aparta, alcanzará misericordia" Proverbios 28:13

Lo que las encuestas revelan sobre los pecados ocultos Aún los creyentes tienen dificultades con el pecado en sus vidas, muchos de los cuales optan por ocultarlos.

En una reciente encuesta del foro cristiano Ekklesia Viva, se reveló que el pecado oculto más común entre cristianos era el orgullo, con un 45.5% de los entrevistados admitiendo cometerlo. El 24.24% de los entrevistados reveló sufrir de falta de auto control, lo cual se manifiesta en la ira y el insulto, entre otros comportamientos. El tercer lugar lo compartieron en un 15.15% cada uno, los resentimientos y rencores, y el pecado de orden sexual en los que predomina la fornicación, el adulterio y la pornografía.

Por otro lado, el L'Osservatore Romano, diario oficial del Vaticano, reveló los resultados de un estudio en el que los hombres confesaron pecar más en las áreas de: lujuria, gula, pereza, ira, soberbia, envidia y avaricia. Las mujeres por otro lado, al confesarse, revelan el mayor número de pecados en las áreas de la soberbia, envidia, ira, lujuria y pereza en ese orden de frecuencia.

Yahoo Noticias de México en otro estudio en 2009, reveló que la infidelidad es el pecado que más confiesan los mexicanos, hombres y mujeres por igual. No se especificó si el alcoholismo –tan común en la cultura latinoamericana, fumar cigarrillos o el fanatismo deportivo eran considerados pecados entre los entrevistados.

Es evidente que el pecado –oculto o al descubierto- es una amenaza para una vida cristiana verdadera, que solamente a través de la dirección y cuidado de nuestro Señor Jesucristo, somos capaces de lograr. Lea más sobre el tema en el contenido de esta edición y considere el estado de su vida.

viernes, 6 de septiembre de 2013

Confianza en Dios


“Confía en el Señor con todo tu corazón, y no te apoyes en tu mismo entendimiento: tenle presente en todos tus caminos, y él dirigirá tus senderos.”

Confianza en Dios
Proverbios 3:5-6 V. M.

