2 Corintios 12:9 Y me ha dicho: Bástate mi gracia;
porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me
gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de
Cristo.
Dice
el apóstol Pablo cuando viene antes al Señor y le hace una petición, y Jesús le
responde algo, le dice: Bástate mi gracia. Y yo
he encontré una definición de gracia que me encantó, dice que la gracia es la
influencia divina sobre el corazón humano. Y cuando la gracia de Dios opera
sobre nuestras vidas, tú y yo empezamos a caminar en Cristo, y empezamos a
caminar, a levantarnos, a conocer de su Palabra, a ver lo que él tiene para
cada uno de nosotros.
Y
él empieza a derramar su gloria y su gracia, y vamos de gloria en gloria, y
vamos dice su Palabra de triunfo en triunfo, y estamos siendo transformados y
cambiados. Pero esto es por la gracia de Dios, por la misericordia de Dios.
Pero bueno, este proceso es difícil.
Hace un momento el Señor decía en la profecía, decía: para que venga la gracia
necesitas conocer la Palabra. Y también decía: el camino está siendo duro para
muchos. El camino está siendo duro para muchos de nosotros y cuando tú ves la
historia de varios personajes de la Biblia te das cuenta que muchos hombres y mujeres de Dios encontraron o hallaron gracia delante de él.
Cuando
vemos en Génesis 6, dice la Biblia que la maldad de los hombres era mucha en la
tierra, que la maldad ya se había multiplicado; que el pensamiento del corazón
de los hombres era solamente hacer el mal, y hacer más mal. Y Dios en su
corazón dijo: Voy a rehacer de sobre la faz de la tierra a los hombres que he
creado. Pero dice la Biblia algo, fíjate, en medio de tanta maldad, en medio de
tantas situaciones que estaban pasando en ese momento, dice la Biblia en:
Génesis 6:8 Pero Noé
halló gracia ante los ojos de Jehová.
Se
manifiesta la gracia de Dios en medio de tiempos de oscuridad. Dice que la
maldad era mucha en la tierra. Imagínate cuanta era la maldad que Dios
determinó y dijo: voy a rehacer mi creación. Voy a rehacer al hombre. Y ve a un
solo hombre en medio de tanta maldad que se llamó Noé; y viene y lo mete ahí en
el arca. Conoces la historia, y a través de este hombre otra vez después de que
sale del arca nuevamente empieza la historia, y el hombre empieza nuevamente a
buscar a Dios, pero nuevamente más adelante se empieza a apartar.
Y
esa es la historia continua del hombre, el buscar en sus intentos a Dios, el
buscar en sus religiones a Dios, por eso el día de hoy tenemos tantas
religiones, porque es el intento del hombre de buscar a Dios, pero después de
este tiempo la Biblia habla de que en el libro de Malaquías, fue uno de los
últimos profetas que vino a la tierra de Israel a profetizar o a hablarle al
pueblo para que ellos se regresaran al Señor.
Igual
viene un periodo de silencio. La historia dice que hubo 400 años de silencio
donde Dios no habló nada, no dijo nada; ya había mandado a sus profetas, desde
Isaías, Ezequiel, Jeremías, agarró a cada uno de sus siervos y los mandó al
pueblo de Israel y les habló: Arrepiéntanse, cambien sus caminos, búsquenme. Y
el pueblo de Israel empezaba a buscar a Dios, pero cuando estaba bien, vamos a
decirlo así: cuando estaba en su mejor momento, cuando era prosperado, cuando
era bendecido, se apartaba de Dios. Y Dios volvía en su misericordia a mandar a
sus profetas y a decirle al pueblo de Israel: ¡Vuélvanse a mí!
Viene
la cautividad de Israel, ya en lo último, el pueblo de Israel había caído en
una maldad también y al final Dios los manda cautivos a través del rey
Nabucodonosor. Son llevados cautivos a Babilonia, después viene lo que leemos
en el libro de Nehemías, en el libro de Esdras, donde Dios trae nuevamente a su
pueblo ahí no cumpliendo su Palabra. Pero después de este tiempo hay un periodo
de 400 años de silencio.
¿Tú
te puedes imaginar 400 años de silencio donde Dios no diga nada? Mira, aquí
tenemos una gran bendición que Dios viene cada ocho días y nos habla a través
de sus profetas, viene y te habla y está hablando a tu corazón. Y tú tienes
otra bendición, tienes la Palabra de Dios, que dice que es una Palabra muy
segura. Y aquí tú puedes tomarla y
recibir esa palabra que Dios te está hablando.
Pero
ahora imagínate cuando Dios calla, cuando Dios no habla, cuando Dios se queda
callado por todo lo que había pasado, Dios se queda callado. Ya Dios había
dicho lo que iba a pasar, ya Dios había hablado a través de sus profetas y
había dicho que iba a mandar a un Mesías, iba a levantar a un siervo para que
cargara la culpa de los hombres, para que pagara a través de su sacrificio.
Y
después de estos 400 años viene un ángel de Dios, fíjate, el pueblo en sus
posibilidades, en sus formas estaba buscando a Dios, pero Dios no respondía,
Dios no estaba hablando. Y un día dice en Lucas 1:30, dice que vino un ángel
Lucas 1:30-31 Entonces
el ángel le dijo: María, no temas, porque has hallado gracia delante de
Dios. 31Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un
hijo, y llamarás su nombre JESÚS.
Cuando
María viene, dice la Palabra ella se turba. En el versículo 29 dice que cuando
ella vio al ángel ella se turbó por sus palabras. 400 años donde Dios no se
había manifestado, viene un ángel de Dios, viene el ángel Gabriel y le dice:
mira María, haz hallado gracia delante de Dios. Viene y le dice algo, le dice, María, no temas, porque la gracia de Dios se ha
manifestado en tu vida.
Lo
primero que nos pasa cuando nosotros llegamos a Dios, es que l gracia se
empieza a manifestar en nuestro corazón, y él nos empieza a restaurar, nos
empieza a sanar y te dice: No temas, no tengas miedo, no va a pasar nada yo
estoy contigo, no tengas miedo de las cosas que están por venir.
Y
el mundo, cuando tú y yo nos vemos la historia, vemos que dice Jesús que cuando
ya sean los últimos tiempos, el fin del siglo, dice que los días van a ser como
en los días de Noé. Y Tú y yo ahorita podemos ver cuánta maldad hay, cuánta
maldad se ha multiplicado. Dice: por la maldad que se ha multiplicado el amor
de muchos se va a enfriar. Y hay tanta maldad ahorita actualmente en nuestro
mundo, tanta situación de corrupción, de querer tener más y no importa a quién
pisas. Y está buscando la gente cada día más cosas que te está ofreciendo el
mundo.
Pero
viene la palabra “Gracia”, y gracia habla de lo que Dios está haciendo. Dice la
Biblia que mientras más sea la oscuridad más va a resplandecer la luz. Dice, la
luz en las tinieblas resplandece. Y la gracia de Dios viene y opera y dice:
mira, no tengas miedo. Y también luego viene otro nombre en el libro de Hechos
7, donde habla acerca de un hombre de Dios.
Hechos
7:44-46 Tuvieron nuestros padres el tabernáculo del testimonio en el
desierto, como había ordenado Dios cuando dijo a Moisés que lo hiciese conforme
al modelo que había visto. 45El cual, recibido a su vez por nuestros
padres, lo introdujeron con Josué al tomar posesión de la tierra de los
gentiles, a los cuales Dios arrojó de la presencia de nuestros padres, hasta
los días de David. 46Este halló gracia delante de Dios, y pidió
proveer tabernáculo para el Dios de Jacob.
Viene
Dios y habla y les dice que tenían que hacer un tabernáculo. Y había un
tabernáculo en el pueblo de Israel donde habitaba la presencia de Dios. Pero un
día David dice en su corazón, dice bueno, yo habito en un palacio y el
tabernáculo está en tiendas. Y entonces le dice a un profeta, y él le dice: haz
lo que sientas en tu corazón. Y dice la Biblia que entonces David dijo: Pues yo
le voy a construir una casa. Pero después viene algo, mira David dice que halla
gracia delante de Dios.
2 Samuel
7:1-9 Aconteció que cuando ya el rey habitaba en su casa, después que
Jehová le había dado reposo de todos sus enemigos en derredor, 2dijo
el rey al profeta Natán: Mira ahora, yo habito en casa
de cedro, y el arca de Dios está entre cortinas. 3Y Natán dijo al rey: Anda, y haz todo lo que está en tu
corazón, porque Jehová está contigo. 4Aconteció aquella noche, que
vino palabra de Jehová a Natán, diciendo: 5Ve
y di a mi siervo David: Así ha dicho Jehová: ¿Tú me has de edificar casa en que
yo more? 6Ciertamente no he habitado en casas desde el día en
que saqué a los hijos de Israel de Egipto hasta hoy, sino que he andado en
tienda y en tabernáculo.
7Y en todo cuanto
he andado con todos los hijos de Israel, ¿he hablado
yo palabra a alguna de las tribus de Israel, a quien haya mandado apacentar a
mi pueblo de Israel, diciendo: ¿Por qué no me habéis edificado casa de cedro? 8Ahora,
pues, dirás así a mi siervo David: Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Yo te
tomé del redil, de detrás de las ovejas, para que fueses príncipe sobre mi
pueblo, sobre Israel; 9y he estado contigo en todo cuanto has
andado, y delante de ti he destruido a todos tus enemigos, y te he dado nombre
grande, como el nombre de los grandes que hay en la tierra.
Viene
David y dice: voy a construirle una casa al Señor. Y el Señor le dice: Tú no me
la vas a construir. Y la Biblia dice que él halló gracia delante de Dios, pero
dice algo: Mira, yo te tomé del redil David cuando tú no eras nadie, cuando tú
no eras nada, estabas detrás de las ovejas para que fueras príncipe sobre mi
pueblo Israel. Y Dios lo ve, así como un día te vio a ti y a mí, nos tomó
cuando no éramos nada ni nadie, cuando nadie daba un centavo por nosotros, Dios
viene y nos toma. Y dice su Palabra, nos pone como príncipes.
Ahora
somos príncipes de su pueblo. Dice: nos ha tomado para que seamos un reino de
sacerdotes. Ahora tú y yo podemos llegar hasta la presencia de Dios, tenemos la
bendición, la oportunidad de llegar hasta su presencia, ¿por qué? Por la gracia
de Dios. Pero viene David y dice en:
2 Samuel 7:11-13 Desde el
día en que puse jueces sobre mi pueblo Israel; y a ti te daré descanso de todos
tus enemigos. Asimismo Jehová te hace saber que él te hará casa. 12Y
cuando tus días sean cumplidos, y duermas con tus padres, yo levantaré después
de ti a uno de tu linaje, el cual procederá de tus entrañas, y afirmaré su
reino. 13El edificará casa a mi nombre, y yo afirmaré para siempre
el trono de su reino.
Pero
dice en el Versículo
18 Y entró el rey David y se puso delante de
Jehová, y dijo: Señor Jehová, ¿quién soy yo, y qué es mi casa, para que tú me
hayas traído hasta aquí?
Viene
David y le dice, Señor ¿quién soy yo? Quién soy yo, para que tú me hables
todavía que mi descendencia va a reinar, me has hablado en lo fututo, me has
hablado y viene David y dice ¿quién soy yo? Ahora yo te podría preguntar,
¿quién era David en ese momento de la historia? David era el rey, David era
aquel hombre que leímos que dice que salió cuando era joven, antes de que fuera
rey, se enfrentó a un gigante, a Goliat, y lo venció y lo derribó, y no tuvo
miedo porque en su corazón sabía que Dios estaba con él.
Y
salía y dijo: Voy a vencer. Y lo venció. David fue aquel que cuando regresó,
las mujeres cantaban que Saúl había vencido a mil y David a sus diez mil.
Imagínate el corazón de David, empezó a sentirse algo así como que: ah pues
Dios está haciendo algo a través de mi vida. Y después viene y lo ungen como
rey. Él después se convierte en el rey de Israel, y dice la Biblia que él era
un hombre conforme al corazón de Dios. Un hombre que se había despojado de su
realeza, se humillaba delante de Dios, y él viene imagínate siendo el rey,
viene y dice ¿quién soy yo?
Dice
David en 1 Samuel, cuando le van a dar a una de las hijas del rey Saúl a David,
dice:
1 Samuel
18:18 Pero David respondió a Saúl: ¿Quién soy yo, o qué es mi vida, o la
familia de mi padre en Israel, para que yo sea yerno del rey?
1 Samuel
18:23 Los criados de Saúl hablaron estas palabras a los oídos de David. Y
David dijo: ¿Os parece a vosotros que es poco ser yerno del rey, siendo yo un
hombre pobre y de ninguna estima?
Algo que caracteriza a los siervos de Dios es que saben quiénes son. Y cuando
tú ves quién eres delante de Dios, te das cuenta que no somos nada y no somos
nadie. Por qué mi hermano a veces nos
empezamos a meter en cosas, y a pensar en bueno no pues yo ya soy un hijo de
Dios. Y sí, sí somos hijos de Dios, pero empezamos a olvidarnos de dónde nos
saca el Señor, de dónde nos tomó.
El mismo rey David escribe un Salmo, y él dice: Salmo 8:4-6 Digo: ¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria, Y el hijo del
hombre, para que lo visites? 5Le
has hecho poco menor que los ángeles, Y lo coronaste de gloria y de honra. 6Le
hiciste señorear sobre las obras de tus manos; Todo lo pusiste debajo de sus
pies.
El
rey David viene con todo su esplendor, ya era famoso por esas tierras, Dios
había vencido a sus enemigos, y a donde iba David, Dios le daba la victoria. No
había oponente para David porque Dios estaba con él. Y él viene y dice: Señor, ¿qué es el hombre, y qué es el hijo del hombre? Y
dice: ¿tienes memoria de nosotros Señor y nos visitas? Entonces cuando tú
empiezas a ver, y yo te podría preguntar, ¿quiénes somos nosotros?
En
el libro de Hechos 9, viene la historia del apóstol Pablo, cuando no era Pablo,
era Saulo, perseguidor de la iglesia, fariseo de fariseos. Un hombre
irreprensible, un hombre que estaba metidísimo en cuanto a la ley de los
judíos. Vivía de una manera irreprensible, su testimonio era intachable. Y
viene Dios y lo confronta, viene Jesús a él, y dice:
Hechos
9:1-5 Saulo, respirando aún amenazas y muerte contra los discípulos del
Señor, vino al sumo sacerdote, 2y le pidió cartas para las sinagogas
de Damasco, a fin de que si hallase algunos hombres o mujeres de este Camino,
los trajese presos a Jerusalén. 3Mas yendo por el camino, aconteció
que al llegar cerca de Damasco, repentinamente le rodeó un resplandor de luz
del cielo; 4y cayendo en tierra, oyó una voz que le decía: Saulo,
Saulo, ¿por qué me persigues? 5El dijo: ¿Quién eres, Señor? Y le
dijo: Yo soy Jesús, a quien tú persigues; dura cosa te es dar coces contra el
aguijón.