¿Qué es la confianza en Dios? Es ponerlo todo bajo sus cuidados, su sabiduría, su fidelidad. Para poner esto en práctica, es preciso conocerle, conocer su amor, del cual nos ha dado la prueba suprema por el don del Señor Jesús. “Nosotros hemos conocido y creído el amor que Dios tiene para con nosotros” (1 Juan 4:16).
La confianza es relativa al amor. Es decir, podemos confiar en alguien en la medida en que conocemos su amor e interés hacia nosotros. Dios nos ha amado con un amor sin límite, por lo tanto tiene derecho a una total confianza de nuestra parte: “Confía en Jehová con todo tu corazón”.
Confiar en Dios es tanto un privilegio como un deber para sus hijos. Sería, pues, normal y justo que tuviéramos confianza en él en todo tiempo. Pero, desgraciadamente, muchas veces el Señor tiene razones para decirnos como a sus discípulos de antaño: “¿Dónde está vuestra fe?” (Lucas 8:25). El recelo que fue sembrado en el corazón de nuestros primeros padres tiene en nosotros raíces tan profundas que se precisa la sonda divina para descubrirlo y la energía renovada del Espíritu Santo para extirparlo; y mientras estemos aquí en la tierra, tendremos que seguir luchando contra nuestra propia incredulidad.
La exhortación a confiar en Dios está acompañada, en nuestro texto, de una advertencia oportuna para todos y especialmente para los jóvenes: “No te apoyes en tu mismo entendimiento”. Esto no quiere decir que nuestro entendimiento o inteligencia sea inútil, sino que siempre debe estar subordinada a la voluntad de Dios. Somos tan rápidos en forjar proyectos, en tomar decisiones, en comprometernos en diferentes actividades, sin antes orar y sin dejarnos conducir por el Señor. Debemos escuchar lo que nos dice la Escritura y no hacer nada sin ponernos en las manos de Dios, pues, se nos dice que “no hay sabiduría, ni inteligencia, ni consejo, contra Jehová” (Proverbios 21:30).
“Tenle presente en todos tus caminos”. La forma de esta exhortación, ¿no nos deja entrever que, aun estando en relación con Dios, corremos el peligro de conducirnos como si no le conociéramos? Reconocerlo en todos nuestros caminos es poner delante de él todas las cosas. Cuanto más ponemos en práctica este privilegio, mejor nos sentimos. Nunca un creyente ha tenido que lamentarse de haber confiado en Dios, mientras que la confianza en la carne ha sido la causa de muchas penas.
En cada camino nuevo es preciso conocer al Señor, es decir, invocarle, escucharle y obedecerle; de lo contrario nos exponemos a merecer el reproche dirigido por Elías a los mensajeros de Ocozías: “¿No hay Dios en Israel, que vais a consultar a Baal-zebub dios de Ecrón?” (2 Reyes 1:3). Si no oramos, nos conducimos como si Dios no existiera; y aunque no consultemos directamente a los malos espíritus, nuestra independencia en cuanto a Dios así como nuestra propia voluntad nos entregan a la influencia de ellos.
Las felices experiencias que hemos vivido pueden sernos muy útiles, pero no nos dan ninguna seguridad para el futuro, ya que después de haber obtenido una victoria o una bendición por la fe, a menudo nos vuelve a faltar la confianza en Dios. Encontramos una prueba de ello en la historia de Asa (2 Crónicas 14-16). Refiriéndose a los hermosos días de este rey, Hanani, el vidente, le dijo: “Porque te apoyaste en Jehová, él los entregó en tus manos” (16:8). Pero luego, el rey perdió su confianza en Dios (16:9). ¿Qué había hecho de las enseñanzas de Azarías? “Jehová estará con vosotros, si vosotros estuviereis con él; y si le buscareis, será hallado de vosotros; mas si le dejareis, él también os dejará” (15:2) ¿Qué quedaba del compromiso y del juramento que había hecho junto con todo el pueblo, acerca de buscar a Dios, el Dios de sus padres, con todo su corazón y con toda su alma (15:12)?
* * *
“Él dirigirá tus senderos”. Dios quiere guiarnos de una manera tan segura como condujo a los israelitas de Egipto a Canaán. Durante el día nunca les faltó la nube, ni la columna de fuego durante la noche. Para marchar por el buen camino, los fieles sólo tenían que seguir los signos de la presencia de Dios en medio de ellos. Si tomaban otro camino y se extraviaban, lo hacían voluntariamente.
Hoy, Dios nos dirige por medio de su Palabra. Si no siempre hallamos en ella explicaciones concretas en relación a cada uno de los detalles de la vida, no deja de enseñarnos los grandes principios divinos que deben regir nuestras vidas. El Espíritu Santo también está con nosotros para enseñarnos sobre todas las cosas; pero debemos estar plenamente convencidos de que nunca nos conducirá por caminos diferentes a los que la Palabra nos propone. Acordémonos del varón de Dios de Judá que se dejó seducir por un viejo profeta (1 Reyes 13) y hagamos todo lo posible para evitar las trampas que nos tiende el enemigo.
Para ser los beneficiarios de las promesas divinas es preciso cumplir con las condiciones que exigen: “Encomienda a Jehová tus obras, y tus pensamientos serán afirmados” (Proverbios 16:3). “Deléitate asimismo en Jehová, y él te concederá las peticiones de tu corazón” (Salmo 37:4). La fe en Dios y la comunión con él forman nuestros pensamientos y producen en nosotros el deseo de que su voluntad sea hecha. Cuando nos deleitamos en Dios, nuestras peticiones se elevan hasta la altura de sus pensamientos.
Tengamos una voluntad franca para seguir al Maestro. En cada decisión, consultemos al Señor. Si la fidelidad exige sacrificios de nuestra parte, no temamos; la pérdida será provechosa, pues Dios es galardonador de los que le buscan. En vez de dar traspiés en las tinieblas, tendremos al Señor Jesús para tomarnos de la mano y conducirnos por el camino donde la luz resplandeciente va creciendo hasta que se establezca el día perfecto.
Al escribir estas líneas pienso en los jóvenes que sufren una enfermedad, que pasan por una penosa contrariedad o una dolorosa prueba. Para ustedes, queridos amigos, mis mejores sentimientos. Muchos de ustedes podrían decir, como Job, que sus proyectos —“los designios de mi corazón” (Job 17:11)— se han frustrado, y como Jeremías: “Cercó (Dios) mis caminos con piedra labrada, torció mis senderos” (Lamentaciones 3:9). Quizás alguno de ustedes tiene una enfermedad incurable o está pasando por una prueba desgarradora e irreparable. Tengan ánimo, el texto que hoy meditamos también es para ustedes. ¿Qué les separará del amor de Cristo? Tengan confianza, no razonen sobre los caminos misteriosos de Dios; invóquenle tanto más cuanto que son probados. Les librará si lo cree conveniente, pero de todas maneras dirigirá sus pasos. Les conducirá a las cumbres más altas y hará sus pies como de ciervas (Salmo 18:33). Cantarán como “el dulce cantor de Israel” y como “el hombre que ha visto aflicción”: “La misericordia de Jehová es desde la eternidad y hasta la eternidad sobre los que le temen”. “Bueno es Jehová a los que en él esperan, al alma que le busca. Bueno es esperar en silencio la salvación de Jehová. Bueno le es al hombre llevar el yugo desde su juventud” (Salmo 103:17 y Lamentaciones 3:1, 25-27).
Quizás este pequeño escrito llegue a las manos de un joven descarriado que no ha seguido el consejo de la Sabiduría. Querido amigo, no persevere en un camino equivocado. El Señor le ama y le invita a volver a él: “Vuelve… a Jehová tu Dios; porque por tu pecado has caído. Llevad con vosotros palabras de súplica, y volved a Jehová, y decidle: Quita toda iniquidad, y acepta el bien... porque en ti el huérfano alcanzará misericordia” (Oseas 14:1-3). Confiémonos en el Señor, y tanto más si hemos descubierto nuestro error; acudamos a él en todos nuestros caminos: él dirigirá nuestros senderos.
Aquel que reclama toda nuestra confianza, que nos advierte de la insuficiencia de nuestra inteligencia, que nos invita a tenerle presente en todos nuestros caminos, que nos promete dirigir nuestros senderos, ¿no es quien nos ama con amor eterno y quien sufrió por nosotros la terrible muerte de la cruz y el abandono de parte de Dios? ¿No pondremos nuestra confianza en él durante el corto tiempo de nuestra vida terrenal, en las pocas horas que quizá nos separan de su venida, mientras profesamos creer en él para la vida eterna? No, esto sería anormal e injusto de nuestra parte.
Creemos en ti, Señor, ¡libranos de nuestra incredulidad!
H. C.