Cuando
tú y yo llegamos a Cristo primero decimos: ¿Quién soy yo? Y yo te podría
preguntar mi hermano, ¿quién eres tú hermano? Y Pablo hace la pregunta
correcta, bueno Señor, ¿Quién eres tú? ¿Sabes? No importa quién seamos tú o yo,
no importa cómo me llame yo o cómo te llames tú, importa quién está en tu
corazón y en mi corazón. Importa quién hace la obra en ti y en mí. Importa
Aquél que murió en la cruz por ti y por mí.
Eso
es lo que importa mi hermano, no importa quién eres tú o quién soy yo; él mismo
dice Yo no soy nada, yo no soy nadie Señor. Y viene y él dice: Señor bueno ¿Quién
eres tú Jesús? ¿Quién eres? Y él dice pues yo soy Jesús. Y el Yo Soy lo vemos
cuando Moisés sale de Egipto, porque él había cometido un homicidio. Se escapa
Moisés a los 40 años de Egipto, y él había visto como el pueblo de Israel
estaba siendo oprimido.
Y
se va 40 años después ahí estaba él, ya se había casado, se había olvidado de
todo yo creo, y d repente va al monte, de repente ve la zarza que está
ardiendo; conoces la historia. Y Dios le
habla y le dice: mira Moisés voy a liberar a mi pueblo. Y te voy a usar a ti. Y
primero Moisés le dice: bueno, ¿quién soy yo Señor, para que me uses, para que
yo vaya allá? Y primero el Señor le dice: mira no importa quién eres tú, tú les
vas a decir: El Gran Yo Soy va a ir contigo. Yo Soy les vas a decir, mi nombre
es Yo Soy, y así me van a conocer por las generaciones.
Y
viene Jesús y dice: mira, Yo Soy Jesús, no importa quién eres tú, importa quién
soy yo. Importa lo que yo voy a hacer en tu vida, importa lo que yo voy a hacer
en tu corazón, importa que se van a manifestar mi
gloria y mi poder e tu vida. Y dice: y vas a sanar gente a través de mi poder.
No eres tú, soy yo. Y nosotros decimos: bueno, pero entonces ¿por qué estoy
aquí, entonces cuál es el punto? Mira, no se trata de ti o del ministerio que
tienes; que no es tu ministerio, no es nuestro ministerio, es el ministerio de
Dios.
Es
el ministerio de Dios, que Dios nos da el privilegio, nos da la oportunidad de
ser parte de esto, es un privilegio de veras, es una bendición. Tú dices, bueno
pero, ¿por qué me estás diciendo todo esto? Dice la Biblia que un día Dios creó
a un ser, a un ángel que se llamó Lucifer. Dice la Biblia en Ezequiel 28, que
este ángel era un ser hermoso, era un ser lleno de perfección, lleno de
sabiduría, acabado de hermosura.
Dice
que sus vestimentas eran de piedras preciosas, que era un querubín grande,
protector, y dice que eran perfectos todos sus caminos, desde el día que fue
creado hasta que se halló maldad en él. Se enaltece su corazón, se corrompe la
sabiduría que tenía, y él empieza a decir algo:
Isaías
14:14 Sobre las alturas de las
nubes subiré, y seré semejante al Altísimo.
Y
el corazón de Lucifer, Lucero de la mañana, un ser, un ángel protector, un
ángel que estaba ahí cuidando el trono de Dios, un ángel que se paseaba en el
huerto de Jehová, ahí estaba Lucifer. Ahora yo te preguntaría, ¿tú, qué crees
que le haría falta a Lucifer cuando estaba ahí con Dios?
Pero
hablándote, vamos a decirlo, yo te preguntaría ahorita si tú fueras Adán y Dios
te pone en el huerto del Edén donde dice que había todo árbol delicioso la vista, y Dios le dijo puedes matar y comer
de todos los animales que están aquí, los he puesto para ustedes. Tienes aún
los árboles, tienes los frutos, tienes todo para comer. Y todavía Dios le pone
una mujer ahí, yo te preguntaría ¿qué le hacía falta a Adán? Y todavía más
fuerte, estaba ahí la presencia de Dios, dice la Escritura que Dios se paseaba
dice, en el Huerto. Y ahí estaba Dios.
Ahora
imagínate, tenía todo, tenía un sentido por el cual trabajar, por el cual
vivir. Dios le había dicho: labra el Huerto, trabájalo, disfrútalo, vive aquí.
Tenía un porqué vivir, un porqué trabajar, tenía una persona que lo amaba que
estaba ahí. Hablando humanamente tenía todo, y luego viene y Dios todavía le da
la bendición de tener esa presencia, ¿qué le faltaba? Nada. Imagínate ahora a
Lucifer ¿qué le faltaba cuando estaba ahí con Dios? Nada.
Pero
este ser era hermoso que dice la Palabra que se empezó a llenar de soberbia y
de orgullo, y él dice yo voy a subir y voy a ser un dios. Dice la Palabra que
él decía: Yo voy a ser semejante al Altísimo. Fíjate un ángel lleno de hermosura, precioso.
Isaías
14:12-14 ¡Cómo caíste del cielo, oh Lucero, hijo de la mañana! Cortado fuiste
por tierra, tú que debilitabas a las naciones. 13Tú que decías en tu
corazón: Subiré al cielo; en lo alto, junto a las estrellas de Dios, levantaré
mi trono, y en el monte del testimonio me sentaré, a los lados del norte; 14sobre
las alturas de las nubes subiré, y seré semejante al Altísimo.
Aquí
hay cinco palabras que yo quiero recalcar. 1.- Subiré, él mismo. Habla de
autodeterminación. 2.- Me levantaré.- Habla de autoconfianza. 3.- Me sentaré.-
Habla de auto exaltación. 4.- Subiré.- Habla de autodeterminación. 5.- Seré.- Habla de autosuficiencia. Todo
esto mi hermano vio en él, y él empezó a decir: Soy tan hermoso. Yo creo que de
ahí sacó Paco Stanley su canción ¿no? Empezó a decir: qué bonito soy, como me
quiero ¿no?
Y
empezó él mismo a verse y a decir: pues soy tan hermoso, soy tan perfecto, soy
tan autosuficiente que no necesito a Dios. Voy a subir en lo alto del monte del
testimonio y voy a poner mi trono, voy a ser semejante al Altísimo. Imagínate
qué cosa tan fuerte, es lo que él estaba diciendo.
Ahora,
el punto de todo esto es que cuando él viene, llega Dios y dice: pues aquí no
hay rebeliones, Lucifer quiso usurpar el trono y Dios dice: aquí no hay
rebeliones, vámonos con todo y tus ángeles. Y se convirtieron en ángeles
caídos, ahora demonios, y ahora Lucifer se convierte en Satanás, Satanás es
opositor. Y todo lo que él viene y se opone a todo lo que hace Dios, pero no lo
hace de una forma directa, sino que él hace una imitación de Dios, él dice: yo
quiero ser como Dios. Y él ahora crea su reino de las tinieblas, y tiene a sus
demonios ahí, sus jerarquías.
Así como Dios trabaja a través de un principio que es delegación de autoridad,
también viene Satanás y hace lo mismo, y es un copión. Y ahora cuando los
ángeles y todos los seres que están ahí con Dios lo adoran y lo alaban, ahora
Satanás también viene y dice: también quiero que me adoren, también quiero que
me alaben. Es un copión, todo lo que quiere hacer ahí es ser como Dios.
Y mira, la autosuficiencia es un sentimiento de suficiencia propia. Es un
estado en el que puedes satisfacer sus necesidades valiéndose exclusivamente de
sus propios medios. Eso es la autosuficiencia. Él viene y dice: yo no necesito
a Dios. Y a lo mejor tú vienes y dices: Ah qué cosas tan fuertes, pues mira
cómo está el mundo p0or causa de este ser. Viene en Génesis 2, Dios dice que
forma al hombre del polvo de la tierra, sopla en su nariz aliento de vida, y el
hombre es un ser viviente. Y Dios lo planta ahí en el Huerto.
Lo que te decía hace un momento, dijo Dios al hombre: Tú vas a comer de todo
árbol delicioso que está aquí, todo árbol que es bueno para comer. Y ahí planta
Dios al hombre, y plantó ahí donde estaba el árbol de la vida, dice la Biblia
que estaba ahí en medio del Huerto, y el árbol de la ciencia del conocimiento
del bien y del mal. Y Dios le dice a Adán: Mira, puedes comer de todo árbol que
hay aquí, come de todo, menos del árbol del conocimiento del bien y del mal
porque el día que comas vas a morir.
Entonces te decía, Adán tenía todo, tenía un huerto que laborarlo, lo labraba,
lo trabajaba, tenía una razón, un sentido de trabajar, de hacer algo. Tenía
alimento, podía satisfacer todas sus necesidades físicas. Tenía ahí un sentido,
un propósito por el cual vivir, estaba totalmente completo, y te decía, lo mejor de todo es que la
presencia de Dios estaba ahí en el huerto, Dios habitaba con él ahí en el
huerto.
Pero
luego viene algo, la Biblia dice en Génesis 3, que viene la serpiente y tienta
a la mujer. Pero quiero preguntarte algo, ¿Qué fue lo que le dijo? ¿Cómo fue
que la engañó? Fíjate lo mismo que él hizo, quiso hacer con el hombre.
Génesis 3:4-5 Entonces
la serpiente dijo a la mujer: No moriréis; 5sino que sabe Dios
que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios,
sabiendo el bien y el mal.
¿Qué
era lo que quería ser Satanás? Dijo: seré semejante al Altísimo. Voy a ser
semejante a Él. Y ahora viene y le dice a la mujer: Vas a ser como Dios. Y dice
que ellos cayeron en el engaño, fueron engañados y perdieron lo que Dios les
había dado, y viene esa parte de autosuficiencia en el hombre, viene esa parte
en la que dice: no necesito a Dios. No te necesito Dios, tú me dijiste que
hiciera esto, yo no lo hice. O.k., fue un engaño de Satanás pero, aquí es donde
entra la parte del hombre que actualmente hay, que actualmente también tal vez
tú y yo lo tenemos en nuestro corazón. Es donde viene la autodeterminación, es
cuando dices: Yo voy a lograr esto y lo voy a alcanzar porque yo cuando me
propongo algo, lo logro.
Pero
estás confiando en ti mismo, viene la parte de la autoconfianza ¿no? Yo sé
quién soy y sé a dónde voy. O la parte de la auto exaltación, esa es una parte
muy fuerte mi hermano. La auto exaltación es algo que está ahí adentro muy
disfrazado, que tú y yo lo tenemos ahí muy metido que se lama orgullo, que se
llama soberbia. Ahí está mi hermano, tú y yo no podemos decir: no, yo no lo
tengo. Yo no, yo soy el más humilde de los siervos de Dios. Todos lo tenemos mi
hermano, ahí está, ahí está la materia, ahí está la parte ahí.
Y
viene todavía la parte de la autosuficiencia. Cuánto trabajo nos cuesta pedir
ayuda mi hermano. Cuánto trabajo me cuesta llegar y reconocer que estoy mal y
venir y pedirle a alguien. Oye ora por mí, me siento
mal. Es algo que se llama soberbia mi hermano, no es otra palabra que soberbia,
es orgullo. Y lo disfrazamos con humildad, pero ¿sabes? La humildad no es así.
Eres humilde cuando vienes y reconoces a un hermano a alguien: oye sabes qué,
necesito ayuda. Estoy pasando un mal rato.
Pero
no tenemos esa autosuficiencia, pensamos que con nuestros propios medios,
pensamos que porque nosotros mismos vamos a poderlo hacer, y así disfrazamos la
parte de bueno, Dios está conmigo, y va a hacer esto, y lo va a hacer. Y lo
disfrazamos y entonces viene Satanás y nos dice: vas a ser como Dios. Y si Adán
le hubiera dicho: no, lo rechazo. Y deja ahí el fruto y no lo come. ¿Sabes?
Pero lo aceptó y dijo: quiero ser como Dios, quiero ser como tu naturaleza
Satanás. No lo dice literalmente la Biblia, pero ¿sabes? A partir de ahí el
hombre, ahí fue donde su caída, donde entra el pecado al mundo. Y es lo que
estamos viendo afuera.
Ahí
afuera en el mundo hay algo que la humanidad tiene, no les importa a quién
pisen, van a ir a lograr lo que quieren y no les importa a quién se lleven
entre las patas. Y eso es lo que ahora tiene la humanidad, ese sentimiento de
suficiencia propia. Ese sentimiento, ese estado en el que a pensar que tú puedes satisfacer tus
propias necesidades, valiéndote exclusivamente de tus propios medios.
Y
eso es algo que está ahí, entonces cuando tú y yo llegamos al Señor, dice la
Biblia. Dice el apóstol Pablo en:
2 Corintios
12:1-5 Ciertamente no me conviene gloriarme; pero vendré a las visiones y
a las revelaciones del Señor. 2Conozco a un hombre en Cristo,
que hace catorce años (si en el cuerpo, no lo sé; si fuera del cuerpo, no lo
sé; Dios lo sabe) fue arrebatado hasta el tercer cielo. 3Y
conozco al tal hombre (si en el cuerpo, o fuera del cuerpo, no lo sé; Dios lo
sabe), 4que fue arrebatado al paraíso, donde oyó palabras inefables
que no le es dado al hombre expresar. 5De tal hombre me
gloriaré; pero de mí mismo en nada me gloriaré, sino en mis debilidades.
Viene
Pablo y dice: pues vamos a ver aquí las revelaciones, las visiones. Yo conozco
a un hombre que un día fue arrebatado hasta el tercer cielo. Yo pienso que está
hablando de él mismo, que viene Dios y lo tomó y lo llevó, fíjate bien, hasta
el tercer cielo, ahí en la mera presencia de Dios. Y ahí estaba, y dice: y fue
llevado al paraíso, donde oyó cosa que dice, no le es dado al hombre expresar.
¡Qué
cosa tan fuerte vio Pablo! Pero ¿sabes? Se las quedó aquí en su corazón, y dijo
bueno pues vámonos a las visiones ¿no? Estamos hablando de que de repente
llegamos y decimos: no mi hermano tú no sabes cuánta revelación me ha dado
Dios, no sabes mi hermano los tiempos que yo paso con Dios. Y empezamos a
exaltarnos, a gloriarnos, empezamos a tener en esa parte, y mira lo que está en
tu corazón y en mi corazón esa parte de orgullo y de soberbia, muy guardaditos
y empiezan a salir ¿no? Y empezamos a perder los pies del suelo, y empezamos a
pensar no es que pues yo fui y oré y eta persona se sanó. Y yo fui y yo, y yo,
y yo, y yo.
Y mira, no eres ni tú ni soy yo, es Jesucristo y su misericordia y su gracia. Y
es lo que opera en tu corazón y en mi corazón. La Biblia dice que Dios nos va
dar la oportunidad de que vamos a ir a orar por la gente y que los enfermos van
a sanar. Que vamos a echar fuera demonios, pero no eres tú y ni soy yo, no
somos nosotros mi hermano, entonces tenemos que tener los pies bien plantados
en la tierra. La gracia opera y va a seguir operando, y Dios
va a ser grandes cosas en tu vida y en mi vida.