Este cántico
“Que este cántico me sea por testigo...
...este cántico responderá en su cara como testigo, pues será recordado...” Deuteronomio 31:19-21
Hay jóvenes que tienen por costumbre reunir a niños que no saben mucho acerca del Señor Jesús, para hablarles de Él, especialmente los fines de semana. Les cuentan historias bíblicas, destacando las enseñanzas que contienen, y también cantan coros adaptados a su edad. ¿Qué quedará de todo ello? A los diez, doce o catorce años se habrá perdido el contacto con la mayoría de los niños. La semilla divina que fue sembrada, ¿germinará? “Este cántico… será recordado”. No es que un cántico por sí mismo sea palabra de vida; pero, mucho más que cualquier otra cosa, queda grabado en la memoria. A la hora dispuesta por Dios, éste podrá ser el medio que traiga a la memoria su Palabra.
* * *
En la esquina de una calle, en un hospital, en casa de un enfermo, unos jóvenes cantan. ¿Para qué sirve? Seguramente les agrada a las personas escuchar estos cánticos, o quizá les proporcione algún alivio, pero ¿esto es todo? “Que este cántico me sea por testigo”. Aquí también, el testimonio aportado por un cántico puede ser una verdadera ayuda. Sin embargo, sólo la predicación de la Palabra en esta circunstancia será eficaz para tocar los corazones.
* * *
Una familia se reúne para despedir a un hijo que se va de la casa por un largo período. Feliz velada durante la cual el afecto reconforta los corazones, la Palabra de Dios advierte y anima. En la oración, aquellos que se quedan y el que se va son puestos en las manos del Señor. Después, todos juntos cantan. Cánticos de la infancia y de la juventud que traen tantos recuerdos. Para terminar, un invitado propone otro cántico:
Dejarte solo obrar y marcar nuestras sendas
¡Dios de paz, Dios de amor!
Junto a Ti siempre hallar vivas y dulces prendas,
En cada nuevo albor, cada instante, Señor.
A través de los meses y de los años, “este cántico... será recordado”. Por medio de él, el joven recordará muy a menudo, ante una decisión o tentado de alejarse del camino divino, que existe Uno que conduce y que es un refugio para quien se acerca a Él (Salmo 46:1).
* * *
Moisés iba a dejar el pueblo que había tenido a cargo durante los últimos cuarenta años, y dijo a todo Israel: “Este día soy de edad de ciento veinte años; no puedo más salir ni entrar; además de esto el Señor me ha dicho: No pasarás este Jordán”. Por medio de varios discursos y exhortaciones, había llamado a las doce tribus a la obediencia y la confianza en Dios. La gran voz del legislador iba a enmudecer. ¿Qué medio podía emplear aún para tocar la conciencia y el corazón de aquella gente tan pronta a desviarse? “Ahora pues, escribíos este cántico, y enséñalo a los hijos de Israel; ponlo en boca de ellos, para que este cántico me sea por testigo…” (Deuteronomio 31:19). Es el último mensaje, pero cuán vivificante, del fiel servidor a quien Dios, “aquel mismo día”, ordenó que subiese al monte Nebo para ser unido a su pueblo (32:49-50).
Si Israel se alejara de la ley de su Dios, como efectivamente lo hizo, este cántico respondería en su cara como testigo, pues sería recordado por la boca de sus descendientes (31:21).
* * *
Cántico de la liberación en las orillas del mar Rojo (Éxodo 15:1-21); cántico de advertencia en los campos de Moab (Números 21:17-18); cántico de la victoria de Débora (Jueces 5); humilde alabanza de Ana agradecida (1 Samuel 2:1-10); cánticos de Josafat y de su pueblo delante del enemigo (2 Crónicas 20:19-22); cántico de Ezequías mientras el holocausto se consume (2 Crónicas 29:27-28); palabras de alabanza de María (Lucas 1:46-55); himno en el aposento alto (Marcos 14:15, 26); cántico de gozo en la cárcel de Filipo (Hechos 16:25)... a través de los tiempos los rescatados cantan. Y, como cántico supremo, el cántico nuevo que se elevará eternamente alrededor del trono para alabanza del Cordero que fue inmolado:
“Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos; porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación; y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra” (Apocalipsis 5:9-10).