Pero
Pablo dice, mira a mí no me conviene gloriarme, no me conviene. Yo sé de dónde
me sacó Dios, mira yo perseguía a la Iglesia. Cuando él viene y dice mira yo
soy apóstol, pero soy el más pequeño de todos porque yo perseguía a la iglesia,
mira Dios me sacó de aquí.
2 Corintios
12:6 Sin embargo, si quisiera gloriarme, no sería insensato, porque
diría la verdad; pero lo dejo, para que nadie piense de mí más de lo que en mí
ve, u oye de mí.
Yo
te quiero preguntar, ¿quién era el apóstol Pablo antes de que fuera cristiano?
Filipenses
3:4-8 Aunque yo tengo también de qué confiar en la carne. Si alguno
piensa que tiene de qué confiar en la carne, yo más: 5circuncidado
al octavo día, del linaje de Israel, de la tribu de Benjamín, hebreo de
hebreos; en cuanto a la ley, fariseo; 6en cuanto a celo, perseguidor
de la iglesia; en cuanto a la justicia que es en la ley, irreprensible. 7Pero
cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de
Cristo. 8Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por
la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo
he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo.
Viene
el rey David y dice, ¿quién soy yo Dios? Imagínate, a lo mejor David que haya
querido venir y decir, Dios yo soy el rey David, un hombre conforme a tu
corazón Dios. Pero agarra y dice, ¿quién soy yo? NO soy nada, no soy nadie.
Viene Pablo y dice: mira circuncidado al octavo día, linaje de Israel, de los
de Benjamín, hebreo de hebreos. Y empieza ahí a sacar sus credenciales el
apóstol Pablo, perseguidor de la Iglesia, irreprensible.
Pero
¿sabes? Dice, mira pero todo esto que yo era, yo lo estimo por basura, lo tiro,
no sirve porque no soy nada, no soy nadie. ¿Por qué? Dice, por amor, por amor
del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura para ganar a Cristo.
Todo
lo que tú logres en esta vida mi hermano, si no lo pones a los pies de Cristo,
mira, no sirve. Todos tus triunfos, todo lo que alcances, tus metas, tus
sueños, tus visiones, tus anhelos, si no los pones a los pies de Cristo mira, no sirve. Tú y yo no somos nada mi hermano. Y sigue
diciendo:
Filipenses
3:9 Y ser hallado en él, no teniendo mi propia justicia, que es por la
ley, sino la que es por la fe de Cristo, la justicia que es de Dios por la
fe.
Regresando
a 2 Corintios
12:7-8 Y para que la grandeza de las revelaciones no me exaltase
desmedidamente, me fue dado un aguijón en mi carne, un mensajero de Satanás que
me abofetee, para que no me enaltezca sobremanera; 8respecto a
lo cual tres veces he rogado al Señor, que lo quite de mí.
Y
cuando tú y yo vemos esta parte, viene el apóstol Pablo y dice: mira, tengo las
revelaciones de Dios. Pero ¿sabes? Dios no quiere que me pierda, y no quiere
que pierda el piso de donde estoy. Viene y dice, mira aquí entra la soberanía
de Dios, me fue dado un aguijón en la carne, un mensajero de Satanás que me
abofetee. Fíjate no dice un mensajero de Dios, un mensajero de Satanás.
¿Sabes?
Dios permite que en tu vida y en mi vida pasen muchas situaciones que a veces
nos golpean, vienen situaciones de enfermedad, vienen situaciones a veces de
prueba, situaciones en las que a veces decimos, híjole ahora sí me están dando
pero con todo. Y dice Pablo, mira me fue dado un agujón. Un aguijón habla de
una intensa y recurrente aflicción, y esto viene a través de un mensajero de
Satanás.
¿Sabes?
La providencia Divina estuvo permitiendo esto para que Pablo no se exaltara,
porque era hombre. Ahorita tú y yo lo vemos, y vemos un hombre de Dios, pero
era un hombre que como tú y como yo tenía al Espíritu Santo, y que hizo grandes
cosas y que ahora vemos que gran parte del Nuevo Testamento fue escrito por
este hombre inspirado por Dios. Pero Dios permitió que viniera Satanás, que lo
sacudiera para que no perdiera los pies del suelo, para que no perdiera quién
era él.
Y
la gracia mi hermano opera cuando viene él y dice: le he pedido tres veces, le
he rogado al Señor que lo quite de mí. ¿Y sabes? Dios le dijo: ¡No! Que te
baste mi gracia. La Nueva Versión Internacional en el versículo 9 dice: Pero Él
me dijo: te basta con mi gracia, pues mi poder se
perfecciona en la debilidad. Te basta con mi gracia, no necesitas más,
mi gracia te va a sostener, te va a levantar. Pero tú y yo tenemos que saber
quiénes somos.
Hemos cantado este himno que se llama sublime gracia; y cuando cantamos este
canto es un canto tan hermoso. ¿Sabes? Este canto más o menos se escribió en al
año 1800 por un hombre que se llamó John Newton. Este hombre nació en Londres
más o menos en el año 1725, fue un hombre que desde que era pequeño, su mamá le
habló de la gracia de Dios, del amor de Dios, de la Palabra de Dios y lo empezó
a meter.
A
los 7 años su mamá murió, su papá era un capitán, tenía un barco pesquero; pero
cuando la mamá muere pues él se convirtió en uno más de los tripulantes. Un día
lo emborracharon y lo subieron a un barco de guerra, abusaron de él y se lo
llevaron y él se empezó a llenar de odio y de enojo en su corazón. Y él después
de tantas cosas que estuvo haciendo en este barco, al final terminó siendo el
capitán del barco.
Pero
cuando fue el capitán ya se había convertido en un hombre tan duro, tan odiado
por su propia gente, su propia tripulación lo odiaban, no lo querían, porque él
era tan malo. Se convirtió en uno de los
hombres que traficó esclavos en esta época de la historia. Y era un hombre
duro, un hombre terrible. Y un día dice la historia que él un día se cayó al
agua y sus hombres así como que lo vieron y dijeron: pues déjenlo ahí, ya que
se muera. Pero dijeron pero es el capitán. Agarraron estos arpones con los que
cazan los peces, se lo lanzaron y se le clavó en la pierna. Y lo sacaron como
si hubieran cazado un pez.
Lo
suben y ya él a partir de ahí toda su vida estuvo cojeando del pie. Y un día
hubo una tormenta tan fuerte, que azotó el barco. Dios ya le estaba hablando, y
este hombre agarró y recordó lo que su mamá le había dicho, recordó que Dios
ahí estaba. Él decía cuando antes de que se convirtiera al Señor, él decía:
bueno yo veo la necesidad de realmente convertirme o ser cristiano para no irme
al infierno, pero realmente no soy capaz de hacerlo porque amo tanto al pecado
que no tengo ahorita la capacidad para dejarlo.
Entonces este hombre, un hombre tan perverso se convierte al Señor. Y él
escribe este himno, lo hemos cantado “Sublime gracia”, dice que era un hombre
pecador, un hombre vil, no era nada no era nadie. Y este hombre se convirtió al
Señor y empezó a buscar a Dios. Él empezó a trabajar para que toda ala
esclavitud se cayera. Él no lo pudo lograr, él muere en el año 1803, pero vino
un hombre que se llamó William Wilbelforce. Este hombre era un político inglés
y él empezó a luchar a favor de que la esclavitud se abrogara. Lo que logró en
el año 1833, 30 años después de que murió John Newton.
Y
antes de que muriera este hombre, él dijo: mi memoria está a punto de agotarse,
pero hay dos evidencias que recuerdo muy bien: Que soy un gran pecador, y que
Cristo es un gran Salvador. Esto es lo que Dios hace en el corazón de las
personas, y en el yuyo y en el mío. Pero tú y yo no tenemos que olvidar mi
hermano de dónde nos saca Dios.
Quiero leerte algo que escribe o que dijo un hermano que se llama Paul Washer.
Y quiero leértelo porque me gustaría citarlo tal y cual él lo dijo. Dice: no se
trata de cuán útiles podamos llegar a ser o de cuán exitosos parecen ser
nuestros ministerios. Es acerca de ser moldeados a la imagen de Cristo.
Absolutamente todo en nuestras vidas es dirigido a moldearnos. Dios no es
servido por manos humanas como si él necesitara algo de nosotros. Él nos otorga
el privilegio de participar en la gran obra que él está haciendo.
Pero
el gran objetivo de Dios no es hacernos siervos exitosos, el gran objetivo de
Dios es conformarnos a la imagen de Jesucristo. Fue cuando me di cuenta de que
no necesito moverme un centímetro a la izquierda o a la derecha para ser amado
por Dios. Que no necesitaba ser exitoso a los ojos del mundo o poderoso, o
elocuente, o inteligente o cualquier otra cosa, que simplemente era amado.
Somos
tan impuros, tan injustos y tan ignorantes sobre las cosas de Dios que me
avergüenzo. Tu alegría, todo sobre ti, tu comodidad, tus alegrías, tu paz viene
de tu desempeño y de lo que puedes hacer por Dios. Yo digo: mi consuelo, mi
alegría, mi paz vienen de lo que Dios hizo por mí en la obra terminada de
Cristo. Dios no permitirá que tu fuente sea cualquier cosa fuera de él o de su
gracia.
¿Sabes
qué hace Dios durante gran parte de la vida de los creyentes después de que son
salvos? Tenemos un periodo de tiempo que algunos llaman “Luna de Miel”, en el
cual Dios nos protege y se hace presente. Pero Él empieza a alejarse poco a
poco para que empieces a ver que no puedes hacer nada y que todo depende de Él.
Cuando una persona se levanta en el ministerio si son hombres de Dios se
encontraran con años y años de fracasos, hay excepciones.
Pero
a la mayoría de nosotros Dios permite que pasemos por muchos fracasos en
nuestras vidas de oración. Fracasos en nuestra habilidad de leer la Palabra de
Dios y entenderla. Fracasos en nuestras predicas. Fracasos en todas las áreas
para que al final podamos llegara un punto en donde digamos: a quién tengo yo
en los cielos sino a ti, y fuera de ti nada deseo en la tierra. Y entonces Dios
empieza a trabajar en nuestras vidas y en nuestros corazones.
No
quiero que obtengas alegría en tu desempeño sino en la obra concluida de
Cristo. Quiero que tengas todo únicamente en esto, una cosa, y de esa única
persona y así tu alegría, tu consuelo, tu paz serán tan sólidos como una roca
que no se alterará. Trabajamos pensando de alguna forma que Dios creerá que yo
soy especial. Sé que soy profundamente, eternamente y perfectamente amado.
Ahora, si Dios quiere que vaya a hacer alguna cosa, iré a hacer alguna cosa
porque Él me ama tanto, pero no necesito ser grande ni listo, ni elocuente, ni
un ministerio tremendo, ni necesito ser famoso. Dios me ama y eso es suficiente.
¿Cuál es el mayor acto de fe, resucitar muertos? El mayor acto de fe dice él,
mirar al espejo de la Palabra de Dios y ver todas mis fallas, todos mis
pecados, todas mis deficiencias y creer que Dios me ama, exactamente como ÉL
dice que me ama. ¿Quiénes somos tú y yo mi hermano? Dios nos da la gracia, y dice Él: te baste mi
gracia, mi poder se está perfeccionando en la debilidad, mi poder se está
perfeccionando en tu corazón.
Cuando yo escuché esto, sabes a mí, yo dije: Dios no tengo que moverme entonces
ni a derecha. Ni esforzarme a decir no tengo que ir a predicar, o tengo que
irme de misionero Dios, o quiero hacer algo para sentirme amado por ti. Y te
das cuenta y dices, y soy perfectamente amado por Él. O sea tú eres amado por
Él, no tenías que hacer nada porque Dios nos tomó en medio de nuestros pecados,
de nuestras suciedades, de nuestras inmundicias, viles y menospreciados nos
tomó Él.
Viles, sucios ahí llenos de porquería todos, Él viene y nos amó. Dice: no me
amaste tú primero mí, yo te amé primero a ti. No tengo que hacer nada para ser
amado. Pero dice algo: Si Dios me dice pues voy a ir, si me pide que haga algo,
lo voy a hacer, porque soy tan amado por ÉL. Dice la Biblia que hubo dos
personas, dos deudores y que vinieron y le dijeron: perdónanos; que uno le
debía 50 creo y el otro le debía 500. Y los dos le dijeron: no tenemos cómo
pagarte, y él dice que les perdonó la deuda a los dos. Y Jesús preguntó y les
dijo: ¿quién creen que ame más a perdonador de la deuda? Y ellos le dijeron:
pues al que se le perdonó más.
No
nos debemos olvidar de dónde somos, de dónde nos saca Dios. Su gracia nos
sostiene y Dios viene y dice, mira te voy a meter, voy a mandarte a alguien
para que esté ahí trabando en tu corazón. Voy a trabajar en ti, y voy a
permitir que pasen cosas en tu vida que te duelan, voy a permitir que vengan
situaciones que te pongan ahí límite al extremo, pero ahí estoy, pero lo hago
porque te amo. Lo hago porque quiero cambiarte, lo hago porque no quiero que
olvides quién eres y quién soy yo.
Entonces ahí está Él, sabes cuán importante es alabar a Dios, cuán importante
es que tú y yo vengamos y levantemos nuestras manos y decimos: Señor tú e res
el Rey. No soy yo, yo no soy nadie. Y cuando venimos en un acto de obediencia y
levantamos nuestras manos y decimos: Dios estamos rindiéndonos ante Él. No soy
yo Señor, eres tú. Tuya es la gloria, tuya es la honra, y estamos alabando.
¿Sabes? Eso nos conecta con el corazón del Padre.
Y
entonces cuando nosotros podamos venir y vaciar nuestro corazón y decimos: No
soy yo Dios. Hoy me has bendecido tanto en mi trabajo Padre. Haz bendecido a mi
familia, haz bendecido mi corazón, me has permitido hablar tu Palabra, me has
permitido compartir Señor, pero no se trata de mí. Entonces venimos cada ocho
días y estamos juntos y empezamos a adorar. ¿Y sabes? es un momento en el cual
este lugar se llena de la presencia de Dios, y empezamos ahí en nuestro lugar a
reconocer: Señor yo no soy nada ni nadie. Señor gracias porque veo tu gloria y
tu bondad.
Isaías 51:1 Oídme, los
que seguís la justicia, los que buscáis a Jehová. ¿Tú buscas a Dios?
Entonces oye. Mirad a la piedra de donde fuisteis cortados,
y al hueco de la cantera de donde fuisteis arrancados.
Mira
de dónde te sacó Dios, que no se te olvide. Versículo 2 Mirad a
Abraham vuestro padre, y a Sara que os dio a luz; porque cuando no era más que
uno solo lo llamé, y lo bendije y lo multipliqué.