miércoles, 4 de septiembre de 2013

BOLETOS PARA EL CONCIERTO ALCANZANDO MI GENERACION

YA ESTAN A LA VENTA LOS BOLETOS PARA EL CONCIERTO ALCANZANDO MI GENERACIÓN.

LOS PUEDE COMPRAR EN LA IGLESIA CUADRANGULAR DE VERACRUZ Ó PUEDE ACERCARSE A ALGUNOS DE NUSTROS DISTRIBUIDORES QUE ESTARÁN IENDO A SUS IGLESIAS PARA PROMOCION DEL EVENTO.
PARA MAYOR INFORMACION CONTACTE LOS NUMEROS:
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6101-9110 GERARDO
6845-9673 RAIDA.

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DIOS LOS BENDIGA...


lunes, 2 de septiembre de 2013

¡Porque te abates, oh Alma Mia!



¡Porque te abates, oh Alma Mia!

Si hasta este momento habías estado preso de desalientos, aflicciones, confusiones, desánimos e incertidumbre que tal si oramos juntos
Alentar a los demás es muy necesario pero, hay algo mas difícil y un poco complicado y es alentarnos a nosotros mismos en los momentos que no hay nadie que lo haga, en los momentos que nos sentimos desconsolados, tristes, abatidos, solos y que nadie nos comprende es allí donde juega un papel importante la evangelización a nuestra alma por nosotros mismos.
Salmos 42:11 “¿Por qué te abates, oh alma mía y por qué te turbas dentro de mí? Espera en Dios; porque aún he de alabarle, Salvación mía y Dios mío.”

No se si alguna vez le has preguntado a tu alma porque te abates alma mía y porque te turbas dentro de mi como lo hizo David , como lo he hecho yo y como cientos de personas lo han hecho ; quizás en el presente han venido sentimientos de abandono, de confusión y tu interior ha entrado en una crisis la cual ha apresado a tu alma y la misma se siente abatida y turbada por una noticia que te dieron la cual no fue muy agradable , por aquella persona que te engaño, por aquel ser que te clavo una puñalada por la espalda, por metas que no has alcanzado, o por cosas a las cuales no sabes como darle solución.
Déjame decirte que la mejor manera de que tu alma se levante de ese estado en el cual ha caído no es a través de responder con la misma moneda, o guardando odio, o hacer cosas que no van conforme a lo que Dios ha dicho , la mejor forma de que tu alma se recupere es recordándole que Dios es su salvación y que es necesario que espere en El.
Lo importante no es si caíste en ese estado lo que realmente interesa es que te apresures a salir de el. Muchas personas están desconsoladas y abatidas pero se consuelan con el cheque de la semana, con una relación sexual, con fumar un cigarrillo, con tomar alcohol pero, ese consuelo es pasajero ya que una vez pasa el efecto de lo que hicieron se apodera de ellos un vacio y depresión mas fuerte que antes. Por ello hermano (a) en la fe este es el momento en el cual te invito a que le recuerdes a tu alma que su salvación viene de Dios y que por lo tanto debe esperar en El.
Por mas duro que sea tu presente y por mas abatida que pueda estar tu alma en este mismo momento puede recibir un consuelo que no se acaba y ese únicamente lo sabe dar Dios.
Aunque tu alma tenga miles de razones por la cual estar abatida, dile que debe esperar en Dios ya que El no desampara a ninguno de los suyos. Si hasta este momento habías estado preso de desalientos, aflicciones, confusiones, desánimos e incertidumbre que tal si oramos juntos:

Padre Nuestro que estas en los cielos en este momento me vuelvo a ti , y así como David le decía a su alma , de igual forma lo hago a la mía, Porque te abates alma mía y porque te turbas dentro de mi? Espera en Dios ; porque aun he de alabarle , Salvación mía y Dios mío. Gracias te doy Dios porque me levanto en el Nombre Poderoso de Jesús Amén.