Cuando no éramos nada y cuando no éramos nadie, Dios viene y nos levanta,
leíamos en el Salmo
8:4-5 ¿Qué es el hombre, para que tengas de
él memoria, Y el hijo del hombre, para
que lo visites? 5Le has hecho poco menor que los ángeles, Y lo
coronaste de gloria y de honra.
¿Qué
somos nosotros mi hermano para que Dios se fije en nosotros, qué somos? Y el
apóstol Pablo dice: no soy nada. No soy nadie, nada soy dice Pablo, nada soy.
Pero se nos olvida y empezamos a buscar y a decir: no esto lo logré por mí,
este fue mi esfuerzo, yo me lo propuse y yo lo logré. ¡No fuiste tú, fue su
gracia, fue su amor, fue su bondad! Si
el día de hoy estás aquí mi hermano, mira dice: Mira bien, cuando no éramos
nada, dice hablando de Abraham, era nada más Abraham y su esposa Sara.
Tú te puedes imaginar en esta época de la historia, cuando no había ni
internet, ni transporte ni nada, no había ni comunicaciones, no había
absolutamente nada de toda la tecnología que tú y yo tenemos. Viene Dios y de
repente le habla a este hombre que se llamaba Abraham Viene y le dice: Sal de
tu tierra y de tu parentela, a la tierra que te voy a mostrar. Y yo te voy a
bendecir y voy a engrandecer tu nombre. Y en ti van a ser benditas todas las
familias de la tierra, y a los que te maldigan, maldeciré. Y a los que te
bendigan, bendeciré. Y viene Dios y lo toma cuando no era nada y no nadie, eran dos: Abraham y Sara.
Y
Sara era estéril, y no tenían hijos y no tenían la oportunidad de tener hijos.
Pero Dios se fija en ellos, y les dice: vengan, yo los voy a tomar, yo voy a
hacer algo en sus vidas. Y el día de hoy mi hermano cuando tú y yo vemos esta
nación de Israel, que es una nación tan próspera, tan bendecida que cuando eran
dos, Dios les dice: yo los voy a hacer como la arena del mar, como las
estrellas. Y Dios lo cumplió.
Y
Dios viene y te dice: mira tú no olvides de la piedra de donde fuiste cortado.
Yo te preguntaría mi hermano, ¿Qué necesitas el día de hoy? Quiero lo pienses
por un momento, qué necesitas que tú digas bueno yo necesitaría que esté aquí
una chica, Silvia Navarro que esté aquí que se case conmigo, o Salma Hayek por
lo menos. ¿Sabes? necesito un trabajo donde me paguen tanto, donde entre a las
nueve y salga a las tres de la tarde, que me paguen como jefe y que no haga
nada.
O
a lo mejor, hoy necesito pues una casa más o menos por ahí por las Lomas de
Chapultepec, donde tenga a Jaime y tenga gente que me atienda o tenga esto.
Piensa tú, yo te dije eso no es lo que necesito solo te lo dije para que lo
pensarás. Qué necesitas el día de hoy, que tú digas, te he pedido tanto por
esto Señor, lo necesito tanto Señor. Qué necesitas mi hermano, piensa por un
momento mi hermano qué necesitas en este momento para que digas ya, teniendo
esto estoy completo, ya no voy a necesitar nada.
¿Qué
necesitas? Sanidad, que Dios sane tu corazón, que Dios te libere de esos vicios
que no has podio dejar. Que Dios quebrante tu corazón duro porque has estado
tan duro que ya no escuchas la voz de Dios, Que venga Dios y que sacuda tu
seguridad en tu casa para que voltees tus ojos a Él. ¿Qué necesitas? Necesitas
que Dios haga un gran milagro en tu vida. Pero ya lo hizo, ya lo hizo. Ya hizo
un sacrificio, Jesús ya vino e hizo lo imposible, lo que tú y yo nunca, nunca,
toda esta humanidad nunca iba a poder hacer; ya puso su vida en expiación.
Y
Dios dice en Isaías 53, lo voy a quebrantar y voy a poner, voy a cargar todas
las enfermedades en él, voy a cargar todos los pecados en él. Ya lo hizo, ¿qué
necesitas? ¿Necesitas hacer un esfuerzo para alcanzar a Dios? No. Lo voy a
decir con respeto, ¿necesitas irte de rodillas a la Villa para que Dios te
voltee a ver? No. ¿Qué necesitas mi hermano? ¿Necesitas ver más milagros para
que sepas que Dios está contigo? ¿Necesitas ver grandes señales y prodigios?
¿Sabes? Yo vi hace unos días algo que me indigno, me molestó mucho. Estaba yo
en el internet y vi algo que me llamó la atención, algo que decía: Vea cómo
convierten el agua en vino. Era una iglesia muy grande, ahí estaba un cuate y
empezó a decir, sacó un vaso y empezó a decir, van a ver como vamos a convertir
esta agua en vino. Entonces agarró a uno de los congregantes y le dijo: ¿tienes
fe y crees que Dios lo pueda hacer? Y él dijo: sí tengo fe.
Y
agarró y empezaron a orar según, un dos tres casi, casi, y no pasó nada. Y le
dijo esta persona: es que no tuviste fe, tu falta de fe hizo que no se
convirtiera esta agua en vino. Y Sabes? a la ves que estaban ahí, había una
persona quien hizo el video, que decía que encontró una sustancia con la que al
verter agua sobre esta sustancia tú veías no que se convertía en vino sino que
solamente cambiaba de color el líquido. Entonces cuando lo hacían, ya cuando yo
vi este cuate tenía un vaso, pero tenía abajo algo líquido, y pasó a otro y le
preguntó lo mismo ¿tienes suficiente fe? Sí. Y agarró el agua, y ¿sabes? Cuando
se la echó pues parecía que se convertía en vino ¿no? Y toda la iglesia ¡Ah!
Vino, y todos estaban así.
Y
yo te voy a decir algo, la Biblia dice que estas señales seguirán los que creen en su nombre, dice sobre los
enfermos impondrán sus manos y sanaran. Echarán fuera demonios; y habla de
señales, pero yo no he visto una parte en la Biblia donde diga: estas señales
te seguirán, vas a convertir el agua en vino. Jesús lo hizo, sí, pero no dice
que nosotros íbamos a hacerlo. Y cuando tú ves esto, dices: cómo se engaña la
gente, por eso yo le doy gracia a Dios, no sabes cuántas gracias yo le he dado
al Señor, porque desde que me trajo a este lugar, ¿sabes? A nosotros nos dan
una doctrina en la cual Dios nos ha dado fundamentos, nos ha dado una doctrina
sana.
Y
nuestro pastor sigue insistiendo: ven a los cursos, ven a los cursos. Y ya
gracias a Dios ya hay muchos que se están poniendo las pilas y están viniendo a
los cursos, y Dios dice: tienes que conocer mi Palabra. Hoy lo dijo en la
profecía, tienes que conocer mi Palabra para que venga la gracia. Cómo vas a conocer
lo que tengo para ti si o lo buscas. Dios quiere darte su Palabra,
revelaciones, bendecirte, traerte a tu corazón esa sanidad que necesitas, pero
cómo lo vamos a tomar si agarramos y ya termina el servicio, me voy a mi casa,
llego a casa, dejo la Biblia, ahí se queda y voy y prendo la tele.
Y
llega el lunes, el martes, el miércoles, el jueves, el viernes, sábado,
domingo; y oye, ¿dónde está mi Biblia? Mi amor pues dónde la dejaste. No sé. Ya
empiezas a buscarla, le pegas a tus hijos porque no
está, ya después la encuentras toda polveada, le echas airecito para que s
desempolve, llegas a la iglesia, saludas a los hermanos, pero no conoces lo que
dice la Biblia, lo que dice Dios para ti. Toda la semana igual Dios te quiso
hablar, y te quiso bendecir, y te quiso decir mira tengo cosas buenas par ti, y
te quiero dar algo de manera individual.
Esto
que nos dan los domingos vamos a decirlo así, es colectivo, porque Dios te lo
da a ti. Pero ¿sabes? En la semana Dios te quiere hablar, en la semana Dios te
quiere bendecir, en la semana es cuando estás afligido, cuando estás triste,
cuando no sabes qué hacer. Viene Dios y te dice: Aquí está mi consejo, aquí
está mi Palabra. Pero somos comodinos, somos cómodos, casi, casi somos como los
bebés ¿no? Que agarran el Gerber todo ya batido para que ya nada más el bebé se
lo pasa porque no tiene dientes. No le pueden dar
carne ni nada porque no tiene dientes.
Y
a veces así somos, queremos que nos den la comida ya digerida. No a mí denme
nada más lo digerido; cuando Dios te quiere dar otro tipo de alimento. Te voy a
preguntar, tú qué harías si te invitan a un banquete, y llegas al banquete y
ahí estás. Y te ponen toda clase de manjares ahí, ahí está todo tan sabroso,
todo, todo lo que puedas ver. Y ahí está
y de repente ahí afuera del salón está ahí unos tacos ¿no? Y entonces tú llegas
con hambre y te dicen, pero tienen que esperar un momento porque todavía no
sirven ¿no? Y tú dices: mientras me voy a echar unos tacos ¿No? Y ya te echas
unos tacos, y cuando entras de nuevo al salón, todo lo que se veía tan
delicioso, como estás tan lleno entonces, dices: Ya no quiero.
¿Y
sabes? A veces así somos con la Biblia. Dios nos dio un manjar, algo tan
delicioso, pero no lo tomamos, no queremos tomar su gracia, queremos ser autosuficientes.
Queremos depender de nosotros mismos, no queremos rendirnos totalmente a Dios y
decirle: pues toma mi vida, toma mi corazón, toma todo lo que soy Señor,
llévame a donde quieras, muéveme como quieras, úsame como quieras Señor, aquí
está mi vida. Me voy a preparar Señor, voy a ir a los cursos porque me quiero
preparar, quiero estar listo para el momento en que tú digas que yo vaya, que
diga, que haga. Tú me use Dios.
Eso
no lo queremos hacer, preferimos ser comodinos, o cómodos. Entonces mi hermano dice
su palabra que te baste mi gracia. Quiero leerte algo que está aquí mismo en
Isaías 51, dice Dios: Yo te voy a consolar de todas tus soledades. Voy a
cambiar tu desierto en paraíso. Voy a cambiar tu soledad en huerto de Jehová. Y
se va a hallar en ti alegría y gozo, alabanza y voces de canto. Vas a aprender
a esperar en mí. Mi brazo te va a sostener. No temas afrenta de hombre, ni
desmayes por sus ultrajes. Mi justicia va a permanecer perpetuamente, y mi
salvación por los siglos de los siglos.
Tendrás
gozo y alegría, y el dolor y el gemido huirán. Ya no vas a tener dolor, dice
Dios, yo soy tu consolador, ¿quién eres tú para que tengas temor del hombre que
es mortal, y del hijo del hombre que es como heno? Y ya te olvidaste de Jehová
tu Hacedor, que extendió los cielos y fundó la tierra, y todo el día temiste
continuamente del furor del que aflige, cuando se disponía para destruir.
¿Pero
en dónde está el furor del que aflige? El preso agobiado va a ser liberado
pronto, no morirás en la mazmorra ni te faltará pan, dice Dios Yo Soy Dios. Y
en tu boca he puesto mis palabras, y con la sombra de mi mano te cubrí.
Extendiendo los cielos y echando los cimientos de la tierra y diciendo: pueblo
mío eres tú. He aquí dice Dios, yo te voy a bendecir, ¿por qué temes? No temas
dice Dios. Voy a cambiar tu desierto, tu soledad la voy a quitar y solo vas a
encontrar alabanza y gratitud en tu corazón.
Y
vas a venir delante de mí y vas a reconocer quién eres tú y quién soy yo en ti,
y te voy a bendecir y te voy a levantar, y voy a hacer mi obra en ti porque mi
gracia te va a sostener. Porque mi poder te va a levantar. Porque mi amor se
está manifestando en tu corazón, y se va a seguir manifestando día con día
sobre tu ser. Porque te amo profundamente. ¿Quién eres tú para que temas? ¿No
estoy yo contigo?
Dios
te queremos bendecir y queremos darte gracias por tu gran amor. Señor queremos
encontrar en ti plenitud. Queremos que tu gracia nos baste Padre, que tu gracia
sea suficiente para nosotros, no queremos estar afanados buscando algo Señor,
disque esperando una persona que llegue a nuestra vida, o esperando un mejor
trabajo, o esperando comprar algo para sentirnos mejor Señor. No queremos estar
afanados buscando, buscando lo que podemos encontrar en ti, porque dice tu
Palabra: en ti tenemos plenitud amado Dios. En ti podemos alcanzar todo lo que
en esta vida anhelamos.
Porque
a quién tenemos en los cielos sino a ti. Dios, y fuera de ti nada deseamos en
la tierra Padre. Da tu gracia Señor hoy a tu pueblo, que sea derramada tu
gracia sobre tu Iglesia. Si tú necesitas gracia mi hermano, dile al Señor: Te
anhelamos Señor, necesitamos de tu gracia, de tu bondad, queremos reconocer
también Señor que muchas veces por nuestro orgullo, o por nuestra soberbia te
hemos hecho a un lado. Y a veces tampoco oramos y cuando no oramos es porque
pensamos que no te necesitamos, aunque a veces sea porque estamos a las
carreras, a las prisas, porque no buscamos espacios y tiempos para estar
contigo Padre.
Pero
te pedimos perdón porque no oramos, te pedimos perdón amado Dios porque tampoco
muchas veces leeos tu Palabra. Porque pensamos que por nuestra experiencia o
porque somos muy sabios, o porque tenemos una carrera, una profesión no
necesitamos tu consejo Dios. Perdónanos Padre, necesitamos tu gracia para poder
habitar delante de ti, para vivir delante de ti amado Padre. Yo te pido que tú
hoy derrames tu gracia sobre tu pueblo, que derrames de tu bondad y de ese gran
amor que cada día tienes por nosotros.
Que
hoy abraces a cada uno de nosotros, para que sepamos que somos profunda y
eternamente amados Señor, perfectamente amados por ti Señor. Que no nos tenemos
que mover un centímetro para sr amados Señor. Por favor derrama hoy tu gracia y
tu amor en el corazón de cada uno de tus siervos. Que hoy venga esa plenitud
sobre la vida de cada uno de nosotros y que tú sigas haciendo tu obra en tu
Iglesia y en tu pueblo.
Te
bendecimos y te damos gracias por que hemos hallado gracia delante de ti Señor,
porque cuando no éramos nada, cuando éramos viles y menospreciados, cuando
estábamos perdidos fuimos hallados por ti Jesús. Porque derramaste tu sangre
por nosotros y manifestaste tu gloria en nuestra vida. Te amamos Dios y te
damos toda la gloria y la honra, en el nombre de Jesús gracias Padre por tanto
amor y tanta bondad. Y gracias por tu misericordia Padre, que sea suficiente tu
gracia en nuestra vida en el nombre de Jesús, amén.
Dios les bendiga